Principal

Diario YA


 

el nacionalismo volvió a invadir el terreno de la religión, creando división entre los asistentes

El nacionalismo prostituye la navidad con un pastor del belén llevando una bandera independentista

Fina Millán-Hita. Creía que lo había visto todo en cuestión de nacionalismo rancio y excluyente, pero he asistido a una nueva vuelta de tuerca y manipulación. Los parroquianos que la tarde del 29 de diciembre, presenciaron la función de L’estel de Natzaret [La estrella de Nazaret] en el Centro Parroquial San Vicente de Sarriá, se encontraron con que el nacionalismo volvió a invadir el terreno de la religión, creando división entre los asistentes, como era de esperar.

 La obra de los pastorets, se representa cada Navidad desde 1907 en dicho centro. Este año uno de los "pastores bufones" llevó en sus manos desde el primer acto una bandera independentista, la estelada, que  viene sustituyendo a la tradicional senyera no solo en los actos políticos y culturales separatistas, sino en algunos institucionales, sin que ninguna autoridad ponga freno a semejante afrenta a la bandera catalana.

En el segundo acto, un pastor finge recibir una llamada de Mariano Rajoy, y eso da pie a que ambos canten una canción celebrando que el 9 de noviembre -fecha teórica del referéndum separatista- "votaremos la libertad, seremos Estado, tendremos la independencia". Parte del público coreó esta canción, mientras se oyeron silbidos de otros asistentes y algún grito de¡Basta de política!”.

 En definitiva, una auténtica vergüenza el uso y abuso que el nacionalismo hace de todo lo que le rodea, sin respetar lo más sagrado. Alguien dijo que el verdadero y único dios del nacionalismo es su ideología, por lo que no tiene empacho ni pudor en manosear y subyugar todo lo que toca, incluida la Navidad.