Principal

Diario YA


 

Las artimañas del PSOE no favorecen a una España que necesita una buena imagen en el exterior

Entre todos la mataron y ella sola se murió

Miguel Massanet Bosch.   Existe un proverbio chino que muchos políticos debieran aplicarse en sus actuaciones en las cámaras de representación popular, el Parlamento y el Senado. Dice la máxima china: “Busca una luz en lugar de estar maldiciendo eternamente la oscuridad” y, seguramente, en estos momentos de zozobra y preocupación en los que, los españoles, estamos viviendo; a todos nos confortaría bastante que todos estos agoreros, que son incapaces de guardarse sus nefastas opiniones para ellos mismos; que incurren en las más inoportunas necedades, que de la ignorancia pretenden hacer bandera y de la temeridad moraleja; se contuvieran, reflexionaran sobre lo que significa empeorar la imagen de España ante la opinión pública y, especialmente, ante aquellos organismos, estamentos o instituciones extranjeras que permanecen atentos a nuestra evolución sin perderse ripio de lo que está sucediendo dentro de nuestro país, de lo que sacarán sus conclusiones y tomarán sus decisiones que, evidentemente, si son malas y contrarias a los intereses de nuestro país, pueden llevarnos directos a la bancarrota; con todas las inimaginables consecuencias que, para los ciudadanos, conllevaría en cuanto a los sacrificios y privaciones que estaríamos obligados a soportar.

Y es que, en pocos días, hemos tenido ocasión de contemplar como existe en nuestra nación una especie de sociedad masónica, al estilo de aquel histórico episodio de los anarcocolectivistas de la “Mano Negra”, que tan duramente reprimió el gobierno de Sagasta en 1.883, que fueron enjuiciados, en un macrojuicio celebrado en Cádiz, donde una gran cantidad de los detenidos fueron ajusticiados. En este caso, como es natural, no se trata de criminales en el sentido propio de la palabra, sino de grupos de políticos empeñados en que, la salida de España de la crisis no se produzca, esperando aprovecharse de las campañas organizadas en contra del actual Gobierno; no para que los españoles salgamos ganando  con sus pretendidas recetas alternativas (que no tienen la más mínima probabilidad de prosperar, porque siguen basadas en más gasto, más subvenciones y más de lo mismo que fue, precisamente, lo que nos ha traído a la situación actual) que, en Europa, no servirían más que para condenar, irremisiblemente, a España al ostracismo; sino con la artera intención de forzar al gobierno del señor Rajoy a constituir un gobierno de unidad, dándoles a los perdedores de las pasadas elecciones legislativas, la oportunidad de recuperar una parte del protagonisno que les fue arrebatado por el PP, con su holgada mayoría absoluta.
 
¿Por qué, se habrán preguntado ustedes, los señores del PSOE han invitado al congreso a varios sindicalistas mineros, con uniformes negros, para que vociferaran consignas contra los recortes del Gobierno, dando lugar a que fueran expulsados de la cámara por el señor Presidente de la misma, momento en el que, toda la bancada socialista, les ha animado con una estruendosa ovación, como si se tratara de verdaderos héroes; cuando es conocido de todos los que están informados sobre el tema, que el carbón en España es algo que resulta una carga sobre los ciudadanos, ya que no puede competir en precio con el del resto de los países y por ello no puede subsistir si no es con apoyos del Estado. Como en tantas otras ramas, España, no está en situación de poder continuar sosteniendo actividades que no tiene futuro alguno y lo único que se podrá hacer es ir recolocando a todos los afectados en otras tareas, cuando sea posible y las haya. Algo que se está intentando conseguir, revitalizando la banca para que pueda volver a otorgar créditos que permitan que nuestra industria se recupere, sea competitiva y pueda volver a contratar trabajadores. Pretender que volvamos al sistema socialista de subvencionar a todo aquello que no puede sostenerse por si mismo (cine, artistas, TV1, partidos políticos, sindicatos, organismos públicos, etc.) no es más que una locura.
 
Pero, es que hace unos pocos días, un sujeto de ERC se permitió ofender a los señores congresistas exhibiendo, desde la tribuna de oradores, una bandera independentista catalana mientras gritaba: ¿verdad que les moleste, Eh que les molesta señores? y no calló hasta que se le llamó al orden,  pero es que no son hechos aislados, porque otro  parlamentario socialista quiso entregar al señor Rajoy, en el mismo Parlamento, un casco de minero; algo que hubiera conseguido si los guardaespaldas del Presidente, no lo hubieran impedido. Si esto se produce en el Congreso, no se olviden de que, aparte de la pitada al Rey y el Himno Nacional el día de la final de la Copa del Rey; en una localidad catalana, en Montmeló, en una prueba motociclista, cuando se interpretaba el himno de España se montó otra pitada. También los sindicalistas siguen  anunciando a voz en grito un otoño caliente si el Gobierno no rectifica y el propio líder de CC.OO, señor Toxo, pedía ante sus huestes, un referéndum para que Rajoy se sometiera a la supuesta voluntad “del pueblo” arguyendo que no cumplía con su programa electoral. Lo que no dicen estos energúmenos es que tampoco se esperaba, el señor Rajoy, que la señora Salgado, vicepresidenta económica del anterior gobierno, le engañara dándole cifras equivocadas sobre el déficit público acumulado del año 2011.
 
Cuando el Gobierno consigue apoyo de la UE, hace cambiar de opinión a la señora Merkel que no era partidaria de dar más ayudas sin intervenir las naciones, y consigue que la ayuda llegue a un 30%  de nuestro sector bancario que es quien lo precisa; lo primero que se les ocurre a los de la izquierda es pretender engañar al pueblo con supuestos acuerdos ocultos con Bruselas, que recaerían sobre los ciudadanos españoles, como consecuencia de los préstamos a bancos y cajas. Siendo todo ello una patraña, una más de las mentiras que acostumbran a dejar caer los socialistas y una traición a la nación; no es lo peor, porque, en realidad, con todos estos actos, declaraciones, ofensas a los símbolos nacionales etc. a quien realmente perjudican es al pueblo español que es quien sufrirá, más directamente, las consecuencias de la desconfianza que se está generando en los inversores, que son los que deben comprar o renegociar nuestra deuda pública,  sin la cual no vamos a poder atender nuestros compromisos de pago, con las irreparables consecuencias que esto supondría para los españoles, condenados a dejar el euro y, posiblemente, a volver a la pesetas con una devaluación próxima al 80%.
 
Conviene que se aclare que, el dinero que se dará a los bancos que lo soliciten, devengará un interés muy por encima del que pagará el FROP al organismo europeo encargado de gestionar los créditos que, seguramente, oscilará entre el 3 o el 4 por ciento, algo que todavía está pendiente de la reunión que el G20, a la que acudirá invitado Rajoy,  que se va a celebrar el día 22 del corriente mes en la que, con toda probabilidad, se van a concretar las condiciones que se les deberán imponer a los bancos prestatarios. El FROP parece que va a percibir, de los bancos que acudan a los créditos que nos concederá Europa, un interés aproximado de un 8% con lo cual es evidente que no habrá coste para la ciudadanía y sí unos beneficios para el Estado. Es obvio que, las entidades financieras que se acojan a esta modalidad de créditos, deberán someterse a las condiciones que se fijen desde Europa y, a la vez serán vigiladas directamente por los interventores que el FROP deberá nombrar para seguir de cerca la gestión de los directivos implicados en la operación. Cualquier intento de deslegitimar la acción del Gobierno en esta operación es tratar de desprestigiar a España. O así es, señores, como lo veo yo esta complicada operación.