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Diario YA


 

La otra crisis: Fracaso ninguneado

Jesús Asensi Vendrell.  Parece mentira, pero en una cosa la mayoría de los españoles estamos de acuerdo: hay que reducir como sea la cifra de fracaso escolar que, desde hace tiempo, supera el 30% entre los alumnos que cursan la etapa de Enseñanza Secundaria Obligatoria.

 
Este problema viene de lejos y por eso la LOGSE, la ley educativa aprobada por el PSOE en el año 1990, estableció la obligatoriedad de la enseñanza hasta los dieciséis años y la posibilidad de realizar refuerzos y agrupaciones especiales con los alumnos que necesitaran una ayuda extra.
 
¿Y ahora qué? ¿Qué hará el Gobierno del Partido Popular para remediar este mal que acecha a nuestros jóvenes, y por ende, a la sociedad entera? Porque… ¿estamos o no todos de acuerdo que la mala educación y el fracaso escolar es una lacra social?
 
El ministro de Educación, el señor Wert, ya anunció que su Ministerio va a reformar la ley educativa para mejorar la calidad de enseñanza y reducir todo lo que se pueda el porcentaje de fracaso escolar. Aquí les ofrezco alguna primicia de dicha reforma: la educación ya no será obligatoria hasta los dieciséis años, sino que durará mientras las dos partes implicadas, alumno y escuela, así lo deseen. Eso sí, no se podrá invalidar una matriculación escolar hasta que no pasen al menos tres meses de efectuarse la misma. Una vez transcurrido ese tiempo, y sin necesidad de ningún periodo de reflexión, cualquiera de las partes firmantes, alumno y escuela, podrá poner punto y final al vínculo escolar sin necesidad de alegar causa alguna. A buen seguro, aunque la reforma del PP no vaya más allá de esto, que el fracaso escolar pasará a ser una cosa del pasado. ¿O va a ser que no?
 
Parece mentira, pero en otra cosa la mayoría de españoles estamos también de acuerdo: sería conveniente reducir el número de separaciones que, desde hace tiempo, siembra de tristeza y odio los corazones de multitud de hombres, mujeres y niños. Más aún, es causa directa del fracaso escolar de muchos de nuestros jóvenes.
 
Este problema viene de lejos, desde que el Gobierno de Unión de Centro Democrático aprobó la ley del divorcio y abrió la veda a la amargura del fracaso evitable, dando por hecho que el matrimonio ya no era una unión “para toda la vida”.
 
¿Y ahora qué? ¿Hará algo el Gobierno del Partido Popular para remediar este mal que acecha a nuestras familias, y por ende, a la sociedad entera? Porque… ¿estamos o no estamos de acuerdo que las rupturas familiares son una lacra social?
 
Ningún ministro del presidente Rajoy ha anunciado cambio alguno en la ley del divorcio express. Esa que permite poner punto y final al matrimonio a los tres meses de su celebración, sin que haga falta alegar justificación alguna, sin periodo de reflexión previo y sin importar que sea uno solo el que quiera el divorcio. A buen seguro que con la actual ley de divorcio express, aprobada por el Gobierno de Zapatero, las rupturas familiares pasarán a ser cosa del pasado. ¿O va a ser que no?
 
 
Jesús Asensi Vendrell 
                                                   Profesor Universidad - Dpto. de Ciencias de la Educación