Enrique De la Puente. Después de escribir el artículo “El GOPROGESTCONE” recibí de la persona, que con sus acertadas críticas me ayuda a mejorar mi trabajo, el siguiente comentario:

-Traes a la luz un tema ya tratado y reivindicas su actualidad, del modo más lógico y objetivo posible. Eso está bien. Pero al hacerlo te enfrentas a la clase política -creo que la llaman 'casta' ahora, ¿o no?- que, por supuesto, trataría de impedir, con todo su descomunal poder, que esa opción saliera a flote. De este modo el lector del artículo sabe desde el principio que tu tesis entra en el terreno de la idealidad, y todo el artículo se lee desde esa posición, ya que todos saben también que es imposible -al menos en este tiempo- cambiar el sistema político actual. Y probablemente esto tendría que suceder en todo el mundo civilizado, casi simultáneamente...

¿En qué se convertiría y cómo se gestionaría la UE, por ejemplo, cuando solo para el Brexit se ha organizado un verdadero problema? Esto supondría cambios muy diferentes y de muchísimo más calado.

Sin embargo el artículo está muy bien escrito y la conducción es impecable, y el lector, que vive en un mundo de constante cambio, también advierte que tu planteamiento no tiene nada de descabellado, y que podría ser solo cuestión de tiempo el que los políticos, al modo actual, fueran entrando paulatinamente en desuso, como escribió Borges en El Libro de Arena.

¿Sería perfecto, verdad? ¿Y por qué no? El primer paso está ya dado.

A este comentario contesté:

-Cuando lo he leído (tu comentario) se me ha ocurrido que como la unión hace la fuerza, aunque los políticos han intentado acabar con todo lo que les quite poder, se podría intentar, utilizando los resquicios que deja el sistema actual, avanzar en la intención del artículo utilizando a los Colegios Profesionales, las redes sociales de profesionales, como Linkedin, las agrupaciones de intelectuales en cualquier rama e incluso los movimientos anti sistema, para poner en marcha el cambio. Por lo menos se metería miedo a los políticos, y a lo mejor empezaban a trabajar.

Como soñar es gratis, como verás sueño.

Releyendo estos comentarios y volviendo sobre el tema, quisiera llamar la atención sobre quiénes deberían ser los protagonistas del nuevo sistema.

Desde el científico que describe la transmisión neuronal, hasta el inventor de la fregona; desde el médico que nos cura un cáncer o nos lo mantiene controlado, hasta la persona que nos pone una tirita sobre un arañazo; desde el ingeniero que construye un barco hasta el panadero que nos hornea nuestro pan de cada día; desde el autor que crea una obra magistral hasta el creador del simple pasatiempo; desde el empresario que invierte su dinero para producir algo que demande la Sociedad y, al mismo tiempo que obtiene sus beneficios, crea puestos de trabajo, hasta el aparca coches de la empresa, conforman nuestra sociedad. Todos ellos y los demás que con su trabajo nos ayudan a vivir mejor, aportan valor a la misma y mejoran nuestro estado de bienestar, es decir, todos ellos son los profesionales, que cada uno en su nivel deben tener participación en el nuevo sistema de una forma directa.

Como gestores podrían actuar todos aquellos que hubieran demostrado capacidad y acierto en el manejo de recursos, siendo estos el capital, la mano de obra y la tecnología. Normalmente estos gestores suelen ser buenos negociadores

Como comunicadores podrían actuar algunos de los que actúan en alguno de los actuales medios de comunicación o alguno de los políticos del actual sistema, pero sólo los serios, que los hay, y no los “piquitos de oro” que, como ya ha pasado, dicen que las promesas en época de elecciones se hacen para no cumplirlas (p.e. Carrillo).

En una película de los años 50, que se llamó en España “Ultimátum a la Tierra”, el extraterrestre de turno, venía con el mensaje de que habían constatado que teníamos energía nuclear y que eso representaba un peligro para los demás planetas habitados, y que se tenían que acabar las guerras en la Tierra y dedicar dicha energía a fines pacíficos. Después de intentar conseguir algo con los políticos acabó dirigiéndose a la comunidad científica, así que alguien más ha pensado que no son los políticos las personas más adecuadas, aunque como escribía en el párrafo anterior, hay políticos serios, con vocación de servicio. Nunca son tan desinteresados como una madre Teresa, ya reconocida como santa, pero, bueno, tampoco se van a pedir peras al olmo. Es evidente que yo no tengo el poder de convocatoria del extraterrestre de la película, pero sí puede haber alguien por ahí que lo tenga.

En toda sociedad hay personas que no pueden aportar recursos al sistema; algunos por estar ya jubilados y haber terminado su vida laboral, aunque muchos de ellos atienden a otras personas, otros por ser discapacitados, aunque también hay algunos que realizan trabajos y, por último, siempre se pueden encontrar los que voluntariamente se niegan a aportar algo, bien por ser anti sistema o simplemente por ser vagos. De todos ellos habría que ocuparse, pero ¿merecen todos ellos las mismas aportaciones del sistema?

Más temas hay para pensar, pero si los que lo hicieran se hubieran seleccionado de acuerdo con los principios expuestos en estos dos artículos, seguro que encontraban soluciones a todos los problemas que se les fueran planteando, hasta crear una Sociedad ideal, en la que todos viviríamos mejor.

¿De verdad sería imposible? Pienso que no, que si el Pueblo Soberano llegara a pensar en el tema, podría decidirse por ese cambio, que sí sería de verdad un cambio, y no lo que piden los partidos políticos, que utilizan el concepto “cambio” para embaucar a los ciudadanos, cuando el único cambio que pretenden casi siempre es cambiar al partido que está en el gobierno.