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Diario YA


 

Las Comunidades del PP tienen que decidir si lo aplican o no

El dilema de Mariano: un Sí o un No del PP a la aplicación de los recortes

Francisco Torres García. Cuentan que durante varios días el presidente estuvo preparando su estrategia de cara a minimizar el impacto del recorte antisocial diseñado por sus asesores. De las dos opciones posibles, recorte en el subvencionismo político, vital para los dos grandes partidos, no sólo para el socialismo, o recorte en las nóminas públicas y ajuste en los gastos de inversión, José Luis Rodríguez Zapatero estimó como más asumible la segunda alternativa. Entre otras razones porque era mucho más efectiva de cara a la credibilidad económica de España, al tratarse de los recortes tipos recomendados por las tesis ultraliberales. Y en muchos medios económicos las medidas han sido bien recibidas.

Para José Luis Rodríguez Zapatero y su equipo cercano (Pajín, Blanco, Salgado…) lo fundamental era y es cómo transmitir de forma positiva un recorte salarial que afecta a millones de españoles, muchos de ellos votantes socialistas. Y, sobre todo, cómo evitar que, tras las críticas del primer día, el PP y Mariano convirtieran su asalto al bolsillo de los españoles en el eje del discurso de la oposición. Menos preocupaba al presidente la oposición sindical. En Moncloa cuentan con gestos simbólicos, paros en la administración, pero saben que la credibilidad sindical está bajo mínimos. Los sindicatos agitarán el fantasma de una huelga general, pero por ahora, salvo que se produzca una reducción general de los salarios, es muy difícil que los sindicatos quieran ir más allá.

Durante varios días las caras más conocidas del gobierno van a presentar de forma positiva el recorte del gobierno. La consigna ha sido clara: a todos los programas, independientemente del contenido que tengan. Y son legión los comunicadores que van a sostener las tesis gubernativas.

El único escollo es Mariano. Pero el presidente es un amante de los juegos de estrategia y Mariano un animalillo silvestre que siempre acude al cebo. Debió respirar tranquilo Rodríguez Zapatero cuando tras su formalmente durísima intervención Mariano, bien educado, se inclinó por ofrecerse para volver a reunirse para tratar sobre la aplicación del paquete de medidas anunciadas. ¿Por qué?

Ni los medios socialistas, por razones obvias, ni los medios próximos al PP, los medios etiquetados como de derechas, han querido entrar en esta cuestión. Rodríguez Zapatero lanzó un reto desde la tribuna o, en argot más simple, le pasó la pelota a Mariano. El presidente del PP está obligado a decir Sí o No a las medidas de ZP, no le vale el socorrido tal vez. Pudo Mariano escabullirse en el debate secundando lo que ya es un clamor: la supresión de ministerios inútiles y de las subvenciones a los sindicatos. Pero no puede criticar y aguardar, su táctica habitual en los últimos meses, ante la aplicación del recorte salarial.

Las Comunidades del PP tienen que decidir si lo aplican o no. Éste es el punto. Pueden recurrir, de hecho lo harán, para justificarse a culpabilizar al gobierno, aprovechando el silencio mediático próximo y el desconocimiento de los ciudadanos sobre la toma de decisiones, pero no podrán con el poderoso entramado mediático de la izquierda.

Si Mariano decide que en las Comunidades del PP sí se apliquen los recortes, ¿dónde queda la oposición? Será la confirmación de que a Mariano sólo le interesan los fuegos de artificio.