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En Navidad, regale Kinks

Paco Ochoa. 26 de diciembre.

Es difícil encontrar un regalo más indicado, de mejor gusto, tan apto para toda la familia y mejor presentado que la última, y exhaustiva, recopilación disponible de The Kinks, el gran grupo británico que en los sesenta encarnó como nadie la grandeza del pop inglés, la inteligencia de sus letras, la delicia de sus melodías y su inimitable capacidad para construir mundos de tres minutos en los que cabía toda la ilusión y las ganas de vivir de una generación que estaba llamada a realizar la mejor música popular de la historia. Todo está incluido en la caja de seis cd´s que hoy nos ocupa. También la inevitable decadencia cuando el pasado era muy superior a lo que ya podían ofrecer a una de la aficiones más fieles de las historia del rock.

En realidad los Kinks siempre fueron el medio de expresión de Ray y Dave Davies. Dos hermanos, mal avenidos, que se convirtieron en leyenda. El primero, Ray, por ser uno de los compositores e intérpretes con más talento que han dado las Islas Británicas. El segundo, Dave, por ser un correcto guitarrista que un buen día encontró un riff que cambió la historia del rock. La cosa ocurrió en 1964 con You Really Got Me, el primer número 1 de los Kinks y un tema que se convirtió en el padre de casi todo lo que vino después. A partir de ahí, y hasta la década de los 70,  el grupo de los hermanos Davies se convirtió en una garantía de genialidad. Canciones como Waterloo Sunset, Sunny Afternoon o Days deslumbraban con su delicadeza, ironía y sentido del equilibrio, mientras que discos maravillosos como Face to Face (66) o Something Else (67) los ponían a la altura de Beatles o Rolling, aunque su popularidad nunca llegó a esos niveles.

Tanta grandeza no podía mantenerse. A principios de los 70 cambiaron de compañía discográfica y comenzó una suave cuesta abajo. Al bueno de Ray Davies le dio primero por las operas rock, luego por los recuerdos del colegio y finalmente por un contundente rock adulto. Todo tenía sus momentos y muchos grupos, que hoy despiertan elogios generalizados, darían media vida por una de aquellas canciones; que, sin embargo, no llegaban a la altura gloriosa de sus viejos tiempos.

Todo ello se puede encontrar en Picture Book. Una monumental, y honesta, recopilación que en seis discos resume la carrera de este grupo único. Aquí están los aciertos imborrables y los deslices que también tienen su encanto. La voz del gran Ray impregna de ternura, cinismo y nostalgia todos los cortes y en el viaje se vuelve a descubrir a una de esas escasas bandas que dignifica por si misma la época en la que le ha tocado vivir y que han sabido reflejar como nadie.

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