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Diario YA


 

No se puede olvidar su pasado de 20 años en el gobierno de la nación

Demasiados condicionantes para confiar en usted, don Alfredo.

Miguel Massanet Bosch

Hace tiempo que se le veía venir. El señor Pérez Rubalcaba quiere que se olvide su pasado de 20 años en el gobierno de la nación; que los españoles hagamos caso omiso de sus tiempos del GAL, de sus flirteos con ETA, de sus compadreos con ZP y de sus silencios culpables ante la incompetencia del señor Rodríguez Zapatero cuando se olvidó de las ayudas a las empresas, especialmente a las pequeñas y medianas, para dedicarse a ayudar a los bancos con avales y aportaciones públicas ( para empezar 50.000 millones de euros) para sacarlos del apuro en el que estaban metidos a causa de la, tan cacareada, burbuja inmobiliaria. Los españoles, tenemos todavía frescos en nuestras memorias aquellos acontecimientos que tanto han influido en la situación actual del país y, cuyas consecuencias, han generado casi cinco millones de parados, estos mismos a los que ahora, el neonato señor Rubalcaba, promete darles trabajo por unos métodos que a muchos nos recuerdan los viejos eslóganes del Partido Comunista, cuando la Segunda República cayó bajo las zarpas del Frente Popular, allá por febrero del año 1936.

El señor Rubalcaba no ha dado explicaciones a sus incondicionales que lo victoreaban, de cómo, teniendo en sus manos las soluciones para España, ha tardado tanto, se ha tomado con tanta parsimonia y ha guardado para sí ¿con qué intención, don Alfredo?, la piedra filosofal que tantos disgustos hubiera ahorrado a los españoles y que tantos puestos de trabajo hubiera podido conservar si, como nos ha dicho, él sabía el método para que no hubiera desempleo en España. Lo que ocurre es que, el PSOE, en estos momentos de la legislatura, está lo que se dice K.O.; con un presidente del gobierno que, si no fuera porque se lo ha buscado a pulso, hasta inspiraría pena Puede que nunca, desde que en España se restauró la democracia, si descontamos los últimos días del señor Suárez, previos al golpe de estado del 23/02/1981; un partido político hubiera estado en una situación tan difícil, hubiera perdido tantos votos y simpatizantes y nunca, una gestión de gobierno tan denostada, como lo ha sido la de este Ejecutivo.
Cuando el señor Rubalcaba pone cara de angelito inocente, ríe bonachonamente y brinda soluciones tan inviables, carentes del sentido de la realidad y tan lejos de sus posibilidades –si es que queremos pensar que estamos en Europa, dependemos de ella y nuestra posición financiera y económica no nos permite alejarnos de su tutela – teniendo en cuenta lo que sucedería si, imprudentemente, se pudieran en práctica las propuestas del señor Rubalcaba, a no ser que lo que se quiera sea que nos saquen de la órbita del euro, nos dejen al pairo a merced de los mercados y se olviden de que España forma parte de la UE. No podemos menos que esbozar una sonrisa y pensar que, una vez más, este Rasputín que es Rubalcaba, está tramando usurparles las ideas al señor Cayo Lara y sus compinches, orzando a favor del viento que, estos jóvenes impulsivos del famoso movimiento del 15M, los llamados “indignados”, pensaron que podrían impulsar sólo invadiendo las calles, abusando de la buena fe de muchos ciudadanos. Basta ver la reacción del señor Lara, a las declaraciones de Rubalcaba, para cerciorarse del impacto que causaron en IU, al robarles sus ideas y suplantarles en su lugar en las izquierdas.

Sin embargo, el tiempo corre en contra de este nuevo Dick Turpín de la política o, si lo prefieren, este Robin Hood protector de los pobres que, hasta ahora, ha permanecido escondido en el bosque de Sherwood esperando el momento oportuno para desbancar de su puesto al supuesto villano de Nottinham ( ZP) y hacerse con el mando de la situación aunque, para ello, haya tenido que acudir a los tan manoseados trucos de ofrecer lo que la gente espera oír; aunque sepa que no está en condiciones de llevarlo a cabo. El milagro que ofrece llevar a cabo con nuestra economía, nuestro desempleo y nuestra salida de la crisis, está tan alejado de la realidad como lo estaba el Gobierno cuando ofreció café para todos, prometió millones de puestos de trabajo y nos dijo que la crisis nunca nos afectaría y que España estaba en mejores condiciones que nadie para superar en solvencia bancaria y financiera a cualquiera de las naciones de nuestro entorno.

El señor Rubalcaba se presenta como un candidato libre de paja y polvo, pretendiendo que, con su sola presencia, toda Europa se vaya a rendir a sus pies; utilizando como ariete el manido anticapitalismo, el ataque a los bancos y el intervencionismo estatal, como la gran panacea para salvar a España y dar trabajo a los jóvenes (su intención de atraerlos a su causa es evidente), pero se olvida de que llevan siete años gobernando y, en todo este tiempo, no han conseguido nada más que ir empeorando la situación de España, a pesar de haber gobernado solos, sin darles la más mínima oportunidad a meter baza a la oposición del PP, valiéndose del apoyo de los partidos separatistas del País Vasco y Catalunya que han sido, en realidad, los que han sacado más tajada del debilitamiento de la nación española. ¿Acaso se cree que, atacando a la banca, se va a granjear la simpatía del BCE o del FMI?, ¿acaso, cuando gobierne o antes, como da la sensación que va a hacer –con un ZP en el papel de Convidado de Piedra – va a suprimir las ayudas del FROP a las cajas de ahorros? Nos preguntamos ¿es posible un cambio de política tan radical cuando, precisamente, gran parte de la que ha venido desarrollando ZP en los últimos meses le ha sido impuesta desde Bruselas, el BCE, el FMI y Obama?

España no puede permitirse planes a lago plazo, como parece ofrecer Rubalcaba cuando habla de dedicar parte de los beneficios de los bancos para crear empleo. ¿Acaso va a intervenir los bancos? O ¿piensa que los bancos y sus accionistas van a renunciar gratuitamente a parte de sus beneficios (en el hipotético caso de que los tengan) para convertirse en sociedades altruistas, sólo porque venga el candidato del PSOE a pedírselo? ¿Ha calculado, don Alfredo, el efecto que, fuera de España, produciría una política basada en interferir en las entidades bancarias?, ¿Acaso ignora que, en gran parte de nuestras entidades bancarias y financieras, la participación de accionistas extranjeros es muy importante? Es posible que, en su falta de preparación en temas financieros y bancarios, nuestro candidato ignore los efectos que una actuación semejante puede causar en la valoración que las bolsas hagan de la confianza que merezca nuestra nación. ¿Un país de Europa, que ya está situado en el punto de mira por la desconfianza que inspira nuestro gobierno a las instituciones internacionales que, ahora, por si fuera poco, da un bandazo hacia la izquierda más casposa, intentando volver al intervencionismo estatal, reducir la libertad de mercado e imponer limitaciones a sueldos y beneficios de sociedades privadas, sería aceptado como miembro de la CE?

Un totum revolutum, en el que el señor Rubalcaba-Lenín parece que ha pretendido resumir, mezclando nuevas leyes electorales en las que, sin embargo, no contempla el sistema de listas abiertas; donde se vuelve al sistema de más tributación para las grandes fortunas, sabiendo que éstas son precisamente las que, con más facilidad, se pueden trasladar o trasladar a sus empresas a otros países, empeorando, si cabe, la situación de empleo de nuestra nación y pretendiendo que sea posible que se mantengan todos los beneficios sociales, sin modificar ni un punto ni una coma, cuando sabemos de los excesos que, en ocasiones se han derivado de pretender mantenerlos a toda costa; nos parece que no son precisamente los cambios que van a conseguir sacar a España y a sus ciudadanos del pozo en el que nos han metido los mismos que, ahora, parece que han encontrado la solución a todos los problemas. O esta es, señores, mi opinión.