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Diario YA


 

el gobierno se ha marcado como objetivo destruir el catolicismo ern España

La navidad está cerca a pesar de ZP

José María Solanes. Como años anteriores, estamos ya a las puertas de las Navidades para celebrar y conmemorar el nacimiento de Jesús hace más de dos mil años, en Belén. Este es el acontecimiento más grande ocurrido en el mundo desde la creación del universo. Nada más y nada menos que el acercamiento de Dios a los hombres, tomando  nuestra naturaleza que une a su naturaleza divina como Segunda Persona de la Trinidad.

     ¿Cómo debemos celebrar este magno acontecimiento? Pues en primer lugar con un corazón que rebose AMOR. Amor al Niño-Dios y amor a nuestros semejantes, sobre todo a los más necesitados por encontrarse solos y quizás enfermos. Para amar de esta manera, debemos pedir a Jesús que transforme nuestro corazón, de piedra, en muchas ocasiones, por un corazón de carne con los mismos sentimientos de su Corazón humano.

     Como nos decía el Papa Benedicto XVI: “Jesús ha venido a cada uno de nosotros y en él nos ha hecho hermanos. De ahí deriva el compromiso de superar cada vez más los recelos y los prejuicios, derribar las barreras y eliminar las contraposiciones que dividen, peor aún, enfrentan a las personas y a los pueblos, para construir juntos un mundo de justicia y de paz”.

     En estos momentos, el gobierno del Sr. Zapatero, se ha marcado como objetivo destruir el cristianismo, y más concretamente el catolicismo ern España. Estos “laicistas” atacan a la Iglesia Católica por todos sus flancos, sin darse cuenta de que tropiezan con un muro pétreo que les va ha llevar a su autodestrucción. Este muro es S.S. el Papa. También se les puede recordar las palabras del fariseo Gamaliel dirigiéndose al Sanedrín judío, cuando perseguían a los Apóstoles en Jerusalén advirtiéndoles de que se exponían a luchar contra Dios.

     Para la celebración externa de esta Fiesta, con mayúscula,  recordemos las manifestaciones que se han vivido en los cinco continentes desde tiempo inmemorial:

     Sin despreciar el árbol, colóquese un belén tradicional en un lugar principal de la casa.
    El día de Nochebuena, cena de gala con la familia, a una hora prudente para que se pueda asistir a la misa de Gallo.
    El día de Navidad, poner la televisión a las doce del mediodía para recibir la bendición Papal “Urbi et orbi” y así ganar la indulgencia plenaria.
    Llevar a sus hijos o nietos a ver los belenes de la ciudad y oír y cantar  villancicos.

     Termino con el mensaje cantado por los coros de ángeles anunciando el nacimiento de Jesús: GLORIA A DIOS EN EL CIELO Y EN LA TIERRA PAZ A LOS HOMBRES DE BUENA VOLUNTAD. ¡Felices Navidades a todos!