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Diario YA


 

El Tribunal Constitucional tiene la palabra

Jaque a España y al Estado de Derecho

Miguel Massanet Bosch

Esperamos que don Pascual Sala y los señores que le apoyaron para dictaminar, en el TC, que Bildu no tenía nada que ver con ETA y que, por lo tanto, podía concurrir impunemente a las elecciones municipales que se celebraron el pasado mes de mayo, en el País Vasco; se hayan recuperado de su molesta metamorfosis celular que les puso la “carne de gallina” y se vayan reponiendo del shock que, con toda probabilidad, les ha producido el comprobar como su “clarividencia” y “objetividad”, a la hora de sacar consecuencias de los informes policíacos que obraban en poder del alto Tribunal (sobre la estrecha y patente relación de BILDU); fueron, efectivamente, mejorables. Curiosamente, parece ser que los únicos que, en España, estaban en el conocimiento respecto a la verdadera naturaleza de la nueva formación política y de sus integrantes, fueron los simples ciudadanos. La legalizaron y, a partir de aquel momento, para mayor burla y escarnio de los jueces que tomaron tal decisión, los nuevos ediles y alcaldes “bilduanos” se han dedicado, con más esfuerzo que buenas intenciones, a hacer todos los méritos para dejar en evidencia a quienes, con tan pocas luces, los declararon elegibles para los cargos públicos, como si se tratara de una más del resto de formaciones políticas democráticas.

Por si no fuera suficiente la actitud coercitiva hacia el resto de ediles de otras formaciones, elegidos para formar parte de los consistorios donde ellos dominan; como si su negativa a utilizar la insignia nacional española en sus edificios o sus ilegales actos de apoyo a los etarras y sus ayudas a las familias de los presos etarras, por medio de subvenciones pagadas con dineros públicos –es decir, conseguidos de los impuestos pagados por los ciudadanos decentes –; hemos tenido ocasión de quedar admirados cuando nos hemos enterado de que, en la localidad de Alsasua, cuyo ayuntamiento está dominado por Bildu, este consistorio ha tolerado y visto con simpatía el que, con motivo de las fiestas de dicha localidad Navarra, un numeroso grupo de presuntos cachorros de ETA han montado un vergonzoso y denigrante espectáculo, en el que se ha simulado un desfile en el que los figurones, que iban vestidos de guardias civiles, policías y falangistas; se han cebado con las fuerzas del orden , con el Rey y con España; montando una grotesca parodia en la que se saludaba brazo en alto y se hacía mofa y befa de SM el Rey representado por un chiquilicuatre que repetía expresiones como “Viva España una, grande y libre” o “viva el orden y la ley”, todo ello acompañado de banderas españolas y banderas rojas nazis con su característica esvástica en el centro.

Y ante todas estas muestras de enfrentamiento a las leyes, incumplimiento de los deberes de los ayuntamientos, regidos por Bildu, de su obligación de hacer respetar las leyes y evitar manifestaciones de carácter secesionista, de menosprecio a nuestras fuerzas del orden y de ofensas e insultos a la máxima autoridad de la nación, el Rey; ¿ quién ha reaccionado? Se provoca abiertamente al Estado de Derecho y a la seguridad de la propia nación y nadie parece preocuparse y, el Gobierno, el que menos. Se dice por ahí que el Ejecutivo vuelve a ponerle freno al acoso a ETA, como si tuviera entre manos algún tipo de interés, por supuesto espurio, en no molestar demasiado a los terroristas, puede que esperando para que, antes del 20N, algún tipo de oferta de ellos les pudiera favorecer electoralmente, Algo sucede con el Gobierno, que ha vuelto a ceder ante los nacionalistas y sus retos; como los del Gobern catalán que se ha mostrado más beligerante que nunca en la pasada Diada, donde se reprodujeron los insultos a España y la quema de banderas y efigies del Rey, sin que se hayan producido más que tibios intentos de localizar a los presuntos autores de tales desaguisados.

Las declaraciones de insumisión constitucional en el propio Parlament catalán; las sectarias manifestaciones de la ministra Chacón, llamando al desacato judicial respecto a la resolución del TSJC sobre el uso del español en la educación y el abierto desafío a la legalidad del señor Mas, cuando afirma que no acatará la sentencia porque, según él, va en contra de una ley catalana; son hechos que se van sucediendo en un corto espacio de tiempo como si, de pronto, todo el tinglado de la Justicia se desmoronase y, en España, se hubiera desatado el caos, sin que ni el Gobierno, ni las autoridades ni el poder Judicial fueran capaces de parar esta peligrosa deriva hacia no se sabe donde. Pero, ¿qué está ocurriendo, mientras tanto en la sede de la voluntad del pueblo español? Pues señores, lo inconcebible, lo más inverosímil que se le pudiera ocurrir pensar a cualquier persona decente española, los señores parlamentarios, excluidos los del PP, UPN y el partido de Rosa Diez ¡procedieron a llevar a cabo la más ostentosa bajada de pantalones que se recuerda en España desde que llegó la democracia! Sus señorías se despojaron de todo su espíritu patrio, renunciaron a su españolidad y se rindieron ante el miedo a que Catalunya se “enoje” con España.

El congreso se pronunció para que, “el catalán sea el centro de gravedad en la escuela catalana, sin exclusión del castellano”, si lo desean se lo traduzco para que lo entiendan mejor: un hachazo al Estado de Derecho, una humillación a la Justicia, una bofetada a la Constitución y, el castellano, definitivamente desterrado de Catalunya. La mayor traición que se le ha hecho a nuestra lengua castellana, desde el mismo corazón de la soberanía popular. ¡Ahora si que debiéramos pedir un referéndum! Una consulta popular para desenmascarar a aquellos que, por conveniencias electorales, por ponerles palos a la unidad de España; por intentar mantenerse en el machito, no dudan en ceder, una vez más, ante las exigencias del nacionalismo radical catalán. En unos momentos de agobio económico; los mismos que tantas veces nos han engañado, no dudan en volver a ceder ante aquellos que no han parado de chantajear a España, primero para desangrarla y después para obligarla a que ceda la poca soberanía que, todavía, el Estado mantiene sobre tan arisca comunidad. La Historia se repite.

País Vasco y Catalunya, los dos tumores de España, los que con sus votos, ¿no es cierto señor Durán y Leida?, han mantenido a un gobierno socialista, nefasto para España y los españoles, y también gracias a sus votos han conseguido chupar del Estado español hasta la última gota de sus poderes en beneficio de sus aspiraciones de autogobierno. Catalunya, la autonomía más endeudada de todas, a la que la agencia de calificación Fitch ha vuelto a distinguir con una rebaja de la calificación de su deuda, pasándola de “A” a “A–“; una vez más está intentando, en su beneficio, perjudicar al resto de España. Recuerden lo que ocurrió en la Guerra Civil, en mayo de 1937, cuando en plena guerra, en Barcelona, se mataban mutuamente los comunistas y los de ERC con los de la CNT y el POUM mientras, en el frente, Franco seguía avanzando. La misma caída de Barcelona en manos de los franquistas, el 25 de enero de 1939, fue sin disparar un tiro, cuando se esperaba y así lo habían anunciado la propaganda del gobierno republicano, una resistencia feroz, con el famoso “no pasarán”. Pues pasaron.

Creo, honestamente, que la situación de nuestro país, aunque muchos no piensen así, es mucho más delicada de lo que nos quieren hacer creer. Quisiera que no fuese así, pero mucho me temo que nos quedan años de dificultades. O esta es, señores, mi opinión