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Diario YA


 

Se pidió la reforma de la Ley Electoral

Demandan unidad a los católicos en política

Redacción. Con ausencia destacada. Así comenzó el pasado sábado en Barcelona el esperado y anunciado debate sobre "Católicos en Política", en el marco del I Congreso Interregional de HO Jóvenes en Cataluña. Efrén de Pablos coordinador de HO Cataluña hubo de dar comienzo al coloquio explicando la ausencia de Montserrat Nebrera, que adujo "motivos personales" para no acudir. Ausencia que sorprende, cuando ya ha transcurrido mes y medio tras su reaparición en el Majestic, una vez abandonado el PP. Al ya anunciado banquillo, con Rafael López-Diéguez (AES), Vicens Vila (FyV),  Javier Barraycoa (CTC) y Mariano Arnal (ex-candidato a la presidencia de Ciudadanos) se sumó Jordi Moya, en representación de SAIN.

Hubo coincidencia plena en la necesidad de regeneración del sistema democrático, con una reforma de la Ley Electoral que haga posible la representación real de aquellos que defienden los principios innegociables de Benedicto XVI. Los que apuestan por la defensa de la vida, de la familia y del derecho a la libre educación de los hijos. Esos principios que ninguno de los partidos del arco parlamentario hace suyos.

También unanimidad plena en la denuncia del hecho de que la política se haya convertido en un modo de vida, anteponiéndose la permanencia en el sistema a cualquier otro valor.

Aunque cada vez hay un convencimiento mayor de la traición del PP a su supuesto electorado católico cautivo, aún defendían algunas voces desde el público la posibilidad de regenerar desde dentro esa formación. Rafael López-Diéguez, de AES, explicó de modo muy gráfico el absurdo de la cuestión. Tan absurdo como tratar de usar un alto horno para manufacturar productos textiles. El alto horno es siderurgia. Si queremos tela, tendremos que recurrir a un telar.

También se incidió en la labor del asociacionismo civil, y en la urgente necesidad de que sus demandas tengan voz en las instituciones. Algo, que sólo desde el medio que debe ser un partido político (nunca un fin) puede lograrse.

El público demandaba para ello, unidad entre los partidos allí representados. Guante que sólo López-Diéguez recogió, incidiendo en la necesidad de unión al margen de lo que es meramente contingente.