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Diario YA


 

La otra crisis: Tragedias cómicas

Jesús Asensi Vendrell.   Alguno pensará que es faltar al respeto considerar “graciosa” una desgracia, pero también es verdad que no podemos olvidar eso de “al mal tiempo, buena cara”. Hay que mirar siempre hacia adelante y ver el lado positivo de las cosas, aunque a veces parezca más que imposible.

Resulta que muchos medios de comunicación interrumpieron su programación para dar a conocer una noticia la mar de triste: Rafa Nadal, por culpa de una lesión, no podrá ir a las Olimpiadas de Londres ni ser nuestro abanderado. Han sido múltiples las muestras de cariño y de afecto para con nuestro campeón, pues, según él mismo ha notificado, ha sido una de las decisiones más tristes de su vida, y más si tenemos en cuenta que en las próximas olimpiadas Nadal tendrá treinta años.
 
Hoy, nada más levantarme, le he dicho a mi mujer que tenía que comunicarle dos malas noticias. La primera: Nadal no irá a Londres. La segunda: Yo tampoco iré. Y es que uno también tiene su orgullo, pues soñó antaño ser una figura del baloncesto y se dejó la piel en la cancha un año tras otro hasta que las lesiones le obligaron a colgar las botas.
 
Y mira por dónde, mi mujer y yo, tras compartir sendas desgracias, hemos salido hacia el trabajo con una sonrisa en los labios. Ahora sólo nos queda esperar que el buen humor tampoco abandone a Nadal y a los suyos por muy mal que vengan las cosas. La vida es bella y sólo por cada nuevo amanecer ya es para darle gracias a Dios. ¿No creen?
 
Jesús Asensi Vendrell
Profesor Universidad - Dpto. de Ciencias de la Educación