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Diario YA


 

Por treinta monedas de plata

Del ¡Hala Madrid! al ¡Alá Madrid!

La Lupa del YA: En esta España instalada en una crisis perpetua, donde la desmoralización nacional y la desconfianza en el futuro y en los qué tienen la responsabilidad de guiarlo se hace patente en cada rincón de nuestra geografía patria, pocos son los elementos que de vez en cuando permiten alguna alegría colectiva.
Así, los triunfos deportivos se han convertido en el último reducto de satisfacciones y orgullo nacional. Es cierto que no deja de ser triste que sea necesario un éxito deportivo para que la Bandera ondee en las plazas de los pueblos y ciudades de España, y no lo haga cuando toca celebrar el aniversario de las innumerables glorias que nuestros antepasados escribieron de manera heroica en los libros de historia.
Hemos olvidado nuestro pasado y por ello, hemos perdido el rumbo de nuestro presente. En vez de presentar a la sociedad como ejemplos a imitar a los Santos y a los héroes que abarrotan las páginas de nuestra historia, se ofrecen como modelos a seguir a jovencitas cantantes, a deportistas de élite o a famosillos en general, basando más la consecución del éxito en el número de ceros de sus cuentas corrientes, que a la entrega personal a una noble causa.
Pero lo cierto y verdad es que los deportistas se han convertido en embajadores de España por el mundo, y en los rincones más alejados del planeta se conoce a España por ellos, y en este punto, el Real Madrid es sin duda, el mejor y más representativo ejemplo.
Fundado en 1902, el Madrid Club de Fútbol obtuvo en 1920 una concesión del Rey Alfonso XIII para lucir en su escudo la corona y añadir a su nombre el título de Real.
Desde entonces, el Real Madrid ha batido records y paseado el nombre y la bandera de España por el mundo en sus innumerables éxitos deportivos, haciendo  gala de una manera de ser y un comportamiento caballeroso y deportivo que lo hacía admirable, y haciendo que el escudo del Real Madrid sea una de las marcas más conocidas del mundo.
Y ocurre, que ese escudo está jalonado por la corona que representa la Monarquía española que durante siglos y siglos se batió el cobre, hipotecó sus finanzas y mandó a la muerte a lo más granado de su juventud, que la ofrecía gustosa,  por defender y extender la Fe católica por el mundo. Y es por ello por lo que la cruz de Cristo se encuentra sobre la Corona española
Este mismo año celebramos el octavo centenario de la legendaria batalla de las Navas de Tolosa, en la que los ejércitos de España encabezados por tres Reyes españoles lograron de manera heroica, frenar la expansión islámica y consiguiendo que hoy no seamos una provincia de algún Emirato situado en Oriente Medio.
Y ocurre, que en la junta directiva del Real Madrid Club de Fútbol, ya no queda ni rastro de aquellas directivas de Don Santiago Bernabéu o de Don Luis de Carlos. Como España, el Madrid ha sucumbido a la estulticia, a la mediocridad y a su propia esencia, y es capaz de sustituir sin rubor alguno a la Cruz, por la cual se redimió al mundo de sus pecados y trajo esperanza a la humanidad entera, por un clamoroso vacio. Y todo, por un puñado de dólares que recibirá de un Emirato árabe.
Si queda algo de dignidad en este club, debería reintegrarse de inmediato la cruz a su sitio, o dimitir la junta directiva, con su presidente a la cabeza y de lo contrario que Su Majestad el Rey retire el título de Real a este club que ya es totalmente indigno de portarla en su escudo.
Del ¡Hala Madrid! al ¡Alá Madrid! Por treinta monedas de plata.