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Diario YA


 

Las manifestaciones del 1 de Mayo vuelven a sacar a la luz la realidad

La estrategia torticera de los Sindicatos

Miguel Massanet Bosch

El escritor y poeta italiano Arturo Graf (1848-1913) nacido en Atenas de padre alemán y madre italiana; entre sus numerosas obras se puede citar el “Ecce Homo”, en la cual dejó escrita la siguiente consideración: “La política es demasiado a menudo el arte de traicionar los intereses reales y legítimos, y de crear otros imaginarios e injustos”. Lo que ocurre es que, cuando uno ha estado relacionado una gran parte de su vida con los temas laborales y conoce de cerca como acostumbran a moverse estos señores a los que se les conoce como “los interlocutores sociales” o “agentes sociales”, que tanto monta, monta tanto, empieza a tener una especial sensibilidad respecto a sus formas de actuar y a los trucos que suelen utilizar para, como se suele indicar en el lenguaje plebeyo, “arrimar el ascua a su sardina” que, en cada caso, como no podría ser de otra manera, tiene un color distinto según se trate de Sindicatos obreros u Organizaciones empresariales. Sólo puedo admitir una diferencia entre ambos protagonistas de las desavenencias laborales y es que, así como los Sindicatos son fieles y entregados seguidores de los partidos de izquierdas, de los cuales reciben ayuda (económica y legislativa) en el caso del otro grupo, el de los Empresarios, no existe una opción política a la que se sientan más atraídos, porque siempre buscan el modo de intentar poner de su lado al partido que esté en el Gobierno; sin que les importe un ardite su color y su ideario, siempre que les ayude a enriquecerse o les permita desarrollar su actividad sin ponerles demasiados obstáculos.

Es por eso, señores, que cuando ha llegado esta fecha a la que tanta importancia se han empeñado en darle los líderes obreros, el 1º de mayo de este 2011, hemos podido observar algunos hechos que nos parece que vale la pena comentar. En primer lugar, la escasa importancia que los obreros le han dado a las manifestaciones que han tenido lugar en las distintas ciudades de España. Se habla de unos miles, de un máximo de 40.000 sindicalistas y de otras cantidades mucho más modestas, en lo que hace referencia a la asistencia a estas concentraciones sindicalistas. Nos cuesta creer que, en un país donde se ha traspasado la línea roja del paro; donde se ha alcanzado un 21’3% de persona que busca empleo y que, el diferencial con los países de nuestro entorno, nuestros socios de la UE, supera el doble de la media (9’9%); con la peculiaridad de que hay países, como Alemania, que están por el 7% de desempleo; en España, los sindicatos mayoritarios UGT y CC.OO, hayan mantenido durante tres años, los de la gran crisis de las sub prime, a los obreros completamente sumisos a las actuaciones gubernamentales, aunque haya sido obvio que todas las medidas que se han tomado para solucionar el grave problema de la nación, han quedado reducidas a agua de borrajas; con la característica de que, en ningún momento, el Ejecutivo socialista, haya conseguido una recuperación de los puestos de trabajo perdidos.

Lo cierto es que, los dos sindicatos mayoritarios, durante las dos legislaturas del señor ZP, han tenido al Ejecutivo bajo control, de modo que al señor Rodríguez Zapatero le ha sido imposible tomar algún acuerdo, en temas laborales, que, previamente, no haya obtenido el visto bueno de los Sindicatos; lo que, como era de esperar, en cada caso lo ha tenido que comprar otorgando, una y otra vez, sustanciosas subvenciones que, con la excusa de cursos sindicales; cursos de reciclaje de parados y otras ayudas varias, han permitido a los Sindicatos convertirse en los poseedores de uno de los patrimonios más importantes y saneados de la nación española. Esto puede explicar su renuencia a salir a la calle y protestar contra el verdadero responsable de la situación caótica de España, que no es más que el Gobierno socialista del señor Zapatero. Hubo sí una llamada “Huelga General” amañada, pactada y sin otra trascendencia que cubrir el expediente ante los 4.000.000 millones de parados que había entonces y, con ello, permitir al Gobierno sacar pecho y continuar permitiendo que se fuera produciendo desempleo, destrucción de puestos de trabajo y hundimientos de cientos de miles de pequeñas y medianas empresas. Lo curioso es que ningún sindicato ha protestado contra la ayudas del Estado a bancos y cajas de ahorros, cuando todos saben que, si existen culpables de nuestra delicada situación actual, se lo debemos a aquellos que especularon para enriquecerse más, aunque, con ello, pusieran en peligro, como así ha sido, los dineros de los ciudadanos depositados en ellos, con los que se operó de espaldas a los depositarios.

Pero les quiero poner en guardia ante la nueva estrategia de estos Sindicatos que, sin duda, van a poner en peligro cualquier posible cambio de signo político que se pudiera derivar de las próximas elecciones municipales y autonómicas del 22M. Fíjense ustedes que, en las manifestaciones en Madrid y en Valencia, dos autonomías gobernadas por el PP, en lugar de protestar contra los responsables de que tengamos casi cinco millones de parados que, por supuesto, no es la oposición; estos sindicatos de clase han cargado las tintas de su descontento contra el señor Camps y la señora Aguirre, cuando se da la circunstancia de que en Madrid, en la comunidad de la señora Aguirre, es una de las en las que más empleo se ha venido creando, gracias a una política de reducción de impuestos y de ayuda a las empresas, al contrario de lo que ha ocurrido en el resto de comunidades de los socialistas, que han preferido ir subvencionado el desempleo y, en alguna de ellas, los propios bolsillos de aquellos directivos del propio PSOE. ¡Claro que, como no sale por TV1 hay muchas personas que no se enteran!

Les pido un ejercicio imaginario en el que se considere lo que hubiera sucedido si, en lugar del PSOE, hubiera sido el PP quien gobernara España y la situación fuere esta que estamos viviendo en la actualidad. ¿Cuál piensan ustedes que sería la reacción de estos sindicatos de que estamos hablando? Pues no hace falta romperse las meninges, porque ya haría meses que los tendríamos en la calle acusando de capitalistas a los miembros del Gobierno, pidiendo su dimisión y provocando altercados en las calles de las grandes ciudades, quemando comercios y bancos y sacando a la calle a los cinco millones de parados, para crear una revolución social con la que derrocar al gobierno, algo parecido a lo que está sucediendo en los países del norte de África. Nada de esto ha sucedido, porque el Gobierno es socialista y no les conviene a los sindicatos el que se desmorone, debido a que saben que, con un gobierno de derechas, es muy probable que no salieran tan beneficiados ni recibirían tantas “ayudas” como las que ahora perciben del PSOE.

Ya verán ustedes como, después del 22 de mayo, si se cumplen las previsiones de que haya un importante vuelco en los municipios y autonomías, favorable al PP, el cariz pacífico y la condescendencia con los errores del Gobierno, que los dos sindicatos han mantenido hasta ahora, se va a convertir en un modelo distinto de comportamiento ante los nuevos inquilinos de las instituciones, un antes y un después respecto al modo de relacionarse con quienes asuman el gobierno de municipios y autonomías y, sin duda, en una nueva política, basada en las continuas reivindicaciones, en la convocatoria de huelgas legales y salvajes, en la petición de aumentos salariales y en poner en práctica los habituales métodos de las izquierdas de imponer sus reclamaciones por medio de la fuerza , el vandalismo y la coacción. O eso es, señores, lo que yo opino.