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Diario YA


 

España, el top manta del paro

Eduardo García Serrano. 28 de abril.

Hace poco más de un año ZP galleó proclamando que su Gobierno había derrotada a la lacra del paro y que esta legislatura sería la del pleno empleo. Cuando la incompetencia y la incapacidad llegan al Poder, bajo la apariencia antropomorfa de ZP y sus ministros, adoptan la forma de la fatalidad.

Un año después de haber pronunciado aquella chulería de “Casa del Pueblo” las oficinas del INEM zumban como una colmena apedreada con más de cuatro millones de españoles vencidos y derrumbados que, expulsados de la ecuación del mercado, están ya en la oscuridad del paro, donde el futuro se acaba y el tiempo transcurre lento escuchando a ZP eructar gilipolleces sobre la fortaleza de nuestra economía, la solvencia de nuestro sistema bancario y que dentro de un “ratito” empezará a mejorar la situación. Mentira.

ZP miente con toda la boca porque allí donde cuatro millones de españoles buscan trabajo y pan, él y los socialistas, que fabrican parados como los manteros CDs piratas sólo buscan una justificación que en mitad de la rutina, del caos y de un paro endémico les permita ganar otra vez las elecciones.

ZP ha perdido la autoridad moral para gobernar porque más de cuatro millones de parados le envuelven como una mortaja. Más de cuatro millones de españoles sufren en el paro y más de un millón de nuestros compatriotas conocen la completa oscuridad de la desesperación absoluta pues en sus hogares todos los miembros de la familia, en edad de trabajar, están en el paro. El sufrimiento de todos y cada uno de ellos es el delito político y el pecado social de ZP, tan pródigo en promesas y tan mezquino a la hora de cumplirlas.

Aunque su arrogancia esté siendo barrida por las manos ociosas de más de cuatro millones de parados ZP nos ofrece su sonrisa y su optimismo patológico como quien tiende una camisa a secar al sol. El crescendo del ritmo del paro es la partitura del estallido social que está a la vuelta de la esquina de cualquier oficina del INEM, y él sonríe. Sonríe y ensucia su discurso de mentiras y traiciones a los trabajadores y a los pequeños y medianos empresarios que son los que, con su esfuerzo cotidiano sostienen la Nación que él destruye a diario, mientras sólo satisface con largueza a la Banca, que es la que le va a pagar sin pedirle cuentas por el préstamo la próxima campaña electoral.

El estadista planifica, como han hecho Sarkozy y Angela Merkel, y el político urde tácticas y añagazas para ganar las elecciones. Por eso Francia y Alemania soportan los efectos de la crisis con fortaleza y trabajo, mientras España se arrastra en la nada y en la secesión con más de cuatro millones de parados que abonarán la próxima victoria electoral de un alfeñique político que no tiene un verdadero propósito nacional y social más allá de los caprichos de su bisutería filosófica y de su quincalla dialéctica giliprogre. 

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