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Diario YA


 

Historia de un atropello

Fernando Ballesteros. 15 de Octubre.

Tenía pensado escribir hoy sobre las polémicas artificiales que se crean cuando nos quedamos sin liga. Unos ingleses que no quieren jugar en el Bernabéu por aquí, un Balón de oro con varios candidatos españoles entre los que unos parecen más españoles que otros, vamos lo normal.

Y resulta que la UEFA ha venido hoy a cambiarme los esquemas y a tocarme.....los esquemas también, venga, vamos a dejarlo así. Razón: el atropello con el que nos desayunábamos esta mañana. SI, lo de los tres partidos de clausura para el Estadio Vicente Calderón.
 
Conozco gente que ha mirado la fecha del calendario para confirmar que, efectivamente, hoy no era el día de los inocentes. Todo es mucho más grave. La UEFA,  ese club privado que hace lo que quiere y cuando quiere y que se pasa por el arco del triunfo la ley de cada país hasta el punto de desafiar al gobierno español cuando éste pidió que se cumpliera la normativa y se convocaran elecciones en la Federación de Villar, ha vuelto a protagonizar un sonado dislate. Y el perjudicado, el Atleti.
 
Villar, el hombre que no sabe pronunciar con propiedad el nombre de su deporte, tiene un gran peso en la UEFA, cuyas dietas bien conoce y disfruta y en cuyas Comisiones es un auténtico doctorado, pues ha debido formar parte de 737. El caso es que he esperado unas horas antes de escribir esto para que se pasara el "calentón" inicial y porque suponía que a estas alturas de la noche el bilbaíno ya habría hecho valer esa influencia o, en su defecto, habría dimitido. Ni una ni otra, claro. Es mucho mejor seguir a la "sopa boba" del Señor Platini.
 
El caso es que la vuelta de Torres no será tal por mucho que el presidente Cerezo, ese hombre, se empeñe en decir lo contrario. Vaya reparto.....Villar, Cerezo ¡Qué me quede como estoy! porque con esta defensa veo el Calderón -o la flamente y olímpica Peineta- clausurado hasta el fin de los días.
 
Podría entrar en detalles y destacar que el informe de la UEFA aseguraba que la organización del partido por parte del Atlético fue perfecta para que nos hagamos una idea de la magnitud de la injusticia perpetrada hoy. Pero creo que sobra la enumeración de motivos cuando, básicamente, todos estamos de acuerdo. Lo que hace falta es que tomemos conciencia de las manos en las que está el fútbol.
 

 

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