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Diario YA


 

Ha muerto el General Alfonso Armada a los 93 años, seis lustros después del 23-F

El General Armada o las equivocaciones trágicas

Aaiun. Alfonso Armada Comyn había nacido en Madrid, el 12 de febrero de 1920, pero se consideraba gallego por los orígenes del conjunto de su familia. Su padre, Marqués de Santa Cruz de Rivadulla, era militar retirado del Ejército por la Ley Azaña, pues no había querido aceptar la República al ser monárquico: tanto él como su futuro suegro (Pedro Díez de Rivera y Figueroa, Marqués de Someruelos) habían formado parte del Pelotón de Alfonso XIII, un grupo de ocho niños que se educaron junto al rey.

Al estallar el Movimiento tenía el bachillerato terminado, presentándose voluntario en el Bando Nacional, donde fue cabo de artillería, participando en las Batallas del Jarama y en Brunete. Por un servicio de municionamiento muy arriesgado en esta última, fue propuesto, a pesar de no tener 18 años, para los cursos de la Academia de Alféreces Provisionales de Segovia en septiembre de 1937. Terminó la guerra como teniente provisional en el Cuerpo de Ejército de Galicia. 

Tras la guerra fue a la Academia de Transformación para Oficiales de Artillería, en Segovia; su promoción era de unos 800, consiguiendo el número 454 de ingreso y el 27 de salida en julio de 1941, no teniendo a nadie más joven por delante hecho de que no tenía a nadie más joven por delante.

Fue voluntario a Rusia a relevar a oficiales provisionales en septiembre de 1941, siendo destinado al IV Grupo (obuses de 15 cm. sFH 18) del Regimiento de Artillería 250 de la División Azul, mandando la 10ª Batería en los frentes del Vóljov y Leningrado, volviendo a España en diciembre de 1942.

En 1944 se casó con la aristócrata Francisca Díez de Rivera y Guillamas; tuvieron diez hijos. Aquel año se incorporó a la Escuela de Estado Mayor del Ejército, saliendo diplomado en 1947.

A principios de 1955 fue nombrado ayudante del también artillero Teniente General Carlos Martínez de Campos y Serrano, Duque de la Torre, tutor de don Juan Carlos de Borbón y responsable de su preparación para su ingreso en la Academia General Militar por expresa designación del Generalísimo. Fue parte del grupo de profesores del Príncipe.

Posteriormente realizó el curso de Estado Mayor francés, que le lanzó a la Secretaría del Ministerio del Ejército, primero, y luego a la del Príncipe, en 1956, permaneciendo en ella, prácticamente, hasta ser sustituido por Sabino Fernández Campo en 1977. Tuvo especial participación en facilitar el noviazgo con la Princesa Sofía de Grecia.

Durante esos años compatibilizó otros destinos y obligaciones, tales como Jefe de los Servicios de Información y Seguridad de la Junta de Energía Nuclear, Coronel del Regimiento de Artillería Antiaérea nº 71, General  director de la Academia de Artillería de Segovia (1976-77), estrecho colaborador con el Apostolado Castrense y su revista Reconquista, etc.

Ya como General de División, en enero de 1980 fue nombrado Jefe de la División de Montaña Urgel nº 4 y Gobernador Militar de Lérida. Este destino tan alejado de la Corte lo  por expreso interés del Presidente Suárez, que le consideraba un conspirador y hombre de supeditado primero a rey; en Lérida llevó a cabo reuniones con líderes socialista, como Enrique Múgica, en los prolegómenos de lo que luego se llamó Golpe del 23-F. Por intervención directa del Rey ante Rodríguez Sahagún, Ministro de Defensa, este, aprovechando un viaje a Canarias de Suárez, le nombró 2º Jefe de Estado Mayor a principios de febrero de 1981. Suárez recriminó a Sahagún diciéndole que le había traicionado y que “si hay un golpe militar, tú serás el culpable”; sin duda sabía de qué hablaba.

Su participación en aquel “golpe” es sobradamente conocida, tanto la pública como la revelada por el Teniente Coronel Tejero y otros encartados en el Consejo de Guerra posterior. Hay que resaltar la despedida que le hizo su superior, el General Gabeiras, Jefe del Estado Mayor del Ejército, cuando se dirigió a las Cortes: “A tus órdenes Presidente”, y el que figurara como tal en Gobierno que él mismo presentó a Tejero en el Congreso.

Condenado primero a unos testimoniales seis años, posteriormente la condena fue de 30 y pérdida de empleo, rebajados a 26 años, ocho meses y un día a finales de 1987 tras su petición de indulto. Alfonso Armada solicitó el perdón en cinco ocasiones y fue indultado por el Consejo de Ministros del 23 de diciembre de 1988, por razones de salud y por haber acatado la Constitución, tras haber cumplido seis años de condena. En realidad, esa reducción se debió a un pacto de silencio con el rey.

Después del 23-F se consagró la destrucción del Ejército, la “pasada por la izquierda” tras la llegada del PSOE al poder, con la legalización del aborto, y otras determinantes medidas que han llevado a España a la desastrosa y peligrosísima situación actual.

No cuadran en absoluto sus convicciones religiosas y patrióticas con la situación que tanto colaboró a crear.

Sin duda equivocó trágicamente sus lealtades. No podrá decirse de él aquello de “que buen vasallo si hobiera buen señor”, porque lo eligió y siguió libre y deliberadamente.

Descanse en paz.