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Diario YA


 

el aguijón

La mosca culé

David Martín. 30 de mayo. Semana europea por todo lo alto. El lunes La-1 abría fuego con un debate insulso entre los candidatos de los principales partidos al Parlamento Europeo, y el miércoles Antena-3 y Canal+ nos ofrecieron la final de la Copa de Europa. Si López Aguilar y Mayor Oreja aburrieron soberamente y debatieron de todo menos de Europa, Iniesta y Ronaldo nos brindaron un espectáculo digno de ver. Política y fútbol del mismo continente, pero la una en las antípodas del otro. El público ha demostrado su apatía por los representantes en la Cámara de Estrasburgo y su devoción por el balón. Dos millones y medio de espectadores vieron el debate del lunes; más de once millones siguieron el deporte rey el miércoles. No hay color. Ya tiene el Barça su tripleta y las cadenas de televisión sus astronómicos datos de audiencia.

Antena-3 empezó a dar la murga desde el martes por la noche al dedicar tres cuartas partes de su “Noticias-2”, a la final europea. Hasta “El diario” vespertino del miércoles se vistió para la ocasión y pudimos ver a algún invitado con la bufanda culé. Pero cuando las portadas de los periódicos y hasta la página de inicio de Google se hacían eco del acontecimiento deportivo, qué otra cosa podíamos esperar de la cadena que iba a retransmitir el evento. Diez minutos antes de las ocho daba inicio en la cadena privada la parafernalia de siempre. ¡Qué despliegue de medios! Reporteros en los banquillos, en el palco, en los exteriores del campo, pantallas gigantes en Barcelona, “Chapi” Ferrer y José Mari Bakero en los comentarios, José Antonio Luque en la narración, y Matías Prats como maestro de ceremonias. Casi una hora de previo, con  más publicidad que otra cosa, en el que no vimos, por ese motivo, la llegada de S.M. el Rey, que sí ofreció Canal+, pero en el que hubo tiempo para promocionar “Radioestadio”, el programa deportivo de la emisora hermana, Onda Cero. Eso sí, el himno de la Champions, cantado por Andrea Bocelli, si lo pudimos ver. Aquí nadie tendrá que dimitir. Se dio lo que se tenía que dar.

Jose Antonio Luque no tuvo su noche en la narración. El que tiene boca se equivoca, está claro, pero él lo hizo en demasía. Durante los primeros nueve minutos nos fatigó al repetir hasta la saciedad que el que estaba jugando no era “nuestro Barça. Queremos a nuestro Barça”, decía. En esas, que poco antes de llegar al minuto diez de encuentro Eto’o marcó el primer gol del partido. No había sacado el Manchester de centro, cuando Luque le indicaba a Bakero que “este sí es el Barcelona al que estamos acostumbrados”. ¡Oh milagro! En un suspiro pasamos de la nada al todo como quien no quiere la cosa. Lo del milagro fisonómico del gol debía ser estudiado. No lo descarten. La euforia era tal, que Luque no sabia si estaba en el estadio Olímpico de Roma o en el Camp Nou, y cuando el primer tiempo llegaba a su fin festejaba la victoria momentánea de “nuestro equipo”. Seguro que algún madridista y algún que otro espanyolista asentían por el uso constante del posesivo al tiempo que ponían el cava a enfriar. 

Pensaba que esta vez no íbamos a oír al narrador salpicar la retransmisión con concursos telefónicos o promocionales, pero no. Pasaron 27 minutos de encuentro y Luque nos vendió el traslado de “Los hombres de Paco” a la noche del jueves. Tras el segundo gol del Barça, sentenciado ya el encuentro, Luque ni contenía su euforia, lógica y natural, ni tampoco cesaba en su empeño de ser hombre anuncio. Que si “La chica de ayer”, que si otra vez Paco y su banda, o que no dejemos de ir a ver “Fuga de Cerebros”, que para eso la produce quien le paga. ¡Qué hartura! Acabó el partido y, por aquello de la inagotable publicidad, por poco nos perdemos la entrega de trofeos a ingleses y españoles. La de los ingleses la vimos gracias al corte a mitad de un anuncio, y la de los españoles, tras el grito de Luque al quejarse de que no tenía retorno y el consiguiente anuncio del patrocinador de turno. Mal comienzo para el post partido. Eso sí, desde el pitido final del arbitro los espectadores de Antena-3 pudimos ver como su mosca, el logotipo que aparece abajo a la derecha generalmente blanco, se revestía con los colores del Barcelona. Y es que si nos perdimos algo, los chicos de la privada dirán que al menos su mosca, y no sólo la mosca, fue culé. 

 

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