Principal

Diario YA


 

¡Alto ahí!

La violencia cruza la línea roja

Miguel Massanet

Si uno quiere tener una visión completa sobre un determinado tema, lo mejor que puede hacer es establecer una serie de premisas lógicas que le permitan obtener pistas que le puedan llevar a determinar el origen y las circunstancias que lo envuelven para, a través de ellos, conseguir descubrir la clave que le permita obtenerla. En el caso del atentado cometido en Murcia contra el señor Delegado de Cultura de la comunidad, señor Pedro Alberto Cruz, cuando un grupo de salvajes, no hay otro calificativo, sectarios y, al parecer, pertenecientes a la extrema izquierda, se cebaron en el político, principalmente por pertenecer al PP y luego por ser miembro del gobierno autonómico, presidido por el señor Valcárcel. Quiero proponerles un ejercicio deductivo y, para ello, debemos remontarnos a hace diez y seis años, cuando el PP se hizo con el gobierno de la comunidad murciana. Desde entonces, ininterrumpidamente, esta parte de España ha permanecido fiel al liderazgo del PP y no ha dejado de votarlo, elección tras elección, de modo que, es evidente, que el pueblo murciano, mayoritariamente, está satisfecho con su gobierno y se siente cómodo con él. Como en Valencia y Madrid, es obvio que el PSOE tiene tres espinas clavadas en su orgullo y, cada vez que pueden, cargan con toda su artillería pesada en un intento baldío de recuperar unos feudos que se les vienen mostrando hostiles. En estos momentos, gracias a que los socialista se lo han ganado a pulso, existe un clima en España que no pronostica nada bueno, en las próximas elecciones del mes de mayo, para el partido de Pablo Iglesias (por cierto que, este señor, fundador del PSOE, llegó a justificar en el Parlamente el terrorismo). La historia, no la que nos quieren hacer tragar los de la Memoria Histórica, sino la que fluye de la crónica fidedigna de lo que tuvo lugar en la realidad; establece un cierto paralelismo con algunos hechos, que en forma incipiente pero, no por ello menos significativa, se están dando en la actualidad.

Las encuestas que se están haciendo en la comunidad Murciana, vuelven a pronosticar una clara victoria del señor Valcárcel, pero no un victoria con apuros, sino una espectacular barrida de los socialistas, que se fija en un 60% de votos a favor del PP. No parece que los socialistas murcianos ni, por supuesto los sindicatos implantados en la región, estén dispuestos a aceptar, democráticamente, que esto ocurra y parece que pretenden volver a usar las viejas técnicas que ya utilizaron cuando, la CEDA y sus aliados los radicales de Lerroux, formaron un gobierno republicano de derechas. En efecto, parece que la Historia se repite, y el detonante puede haber sido unas reformas necesarias para sanear las cuentas de la autonomía algo que, por cierto, les ha sido pedido por el gobierno socialista del señor ZP. Desde que se anunciaron los cambios, una verdadera ola de presiones se han levantado contra el señor Valcárcel y los suyos, que se han concretado en manifestaciones ante su domicilio, ataques contra sus familiares ( su hija que sigue amenazada), amenazas verbales, insultos soeces y lanzamiento de frutas y huevos contra miembros del PP. Ante esta situación, evidentemente inadmisible, parece que el Delegado del Gobierno, señor Rafael González Toval, se limitó a encogerse de hombros calificando aquellos preocupantes hechos de “actos irrelevantes” y de “victimismo”.

Se dice que, desde varios sectores la izquierda radical y de ciertos ámbitos sindicalistas se empezaron a lanzar mensajes incitando al desorden y encaminados a crear una atmósfera de repulsa contra el PP, con frases del estilo siguiente: “¡Vayamos a la revolución social! Aunque el señor Blanco se empeñe en quitar hierro a la situación y cargue, como es su costumbre, contra el PP, acusándoles de pretender sacar rédito político del ataque al señor Cruz, es poco menos que absurdo el pedir que, ante un atentado semejante, la cúpula del PP se mantenga callada y no reclame que el ministerio del Interior tome cartas en el asunto, como parece que va a hacer el señor Rubalcaba, sabedor de que, de no hacerlo, la postura de su partido quedaría en una posición desairada. El miedo a la derecha fue lo que dio lugar a que, los socialistas, pretendieran, por la fuerza de las armas, derrocar al legítimo gobierno de la República, levantándose contra ella (Revolución de Octubre de 1934). Indalecio Prieto, el dirigente socialista lanzó, en el cine Pardiñas de Madrid, la siguiente frase incendiaria: “Hágase cargo el proletariado del poder y si es preciso verter sangre, debe verterla” ¿Nos debe sorprender el que, los descendientes de aquellos socialistas y sindicalistas, vuelvan a usar de los mismos métodos y las mismas amenazas, cuando tienen miedo de que, unas elecciones, los descabalguen del gobierno y lleven a la derecha al poder?

Estos sindicalistas “liberados”, que viven a costa de nuestros impuestos; que no trabajan en las empresas a las que pertenecen y que sólo aparecen en los llamados piquetes informativos, para coaccionar a los trabajadores que, en uso de su libertad, pretenden acudir al trabajo, cuando los demás hacen huelga; parece que no se han resignado a que, el señor Valcárcel, haya decidido reducirlos a la mitad ¡contentos debieran estar de que no los enviara a todos a trabajar! Y, por ello, acuden al expeditivo procedimiento de saltarse la legalidad y utilizar la ley del más fuerte para agredir a los del PP y dejar al señor Cruz gravemente herido. Así se empieza y no valen, como parece que algunos periodistas opinan, las medias tintas y la diplomacia ni buscar justificaciones o pedir templanza y paciencia; porque esta fue la actitud de muchos políticos, entre ellos Azaña para no hablar de Companys, en Catalunya; cuando la revolución socialista del 5 de octubre de 1.934 y así fue como, esta pasividad dio, lugar a que en Asturias y Barcelona se levantaran las turbas, “ el Ejército Rojo”, en número de 30.000 que comenzaron a masacrar a todos aquellos que eran el centro de su odio, sacerdotes y guardia civil. Tuvo que ser el general Franco, con el ejército de África, quien pusiera los puntos sobre las íes y apaciguara la situación.

En Catalunya, el partido de los socialistas catalanes y CIU del señor Mas, ya se han puesto de acuerdo para no acatar la sentencia del Supremo, sobre el uso del castellano en la enseñanza. El señor Mas y el señor Durán, ( alguien debería desenmascarar a este señor, que parece que tan buena prensa tiene entre los inocentes que todavía creen en los Reyes Magos; puesto que, a él, se debe que se hayan aprobado leyes como la del aborto o la de igualdad o muchas otras que ha utilizado para chantajear al gobierno de ZP, para conseguir beneficios económicos para los nacionalistas) han anunciado un enfrentamiento con Madrid si se les recortan, como ha anunciado ZP, las asignaciones y sus facultades de continuar endeudándose con la garantía del Estado. Como ocurre siempre, no les importa lo que se haga en otras autonomías, al contrario, parece que el señor Durán recomienda que se les retiren competencia pero, eso sí, si se habla de Catalunya ya son higos de otro costal. La debilidad del Gobierno, el desempleo, la crisis económica y los que siempre esperan sacar provecho de provocar el descontento entre los más radicales genera un verdadero cóctel explosivo que, si no se pone remedio a tiempo, si no se empuña el timón con energía y no se cortan de raíz estos amagos de insurrección y de fomento, exacerbado, de las ambiciones separatistas de una parte de la población; cuando se quiera actuar puede que, como ya ha pasado en otras ocasiones, que la Historia nos relata, ya sea tarde para hacerlo. No seamos tan ingenuos que pensemos que lo que ya ha sucedido en otras épocas no pueda repetirse en el 2011. Túnez ha sido un ejemplo a vigilar. ¡Cuidado!