El título es significativo. Estamos ante una llamada, un aviso, una advertencia a la patria. Una patria que ha perdido el rumbo, las referencias y la memoria, y ahora navega a la deriva dando bandazos en el mar de la Historia. También es una patria dormida. Algo que había sucedido anteriormente y que vuelve a repetirse. Jorge Santayana y Nicolás Avellaneda coinciden en que los pueblos y las personas que olvidan su pasado están condenados a repetirlo. Es el caso de España y, quizá, una de las primeras reflexiones que se hará el lector del libro. Un libro que, por una parte, va a pedirle un compromiso, y por otra, va a modificar en alguna medida su idea de la patria. En Roma, la patria es el padre, la tierra donde se nace. Para ellos, la patria era un regalo, una dádiva de los dioses. Aquí, ahora, ya no es así, y por eso la pobreza de espíritu, de miras, económica, etc.
Se trata de un ensayo que se lee con facilidad y que, por momentos, resulta apasionante. Además, está bien escrito –lo que, a estas alturas del siglo, se agradece-, y tiene la capacidad de impresionar al lector por el despliegue de nombres propios, datos y anécdotas de todo tipo en los que el autor apoya su visión de la realidad española, en este volumen de 204 páginas, donde reflexiona en voz alta sobre el presente, el pasado y el futuro de la nación.
Ante el calado de los problemas que vienen repitiéndose y perturbando de antiguo a España, Velo de Antelo invita al lector a preguntarse qué idea política, ética y moral sería más útil y, en definitiva, cuál se adecuaría mejor a la patria en el momento y en el mundo actuales. Si un modelo de centro derecha liberal, o el socialismo que se esconde en ‘La Nueva Vía’, y que es un reflejo apenas velado de lo que ha sido anteriormente, o quizá, un nuevo modelo transversal social-cristiano de valores, basado en la independencia política.
En su ‘Llamada a una patria dormida’ Santiago Velo de Antelo describe una breve y trascendental reunión que mantuvo el rey, Alfonso XIII, con el presidente del Gobierno, José Canalejas, horas antes de que fuera asesinado. Una reunión, desconocida para la mayoría de historiadores, pero que resulta de vital importancia para comprender la historia posterior de la nación. Así mismo, el texto reproduce íntegramente una entrevista –inédita, aquí- realizada en 1958 a Francisco Franco por el periodista del diario ‘Le Figaro’, Serge Groussard, cuya lectura explica por sí sola el interés de cierta parte de historiadores del país –que no patria- por mantenerla oculta. La entrevista es tan significativa como esclarecedora. El final reserva una sorpresa al lector.
El texto se adivina concluyente en varios aspectos. Pese a ser un ensayo, la documentación que presenta es apabullante. La conducción y la agilidad con la que se desplaza a través de la Historia lo convierten en una obra, cuando menos, de lectura y consulta obligatorias. No hay una página, ni siquiera párrafos sueltos, de relleno. Probablemente, podamos encontrarnos ante el libro del año en su género. De lo que no cabe duda es de que éste es uno de esos libros, hoy casi imposibles de encontrar, cuyo interés y calidad lo hace necesario, y esto, ya desde la introducción.