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Diario YA


 

El origen y el mantenimiento de la crisis económica está en la crisis moral

Dos maneras distintas de afrontar la crisis

Miguel Ángel Gutiérrez Espasandín.  La crisis es dura y nos afecta a todos,  pero no la interiorizamos de la misma manera.Llevan ya mucho tiempo vendiéndonos, de manera persistente y machacona, el cuento de que nuestra felicidad estriba en el dinero, el cual nos proporcionará  la posibilidad de llevar una vida basada en el consumismo y el hedonismo. Y cuanto más dinero, más podremos disfrutar del paraíso terrenal. Esta mentira se nos ha intentado hacer creer por poderes interesados en tener una sociedad adormecida y muy poco interesados en que las personas seamos portadores de valores eternos.

Y ahora que el dinero brilla por su ausencia, se sigue con el cuento del becerro de oro.
Y, claro, todos los incautos que les siguen haciendo caso están psicológicamente hundidos, se les ha caído el mundo encima y la infelicidad anida en su corazón. 
 
En cambio, las personas que prefirieron priorizar lo espiritual a lo material no sufren la crisis económica de la misma triste  manera, incluso hallándose en la misma situación de precariedad económica y laboral. Efectivamente, los creyentes son más felices porque su corazón está en paz y eso les conduce a la alegría; porque tienen confianza en un Dios bueno que les cuida y ama; porque tienen humildad para saber llevar las pruebas con paciencia y porque tienen esperanza en un cielo al que aman. 
 
También muchas personas, que en su momento vivían en esa falsa ilusión de dejarse deslumbrar por el brillo del oro, han  logrado despertar de esa pesadilla para abrazar una nueva vida basada en el bien, la verdad y  la belleza. Paradójicamente, algo negativo como es esta crisis económica, ha provocado algo extraordinario, pues  muchos se han convertido a la fe cristiana o han vuelto a ella tras años de abandono.
 
Pero, desgraciadamente, la crisis esta teniendo asimismo efectos demoledores en demasiada gente que, lejos de querer cambiar, han acentuado sus tendencias y comportamientos negativos. Hacia estas personas debemos dirigirnos prioritariamente los cristianos para lograr que puedan acceder a otro tipo de vida mejor, más feliz y más sana. Además, debemos hacerles ver que el origen y el mantenimiento de la crisis económica está en la crisis moral  y que su persistencia en prescindir de lo espiritual solo les lleva a perder honra y barcos,  hay que decirles con claridad que no tiene sentido que sigan pegándose cabezazos contra el mismo muro .
 
Cuanto más cristiana sea nuestra sociedad más ligera y corta será la crisis y cuanto menos cristiana sea nuestra sociedad más dura y larga será la crisis. 
 
También sería necesario que los cristianos tuviéramos un mayor interés en conocer la Doctrina Social de la Iglesia, que aporta interesantísimas soluciones económicas y sociales, en vez de seguir consumiendo y creyéndonos los análisis de unos medios de comunicación y de unos políticos que están  más interesados en ellos mismos que en el bien común y cuyas recetas no hacen otra cosa que prolongar la agonía. 
 
Y, por supuesto, los cristianos debemos combatir esta crisis a través de la oración, que es nuestra principal arma. Tenemos una oración que es un verdadero tesoro para la situación actual, comunicada por Jesús Misericordioso a Santa Faustina Kowalska para la conversión de los pecadores: “Oh Sangre y Agua que brotaste del Corazón de Jesús como una fuente de misericordia para nosotros. Yo confío en Ti “. Te pido que conviertas a…..”.

 

Etiquetas:La crisis económica consecuencia de una crisis moral