Principal

Diario YA


 

La guerra ignorada de Afganistán

José Luis Orella. 10 de febrero.

La guerra de Afganistán se encuentra a la sombra de la de Irak. En un momento en el cual se creía que los talibanes habían sucumbido a la ofensiva occidental. Nos encontramos, desde el año pasado, en un recrudecimiento del enfrentamiento, con su correspondiente alza de bajas. Mientras en el 2004, habían muerto en combate 58 militares occidentales, en su mayor parte norteamericanos; en el 2005, habían pasado a 130; en el 2006, habían subido a 191; en el 2007, fueron 232; en el 2008, subieron a 294; y en lo que llevamos de año, 26. La particularidad en las cifras de los últimos años, es que casi la mitad de las bajas pertenecen a contingentes no norteamericanos. Entre los 1.069 fallecidos en combate contra los talibanes; 647, son norteamericanos; 143, británicos; 108, canadienses; 28 alemanes; 23 franceses; 21, daneses; 13, italianos; 18 holandeses; 8, rumanos; 8, polacos; 8, australianos; 3, estonios; 3, noruegos; 2, húngaros, y el resto con una baja. En el caso de España, somos casi los únicos que mantenemos la ficción de una misión de paz, y mantenemos una cifra de 25 muertos, sin sumar los caídos en el accidente del Yak de Turquía, que fueron 62 soldados destinados en aquel “frente de batalla”.

La lucha en el país es difícil, ha de hacerse con tropas especiales de alta montaña, y un enemigo con alta moral, que recluta sus guerrilleros en la amplia población phastún del sur del país. Las minorías del norte y los señores de la guerra, son los aliados ocasionales de los occidentales, aunque no se diferencien mucho, con respecto a los talibanes, en su fervor religioso o el tráfico de opio. Tanto Estados Unidos, a través de Paquistán, como Irán, son los países limítrofes que ayudan de manera activa a distintas facciones que apoyan al nuevo gobierno antitalibán. Sin embargo, la llegada de islamistas internacionales y la profusión en la lucha antioccidental de ataques suicidas, ha producido un relanzamiento del conflicto. Los rebeldes de Afganistán pretenden aumentar el número de bajas militares occidentales, en una cruenta carrera con el conflicto de Irak, que además ha servido para calentar la situación en Paquistán e India. Especialmente en el primero, los muertos por terrorismo se acercan a los tres millares, y los islamistas gozan de cierto prestigio en las zonas tribales de la frontera, donde recientemente han atacado las escuelas e iglesias existentes allí.

 

Etiquetas:josé luis orella