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Diario YA


 

El economista Adam Smith en 1776, publicó su obra sobre las causas de la riqueza de las naciones

Entre el mundo de Dickens y el milagro español

José luis Orella. Vivimos una época que, después de haber abandonado los estudios de historia, parece repetirse. El economista Adam Smith  en 1776, publicó su obra “Investigación sobre la naturaleza y las causas de la riqueza de las naciones” donde defendía la teoría de que el Estado debía mantenerse apartado de la economía del país, no debe fijar ni precios ni salarios, ni debía proteger a los obreros. Los empresarios debían actuar con entera libertad y como mejor les pareciese. La misión del Estado era simplemente la de: mantener el orden público. El “Dejar hacer, dejar pasar; el mundo va por sí mismo”. Naturalmente, la historia no se repite, y no vivimos de forma cíclica. Pero aquellas miserias que el autor británico Charles Dickens, del cual se celebra el 200 aniversario de su nacimiento, en su novela «Oliver Twist» nos describía, parece revivirse en el capitalismo del tercer mundo, y en la destrucción familiar y económica del primero.
El fruto de aquel mundo desigual, donde la partitocracia que Hillary Belloc describía se mantenía costa de los más humildes, provocó la ilusión irracional de los totalitarismos que desembocaron en un caudal de hierro y sangre. En la actualidad necesitamos recordar quienes somos, aquellos que iniciaron la representación parlamentaria en el siglo XII en las Cortes leonesas; la defensa de la dignidad de la persona en las aulas de Salamanca o la protección a las ciencias y las artes del Colegio Imperial. No obstante, preferimos recortar de los derechos conseguidos de nuestro Estado de Bienestar, duramente implantado en los sesenta, en vez de recortar por las mastodónticas autonomías, red de clientelas de las partitocracias actuales. Salvo excepciones de nivel local, creemos que el desarrollo viene por situarnos en una sociedad smithtiana, cuando proviene de una sociedad formada en valores, donde se respeta al trabajador, su remuneración y su descanso. Quizás entonces, España vuelva a ver un nuevo milagro español.