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Diario YA


 

El PP no acaba de poner orden en la TV1

Miguel Massanet Bosch.   ¿ Dejarían ustedes que, en su casa, permaneciera junto a su familia una peligrosa “mamba negra”, el ofidio más venenoso del continente africano y uno de los más agresivos cuando se trata de defender su territorio? Mucho me temo que harían todo lo posible para deshacerse de ella, llamarían al zoo más próximo para que los expertos se la llevaran a un lugar seguro, entre sus congéneres, y se ocuparían de vigilar si, en algún rincón de su casa, pudiera haber quedado, oculto a la vista, algún nido con crías de tan peligroso reptil. Sin embargo, señores, lamentándolo mucho y sintiéndome como un pardillo por haber pensado que los nuevos gobernantes, estos señores del PP, serían capaces, tendrían la valentía, la inteligencia y los arrestos precisos para  librar a la TV1, la pública,  de este nido de cuervos que los socialistas tienen instalado firmemente dentro de la cadena. Un grupo de personas que han venido imponiendo su ley y, ahora, incluso cuando el PP ha conseguido mayoría absoluta en las cámaras, siguen actuando de V columna, lanzando cargas de profundidad desde la pantalla en contra del Gobierno y en apoyo de sus protectores, los del PSOE.

De toda la rémora de filosocialistas que sigue en la pública, si tuviera que destacar a alguien especialmente peligroso, incluso muy por encima de la, afortunadamente, cesada, la señora  Pepa Bueno; alguien que destaca por su parcialidad, una adicta y fiel propagandista al servicio del PSOE, que bebió con fruición del virus de odio y mala sangre que el señor Iñaki Gabilondo ( gran amigo del señor Zapatero), su antiguo colega y jefe, siente hacia la derecha; es, sin duda alguna, esa señora de buen ver , Ana Pastor, que presenta el programa “ Los Desayunos”. Puede que alguno de ustedes se sienta extrañado de que me meta con una presentadora que ha sido premiada con varios importantes premios, la  mayoría de los cuales lo han sido por “su buen hacer e imparcialidad”. No deberían sorprenderse si conocieran bien este extravagante mundo de la farándula española, esta casta en la que el clientelismo, el partidismo, la endogamia, la envidia, la laicidad, el resentimiento y el izquierdismo radical conviven en buen entendimiento. Pocas veces verán ustedes que alguno de los pocos actores, cantantes, dramaturgos o cineastas que se han atrevido a discrepar del “pensamiento mayoritario”  o “pensamiento único” haya recibido ayuda, galardón, globos o Goyas (en algunos casos me da la sensación de que la estatuilla, horrorosa, del gran pintor, intenta resistirse a caer en las manos de algún galardonado, cuyos únicos méritos han sido ser un guaperas y despotricar en contra del extinto general Franco.
 
Esta señora, Ana Pastor, ha dado abundantes muestras de cómo ella entiende el concepto  imparcialidad”. Para ella  parece que consiste en mimar, ayudar, mostrarse servicial y obsequiosa con aquellos que pertenecen a su propia línea ideológica, sorteando aquellas preguntas que los pudieran incomodar y potenciando y resaltando aquellas otras que los favorecieran. Véanla ustedes, no obstante, como gata panza arriba, cuando el entrevistado no pertenece a su círculo de preferidos, cuando le conviene ponerle en aprietos momento en que no duda en lanzarse a su yugular sin la menor contemplación. Recuerdo un entrevista con la señora presidenta de la Comunidad de Madrid en la que, si no hubiera sido por el 
desparpajo y rapidez mental de Esperanza Aguirre, no hubiera podido salir airosa de la encerrona que le había preparado. ¡Y esta señora ha sido premiada por su imparcialidad! 
 
Cosas veredes Sancho. Sin embargo, señores, parece que, a los señores del PP y al nuevo director del ente, cuando ha llegado el momento de prescindir de todos aquellos elementos, claramente inclinados hacia el redil socialista, dispuestos a hacer todo el mal posible al nuevo Gobierno; parece que se les encoge la mano, como si temieran que librarse de semejantes estorbos les pudiera causar más problemas que el mantenerlos en activo. Este nutrido grupo de profesionales han sido quienes durante el mandato socialista han ido ocultando los yerros y fallos del anterior gobierno de ZP y, sin duda, están dispuestos a seguir con su labor destructiva, siempre que se lo permitan, desgastando desde la pantalla de la televisión al gobierno del señor Rajoy, ya sea a través de imágenes tendenciosas, ya con una aparición más asidua en las pantallas de personajes de la oposición o vendiendo las noticias de la manera más favorable a sus designios. Muestra de ello las habrán tenido, recientemente, en los conflictos callejeros.
 
Conviene recordar que, cuando en el mes de marzo del 2004, los socialistas asumieron el gobierno de la nación, no tardaron ni quince días, desde que se hicieron con el poder, en destituir de la TVE al señor Urdaci  por considerar que era demasiado de derechas. Al señor Zapatero y al señor Rubalcaba no les importó si se les criticaría o no, si darían motivo a protestas o si la gente callaría (como, por cierto, ocurrió); ellos tomaron las medidas que estimaron oportunas y, desde entonces, la televisión, RNE, la mayoría de las televisiones autonómicas y diarios importantes del país, han sido sus principales valedores y propagandistas, una mayoría que siguen manteniendo a pesar de haber dejado el gobierno de la nación. El señor Rajoy y su equipo no han estado finos en esto de garantizarse un buen servicio que contrarrestara la supremacía de medios informativos de la izquierda; siempre han ido dando tumbos pretendiendo presentarse como caballeros sin que, las tarascadas que ha recibido de sus contrarios, les haya hecho ver que esto de dar la otra mejilla no suele resultar rentable en política.
 
Ya metieron la pata al decir que: el traspaso de poderes con los socialistas “había sido ejemplar” Si señores, tan ejemplar que les metieron un embolado  de miles de millones, cuando la señora Salgado les dijo que el déficit sería del 6% del PIB y luego fue del 8’53%. Lo mismo les ha ido ocurriendo con las autonomías, en las que han sustituido a los anteriores gobiernos socialistas, que, cuando han levantado las alfombras, sólo han encontrado que facturas y deudas pendientes de pago. No llego a comprender como, un partido tan importante, con una mayoría absoluta, ha conseguido ponerse enfrente a toda la oposición, cuando ha tenido en su mano poner en vereda a las autonomías y potenciar una máquina de expertos en información, capaces de hacer entender a los ciudadanos el hecho de que, la España que recibieron, no tenía otra posibilidad de salir adelante que el trabajo y el sacrificio de todos los españoles.
 
Mucho nos tememos que permanecer en los cuarteles de invierno, dejando la iniciativa política y propagandística en manos de unos expertos en su manejo, los del PSOE, va a acabar por desgastar la confianza de los españoles. Y un apunte más: el PP debe acometer, sin más dilación y cueste lo que cueste, la reforma de la mastodóntica estructura del Estado y de las autonomías; para que los españoles vean que los sacrificios no caen solamente sobre los de siempre. O esta es, señores, mi opinión en tan difícil coyuntura. 

 

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