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Diario YA


 

La situación de España no es comparable con la de Grecia pero quedan años de grandes sacrificios

España bailando en la cuerda floja

Miguel Massanet Bosch.    Quizá el pueblo español necesite una tregua. Si es cierto que el estrés es una de las causas de las enfermedades cardíacas, no hay duda de que existen grandes posibilidades de que, si esto sigue así, las clínicas españolas tengan una verdadera oleada de pacientes afectados por tal clase de morbideza  Si toda Europa está a la espera de los próximos comicios griegos, con la esperanza puesta en que el nuevo gobierno: primero, consiga constituirse y, segundo, tenga la suficiente autoridad para forzar a los griegos a someterse a las condiciones de quienes se han arriesgado con ellos para inyectarles liquidez, lo que, al parecer, todavía no está claro si ha sido una operación productiva o, por el contrario, va a acabar con un fiasco de proporciones imprevisibles. 

 
En  todo caso, si bien la situación de España no es comparable con la de Grecia, lo que sí no se puede negar es que, esta última semana ha sido de locura, a caballo de si estábamos a punto de ser rescatados, pendientes de una actividad diplomática frenética por parte de los responsables financieros de los países de la CE y España y sometidos a las turbulencias de las bolsas, que nos han llevado a rozar el punto fatídico de no retorno. Como siempre sucede en estos casos, las fuerzas especulativas han intentado, (como ya viene siendo habitual), jugar con la posibilidad de una inminente intervención de los famosos hombres de negro, la Troika, para ponernos las condiciones, las drásticas condiciones que siempre han seguido a la intervención de los otros países que han caído antes que nosotros. La vicepresidenta del Gobierno, señora Sáez de Santamaría, en los EE.UU. y compareciendo ante el selecto club Bilderberg, donde se reúnen las más influyentes personas del mundo, para dar información de buena tinta sobre la verdadera situación económica y financiera de nuestro país y, de paso, cambiar impresiones con la señora Cristine Lagarde, del  FMI, sobre posibles soluciones a nuestro problema; entre las que, sin duda, se debió comentar el posible rescate reducido solamente a la financiación o recapitalización de la banca que lo necesite y la posible constitución de un organismo centralizado y unificado de toda la banca europea.
 
El cambio de postura de Alemania, con una Merkel que, probablemente, habrá sopesado las fatídicas consecuencias para su país y Europa  que pudieran derivarse del desmoronamiento del euro, algo que, ciertamente sucedería si España cayera en quiebra soberana y tuviera que se rescatada – un evento que pondría en grave cuestión la moneda europea y, de paso, a la misma UE –; parece que tuvo efecto inmediato con la bajada de nuestra prima de riesgo por debajo de los 500 puntos básicos y una cierta recuperación del Index 25. Claro que, todo este entramado está cogido con hilos y sujeto a que, cualquier sorpresa, como la de que la agencia de calificación Fitch haya decidido ( no se sabe por qué motivo) bajar tres escalones la calificación de la deuda española, dejándola en BBB con pronóstico negativo, puede resultar un apoyo especulativo para que, la desconfianza de los inversores se volviera a poner de manifiesto, con un súbita caída de nuestros valores y la subsiguiente subida de la prima de riesgo, que se ha situado en los 492 puntos básicos. No obstante, al final de la sesión se ha impuesto de nuevo la sensatez y, la prima de riesgo, ha quedado en 489 p.b y el Ibex 35 ha subido un 1’77%, con lo que, a pesar de la movida de esta semana, resulta que nuestra bolsa ha podido recuperar un 8%.
 
No obstante, parece que las prisas han vuelto  a Bruselas, quizá presionada por el señor Obama, que está obligado (estamos ya en época electoral) a tranquilizar a sus votantes que ven con preocupación lo que está sucediendo en Europa, con la incógnita de Grecia y la fragilidad de España – no le van especialmente bien las cosas al señor Obama, que ha visto como, un republicano, ha derrotado a su candidato en Wisconsin –. Hoy mismo se están sucediendo mentidos y desmentidos sobre el presunto adelanto a mañana, sábado, de la petición (forzada por Bruselas), por parte de España, del rescate bancario.  Lo curioso es que, el gobierno español, estaba esperando el informe sobre la situación de la banca española, realizado por las dos auditoras y el del FMI, que se esperaban para finales de mes. Lo dicho, una serie de noticias, en algunos casos contradictorias, que no contribuyen precisamente a calmar a la ciudadanía, que observa con preocupación como, aquellos mismos países que se oponían al rescate bancario, ahora parece que son los que más interés tienen en que se adelante, quizá pensando que conviene que esta operación no coincida con las elecciones griegas.
 
En todo caso, que nadie piense que a los bancos españoles les va a salir esta operación de gratis. Si, cuando el señor Zapatero, a principios de su segunda legislatura, dotó a los bancos de un crédito de 50.000 millones de euros para que pudieran repartir créditos con objeto de reactivar nuestra economía no hubo condiciones ni se les puso control estatal, lo que les dio la oportunidad de dedicar aquella cantidad a tapar los agujeros que les había causado la explosión de la burbuja inmobiliaria, sin que los créditos fluyeran de nuevo para ayudas a los empresarios y la economía siguió estancada. Tampoco la intervención, posteriormente, del FROP, para salvar a los bancos y cajas que estaban a punto de quebrar, sirvió para que se reactivaran los créditos a empresarios. Ahora, por tercera vez, se les va a dotar, si se lleva a cabo la petición de rescate, de unos nuevos créditos que se les darán mediante inyecciones de efectivo al FROP, que será quien los prestará a los bancos que lo precisen (se habla de una cantidad que puede ir desde los 40.000 millones de euros hasta los 80.000 millones). Pero, a diferencia las condiciones llevables que se les impusieron a los receptores de las anteriores ayudas, en esta ocasión, van a quedar vigilados por los famosos hombres de negro, que Europa va a poner en acción para que se cumplan, sin el menor desvío, las duras condiciones que, sin duda, se les van a imponer a las entidades y a quienes sean responsables de ellas. 
 
Lo que todavía no queda muy definido es cómo toda esta movida financiera, estos salvamentos extremos de nuestras entidades bancarias y la vigilancia que Bruselas o el nuevo organismo europeo al que se le encargue la misión de unificar la banca europea, lleve a cabo sobre su futura gestión; va a tener efectos favorables por lo que hace referencia a las ayudas a las empresas españolas que precisan de créditos para reactivarse y poder competir, con posibilidades de éxito, con el resto de las empresas europeas y del resto del planeta. Puede que se tarde más de lo previsto para que todo el sistema financiero del país recobre su normalidad y puede que, entre tanto, tal como ya anunció el señor Rajoy al principio de esta legislatura, el desempleo del año 2012 alcance la cifra de 600.000 parados más. La necesidad de que las autonomías ( una de las causas de que España se encuentre en la precaria situación actual) deban reducir su cifra de déficit y que ello les obligue a tener que meter las tijeras a fondo en sus gastos para cumplir con el máximo del 1’50% sobre el PIB que se les ha fijado como techo; va a comportar la producción de nuevos despidos y, los despidos, implican menos demanda, y ello, menos producción…Si a ello añadimos la posible subida del IVA y los aumentos de tasas; no podemos decir que, el panorama que se nos presenta, sea muy alentador. En todo caso, nos quedan unos años de grandes sacrificios. O así es, señores, como vemos la situación actual del país. 

 

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