Principal

Diario YA


 

El Partido de Rubalcaba padece de amnesia colectiva

El PSOE no está a la altura

Miguel Massanet Bosch.   Yo creo, señores, que al señor López Rubalcaba se le podría aplicar aquel refrán castellano “pólvora, poca, y munición hasta la boca”. Todavía no ha regresado de Bruselas y ya está “animando” a los españoles, amenazando con nuevas desgracias, recortes y padecimientos que, ahora, como ya podíamos imaginar que iba a suceder, se van a deber a las líneas de crédito, a un interés razonable, que se han conseguido de la UE, al objeto de aliviar la situación precaria en la que se hallan la banca y las cajas, aproximadamente, en un 30% de ellas. Supongo que a esto es a lo que llama, el señor secretario general del PSOE, “colaborar y apoyar al Gobierno” en su lucha por intentar salvar a España de ser rescatada, como ya lo han sido países como Grecia, Irlanda o Portugal. Y uno se pregunta: si resulta que este crédito, que nuestro Gobierno ha conseguido arrancar de la UE es, a juicio de Rubalcaba, tan peligroso y tan perjudicial para España ¿cómo es que, apenas conocerse la noticia ya, desde Portugal, se están quejando del “buen trato que se le ha dado a España”?

 
No creo que SM el Rey, que ha felicitado efusivamente al señor Rajoy y al señor Guindos, por sus esfuerzos ante la UE, sea sospechoso de querer para los españoles que la situación del país vaya a peor. Yo creo que, a los socialistas, se les deberían recordar algunas cosas de las que parece que, en apenas seis meses de estar en la oposición, quizá por causa de una epidemia de amnesia colectiva de carácter selectivo, respecto a cuales fueron sus “logros” en los casi 8 años que estuvieron al frente del gobierno de España Los que sí recordamos lo sucedido, pudimos contemplar como, de una nación fuerte, próspera y con un alto nivel de vida se pasaba, cuando se les fueron agotando las reservas del Erario público, a un país en el que, los gobernantes, se dedicaron a prometer grandes mejoras sociales, se dictaron leyes de gran impacto pero insostenibles y, a falta de fondos propios, se empezó a recurrir al déficit y al endeudamiento, hasta pasar de un 25% de PIB a la cantidad que nos dejaron los del PSOE cuando abandonaron el gobierno superior al 64% del PIB de endeudamiento nacional.. 
 
Y aun así, por si no bastara, le han legado al señor Rajoy más de 5’5 millones de parados, más los nuevos que, la inercia de la recesión, continúa produciendo, aunque ellos, los socialistas, parece que ya se han desentendido de ello y se los achacan al nuevo Gobierno, que bastante han tenido con tener que apechugar con una España arruinada y endeudada, con la necesidad de tener que luchar para reducir un déficit público a una cifra que parece imposible de conseguir, dentro del plazo que Europa nos ha fijado. Una herencia de cientos de miles de empresas destruidas  y con un déficit que, al contrario de lo que decía la señora Salgado, ha superado en dos puntos y medio el famoso 6% que decían que alcanzarían. Ahora, tanto Rubalcaba como Valenciano y sus demás acólitos, no hacen más que quejarse de los primeros meses de gobierno del PP, achacarles la responsabilidad de no haber sabido parar la destrucción de empleo y criticarles, para colmo de la desvergüenza, que hayan tomado medidas de austeridad, recortes en los gastos de las autonomías por medio de un techo de gasto, impuesto por la Ley de Estabilidad Financiera y, la necesidad de acudir a medidas extremas, como son: la congelación de salarios, el recorte de gastos sanitarios, la paralización de infraestructuras y la supresión de organismo públicos, evidentemente superfluos, refugio de una pléyade de “enchufados” procedentes de las filas socialistas.
 
Ahora parece que el señor Rubalcaba ha encontrado un nuevo filón, que consisten en criticar el trabajo del gobierno del PP de impedir que España haya tenido que ser rescatada e intervenida, consiguiendo que todo quede reducido a una línea de crédito que recibirá el FROP para distribuirla entre las empresas financieras que lo soliciten y presenten un programa viable de reestructuración. Para Rubalcaba, todas las medidas de austeridad que, en adelante, vaya a implantar el Gobierno, incluso aquellas que ya se sabían de antemano, van a resultar una “consecuencia directa” de los préstamos que se nos han concedido. “Estamos tratando de ser muy prudentes porque la situación es muy difícil” musita por lo bajines el Rasputín socialista,  “llegan inquietantes rumores de Bélgica…”, susurra a la prensa con gran secreto, “si nos piden ajuste, ajuste, ajuste y ahora este rescate requiere más ajustes, mi respuesta es no”, concluye con un gesto  enérgico como si él, con un partido destrozado detrás y con sus enemigos políticos cavándole la tumba para cuando se caiga, pudiera hacer lo que quisiera, saltándose a la torera las “recomendaciones” de la UE que, por supuesto, no tienen que ver nada con el tema financiero del que, evidentemente, se van a ocupar de que sea vigilado de cerca, para que no se reproduzcan errores como le que los socialistas cometieron cuando les dieron, a los bancos y cajas, 50.000 millones de euros sin obligarles a que abrieran los créditos a empresas y particulares. Entonces los bancos se dedicaron a tapar los agujeros de sus balances y nadie pudo beneficiarse de aquellos créditos prometidos.
 
Por desgracia, la tormenta política y financiera en la que estamos inmersos, es de tal naturaleza que cualquier comentario inoportuno,  una insinuación a destiempo o un rumor interesado, son suficiente para que unos inversores escamados, pendientes del menor signo de debilidad y jugando con el tiempo que, todavía, les queda para especular con nuestra deuda hasta que los créditos lleguen a su destino; permitan que las bolsas repunten de nuevo para volver a máximos históricos, desestabilizando, una vez más, la prima de riesgo con Alemania y el interés que el Estado se ve obligado a pagar por la deuda que pretendemos colocar. Con toda la cara se permiten criticar al nuevo Ejecutivo porque ellos consideran que “estos seis meses no son el final de una historia de éxito”. Ya se hubieran podido ellos, darse con un canto en los dientes si hubieran, en sus dos legislaturas, llevado a cabo las importantes reformas que ha puesto en marcha el PP en el corto tiempo que lleva gobernando. 
 
Sólo en una semana de vértigo, como la que hemos pasado, en la que todos hemos estado en vilo, mientras veíamos acercarse la intervención de Europa, con uno de esos rescates nacionales, si es que hubiera podido hacerlo con todas, mientras se esperaba que, la caída de Grecia, arrastraría a todos los países intervenidos  a la quiebra soberana, arramblando con España e Italia en su caída;.el equipo del señor Rajoy ha demostrado, con creces, su preparación, su serenidad, su valentía y su osadía, al hacer frente con éxito, a una delicada situación en la que algunos países de la UE estaban dispuestos a mandarnos al abismo, ellos sabrán por qué razones. El pretender criticar esta proeza del Gobierno poniéndole pegas, engañando a los ciudadanos con falsas razones y rebajando, villanamente, el soplo de esperanza que esta solución del problema financiero ha significado para la mayoría de los españoles; no es más que otra demostración de la bajeza de miras, del mal perder y de la falta de sentido común del que es el primer partido de la oposición. No creo que saquen partido de ello ni ahora ni dentro de tres años y medio, cuando haya las próximas elecciones generales. En todo caso a mi me parece una torpeza imperdonable. O esta es, señores, mi manera de ver este tema.

 

Etiquetas:La herencia del PSOE