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habla, en exclusiva para diario ya, la sobrina del fundador de falange

"Franco intentó salvar a José Antonio"

Rafael Nieto. 8 de abril.

Diario YA continúa hoy con “La Otra Memoria Histórica”, la que el actual Gobierno se empeña en ocultar y manipular, convirtiendo el conflicto bélico en una guerra de buenos contra malos y la II República en una arcadia feliz. Casilda Peche Primo de Rivera es sobrina de José Antonio, fundador de la Falange, que fue “juzgado” sin garantías procesales y fusilado en la cárcel de Alicante el 20 de noviembre de 1936. Con ella hablamos de los aspectos más desconocidos del personaje, su carácter, su condición de católico y la vida de su familia en aquellos años convulsos y peligrosos en España.

¿Cuáles son sus primeros recuerdos familiares relacionados con José Antonio?

En casa se hablaba mucho de José Antonio…, no tanto de política, pero sí de él. También se hablaba de política, de la guerra, como es normal, entre otras cosas porque mataron a once personas de la familia de mi madre. Mi madre tenía una gran admiración por su hermano, primero porque era un hermano estupendo, buenísimo, y luego por el personaje público y político que representaba, y que ella estaba también convencida, claro. Mi abuela Casilda, que por eso me llamo yo así también, murió muy joven, a los 28 años, después de tener al último de sus hijos, Fernando. Mi abuelo, como era militar, entonces los niños se criaron con dos tías suyas.

¿Qué comentarios se hacían en su casa sobre el proceso judicial a José Antonio, que terminó con su asesinato en la cárcel de Alicante?

Bueno, ya sabe Vd. que durante el juicio se defendió él a sí mismo…Recuerdo a mi tía Pilar decir que los mismos jueces se quedaron asombrados cuando le escucharon en su propia defensa, como abogado y por las razones que dio para defenderse. Fue un proceso injusto; los rojos le habían cogido y no estaban dispuestos a dejarle. Matar a José Antonio era un hecho, hicieron un juicio pero daba lo mismo, José Antonio estaba condenado de antemano. Mi madre estuvo en la cárcel con él, en Alicante, hasta que lo mataron, la última noche estuvieron toda la noche con él, rezando, despidiéndose…, fue una cosa muy emotiva.

¿Pudo Franco hacer algo para sacar a  José Antonio de la cárcel?

Eso es algo que nos han preguntado muchas veces, más por mala idea que por curiosidad, quizá. Sobre todo por achacarle a Franco una cosa que dicen que pudo salvar a José Antonio y no quiso, eso es mentira. Eso es una infamia. No solamente no pudo, sino que además lo intentó, porque Agustín Aznar, que era cuñado de José Antonio, hizo lo imposible, e incluso fue con un barco alemán para intentar salvarlo, siempre con el apoyo de Franco. O sea que eso no es verdad, Franco no solamente lo intentó, hizo lo posible por salvar a José Antonio, lo que pasa que la gente quiere tirar por tierra a Franco sostiene que no le quería ayudar para que no le hiciera sombra. No es verdad. Franco siempre quiso salvar a José Antonio, y no pudo. Tampoco es verdad que quisieran “canjearlo” por un hijo de Largo Caballero.

¿Cree usted que José Antonio podía haber llegado lejos en la política?

No le interesaba, él era un gran amante de su carrera, del Derecho, y él siempre hubiera ejercido de abogado. Él entró en política por su padre, por mi abuelo Miguel, porque cuando murió mi abuelo en París se dedicaron (aquí en España) a difamarlo, y José Antonio entró en política para defender a su padre. Al ser un hombre muy consciente de lo que estaba pasando en España, los acontecimientos le llevaron a “tirar para adelante”, pero lo que él realmente amaba era su carrera y su profesión de letrado.

Se ha hablado mucho del carácter de José Antonio, sobre si era un hombre agresivo o violento…, ¿qué idea tiene usted al respecto?

En el plano familiar, era una persona absolutamente afable, cariñoso, muy amante de su familia, queriendo muchísimo a sus padres, a sus hermanos, a sus dos tías que les criaron, asumiendo su papel de hermano mayor…Pero de violento y malhumorado, como se dice, en absoluto, al revés, era un hombre simpático, que esa es una faceta que no se conoce…Eso es lo que me han contado sus propios hermanos.

También se habla en algunos libros sobre su posible amistad con Indalecio Prieto y con García Lorca, ¿lo puede confirmar?

No, en mi familia nunca se ha comentado eso. Es posible, porque José Antonio no tenía prejuicios de ninguna clase aunque ahora lo quieran presentar como un “comeniños”, pero no lo sé.

¿Cómo han vivido, en su familia, los años de democracia y de desprestigio hacia la figura de su tío?, ¿con rabia contenida, con impotencia, con tristeza?

Pues con un poco de todo, rabia contenida sí, hay veces que te da rabia, impotencia también porque sabes que por mucho que digas o que hagas no puedes hacer nada. Pero no afán de revancha ni venganza, eso ya no. Yo soy de la opinión de que el tiempo pone a cada uno en su sitio…, ahora por ejemplo, Ramón Tamames, que viene de donde viene, ha hecho un libro reconociendo la figura de mi abuelo Miguel, esto posiblemente ocurra también con José Antonio.

Leyendo algunos discursos de José Antonio, uno comprueba la absoluta vigencia que siguen teniendo prácticamente todos ellos.

El discurso fundacional es impresionante. Es cierto. La visión de José Antonio era acertadísima, desde luego, y futurible. Y está pasando. Él conocía muy bien lo que era el pueblo español, y el carácter español, y las reacciones de los españoles, yo creo que lo conocía muy bien. Y además, en su enorme juventud, tuvo una gran preparación cultural e intelectual.

Hablemos de religión, ¿cuál era la relación de José Antonio con la fe?

José Antonio era un hombre profundamente religioso, con unas convicciones absolutamente arraigadas, católico, y que transmitía su fe y sus principios, no solamente a título personal, sino también en sus escritos. No beato, no era una persona beata, pero sí profundamente católico y creyente. Él no admitía medias tintas en ese tema, vamos, ni en ese ni en ninguno.

¿Qué le parece la actual Ley de la Memoria Histórica aprobada por el Gobierno?

Me parece una infamia, una absoluta infamia. Porque es la memoria que le interesa a este partido en el gobierno, denostando a los que no son de su cuerda y ensalzando a los que a ellos les conviene. Y todo lo que ha hecho Garzón al respecto me parece demencial, francamente. Nosotros pensamos en su día llevarnos a José Antonio del Valle de los Caídos, porque pensamos que en algún momento dado lo sacasen por las bravas…Y pensamos en llevarlo al cementerio donde está el resto de la familia, a San Isidro. Eso se ha quedado parado, pero no lo descartamos, claro, porque tememos que eso pueda pasar.

¿Llegará el día en que se vea la época de su tío, y el posterior régimen de Franco, sin tanto enconamiento ideológico?

Creo que sí, lo que pasa es que si no fuera por la radicalidad tan tremenda de estos gobernantes y el sectarismo tan impresionante que tienen, ese enconamiento se hubiera ido diluyendo y hubiera sido una etapa histórica más, pero con este radicalismo y este revanchismo lo veo difícil de momento. Creo que un país no puede vivir con este odio, porque nos han vuelto a dividir.

Una de las frases más emblemáticas de José Antonio es la definición que dio sobre nuestro país: “España es una unidad de destino en lo universal”. ¿Qué le sugiere?

Creo que José Antonio lo que quería decir en esa frase es que España, en el contexto universal, era un punto muy importante, por todo, por su historia, porque por ejemplo en el tema religioso España ha sido la que ha evangelizado al resto del mundo. Y José Antonio lo que quería decir es que España es necesaria para el resto del universo. Era también un guiño a la España imperial de Carlos V y de Felipe II, una idea de España como cabeza del mundo.

¿Cómo se imagina a José Antonio en la España de hoy, qué estaría haciendo?

Pues si tuviera ahora 33 años, supongo que estaría haciendo todo lo que pudiera, peleando por que esto se solucionase, estaría preocupadísimo con el derrotero que ha tomado esto. José Antonio era un líder, e intentaría solucionar los problemas que tenemos ahora mismo, desde luego no se quedaría en su casa tan tranquilo.
 

Etiquetas:memoria histórica