Valencia es conocida internacionalmente por sus fallas, su paella y cada vez más, por su horchata; la bebida que se corona cada verano como la reina indiscutible de las terrazas.

Fresca, apetecible y perfecta para combatir el calor, va calando año tras año entre nuevos paladares que desconocían su dulce sabor. Si es artesanal, natural y de calidad, mucho mejor, porque la diferencia es considerable.

Un punto más a favor con los que cuenta la siempre excitante Valencia, uno de los destinos turísticos que nunca defrauda. A estas alturas, pocos de sus visitantes se resisten a degustar la rica horchata. Al tratarse de una bebida altamente refrescante, tan autóctona y auténtica, se hace necesario probarla para conocer otra de las tradiciones gastronómicas imprescindibles de la región. Sin embargo, muchos aún no saben que se trata además de un verdadero superalimento con múltiples beneficios para la salud.

La horchata valenciana está elaborada con agua, azúcar y chufas, unos pequeños tubérculos —de origen milenario— que proceden de las raíces de la juncia avellanada (su fruto es parecido a la avellana). Pero lo más interesante de remarcar, son los recientes estudios elaborados por el CSIC que le confieren propiedades muy beneficiosas para la salud, ya que la presencia de fosfolípidos (un tipo de lo que se llaman «grasas sanas»), destacando el ácido fosfatídico (Phosphatidic Acid, PA) es muy notable, por encima incluso de la soja. Los fosfolípidos constituyen parte esencial de las membranas celulares, que si están fuertes, previenen muchas enfermedades. De ahí su importancia.

Incluso la NASA la recomienda debido a su gran aporte nutritivo y a su capacidad de resistencia a climatologías extremas. En muchos restaurantes veganos del mundo se está poniendo de moda y su ascenso es imparable. Si a ello le sumamos sus supuestas propiedades afrodisíacas, el negocio está servido.

La chufa se cultiva en 19 términos municipales de la comarca valenciana de l'Horta Nord, en los que se dan la condiciones idóneas que la convierten en la única zona de Europa en la que se produce. Así que, aprovechando su tirón, la Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de Valencia aprobaba recientemente un convenio de colaboración con el Consell regulador Denominación de Origen Horchata de chufa de València por el que, entre otras actuaciones, Turismo promoverá la horchata en el exterior e impulsará además la ‘Ruta de la horchata en bici’ y el festival de música ‘Chufa Rock’, que se celebra en el municipio de Alboraia, la cuna de la horchata. Todo ello para dar a conocer más y mejor esta tradicional bebida cargada de virtudes fuera de nuestras fronteras y por qué no, captar un turismo más variado para Valencia, ya que la mayoría de sus visitantes proceden del territorio nacional (un 77%, según el portal Rumbo) y, en menor medida, de otros países de Europa. Tal vez la horchata sea la respuesta definitiva a ese despegue turístico internacional que merece la ciudad.

Los agricultores ya presienten ese empuje y se frotan las manos debido a la creciente demanda de este tubérculo en el mundo. Y es que se prevé que el precio por kilo alcanzará los 70 céntimos, que suponen 5 céntimos más que el pasado año.

El Consejo Regulador de la horchata asegura que la producción de esta temporada supera los 8 millones de kilos de chufa, de los que la práctica totalidad están amparados por la denominación de origen Chufa de Valencia.

Según comenta Francesc Espinosa, presidente del Consejo Regulador: "hemos detectado que el consumidor busca cada vez más la denominación de origen, porque sabe que apostar por la chufa de Valencia es hacerlo por la calidad de un producto de proximidad. Este hecho ha impulsado a muchas industrias a apostar también por la chufa de Valencia para elaborar su horchata, lo que se traduce en una mayor demanda de este tubérculo y el aumento del precio que percibe el agricultor".

Este año especialmente, la calidad de la chufa es excepcional. No te olvides de los fartons para acompañarla. ¿A qué esperas para probarla?