Principal

Diario YA


 

MI OPINION

La espada de Damocles sobre Figueruelas

Wenceslao Pérez Gómez. 28 de julio. Nuevamente nos vemos obligados a comentar informaciones intranquilizadoras sobre la planta española de Opel, situada en la localidad zaragozana de Figueruelas, que ponen en tela de juicio las “alegrías” del ministro de Industria, Miguel Sebastián, hace unas semanas cuando, en un ataque de euforia, al saber que el consorcio automovilístico austriaco-canadiense Magna, había adquirido a General Motors, la marca alemana Opel, afirmó que, de esta forma, “los puestos de trabajo en Figueruelas estaban asegurados”.

Pues, ahora, se desvela que eso no es así y que de la seguridad de los trabajadores de Opel en Zaragoza, nada de nada.

Según se desprende de un comunicado de Magna, el consorcio ha elaborado un plan de saneamiento para Opel, por el que se prevé el despido de 10.560 empleados, de los que 1.672 lo serán de la planta de Figueruelas. Además de reducir trabajadores, Magna quiere aplicar una serie de medidas de ahorro, como reducir o eliminar las pagas extraordinarias de verano y Navidad, así como recortes salariales en general, con lo que el saneamiento completo de Opel llegaría en 2014 y el retorno a los beneficios, en 2011.

Otra de las medidas que se adoptarán, será la jornada reducida que, en la planta de Figueruelas se efectuaría a partir de 2012/2013, así como el cierre de la planta de Amberes, donde trabajan 2.600 personas.

De todo esto se deduce que los trabajadores españoles de la planta de Opel en Zaragoza, no tienen su empleos seguros, al contrario de que afirmaba el citado ministro Sebastián y, lo que es más trágico, si el plan de saneamiento que pretende Magna, no da los frutos esperados, la clausura de la citada factoría española, podría contemplarse.

Creemos que aquí lo que ha ocurrido es que, tanto Sebastián como su jefe Zapatero, confían en que las circunstancias internacionales “arreglen” el problema de la crisis, sin que ellos hagan nada por solucionarlo. Solo con sonrisas, falsas promesas y buenas palabras no se llega a ninguna parte. Todavía se está a tiempo de que Figueruelas confíe en su futuro. Lo que ahora hay que hacer, es buscar los medios pero, estos gobernantes que nos ha tocado sufrir, ¿saben?.

Etiquetas:mi opinión