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Diario YA


 

esas Nuevas Tecnologías generan fenómenos sociológicos que constituyen un reto para la Iglesia

Las Redes Sociales como nuevo cauce de Evangelización

Jorge Martín Quintana. No resulta original afirmar que las Nuevas Tecnologías son extraordinarios cauces de Evangelización, como demostrara, por ejemplo, la fundación de Radio Vaticano, allá por 1931. Sin embargo, en ocasiones, esas Nuevas Tecnologías generan fenómenos sociológicos y cambios sociales que constituyen un auténtico reto para la Iglesia y los católicos, y las Redes Sociales constituyen uno de ellos.  

     Los días 12 y 13 de marzo se celebró en la Escuela de Negocios del CEU el curso de ‘Mediación y resolución de Cyberconflictos entre menores’, centrado en el fenómeno del cyberbulling y la seguridad en Internet, curso que contó con expertos de diversos ámbitos que, entre las muchas cuestiones e ideas que plantearon, podríamos destacar el hecho de que nos encontramos ante una generación de seres humanos marcada por esas Nuevas Tecnologías y, muy especialmente, por Internet. Los nuevos hábitos, actitudes, fenómenos, relaciones, etc. asociadas al uso de Internet y a la variada oferta de servicios que ofrece, constituyen, efectivamente, un reto a analizar y al que responder, empezando, muy especialmente, por el fenómeno de las Redes Sociales.
 

     Como señalara uno de los expertos invitados al curso, esta generación  llamada de Bebés digitales, es decir, esa generación nacida a partir de 1995, e inmersa en el mundo de Internet y las Nuevas Tecnologías, ha hecho de esta herramienta, un modo de concebir la existencia, e incluso de construir su propio yo, su autoconcepto, su identidad. Cuando esta nueva generación hace uso de las Redes Sociales, no está sino construyendo su propia imagen, su propia identidad, y por eso, expone a amigos y desconocidos aspectos de su vida, elementos que le definen y que sirven para construir un mapa cognitivo de sí mismos, construyendo una identidad, identidad, no obstante, que se va configurando en el espejo del otro, que se configura en base a la aceptación o no de esos elementos identitarios personales.  

     Sin embargo, perdida toda autoridad moral, perdido todo referente ético, triunfando el relativismo absoluto, el individuo ya no puede contar con una sólida roca a partir de la cual construir su personalidad, sino que la construcción de esa personalidad está a expensas de las mayorías, que son las que marcan lo bueno y lo malo. Así, las Redes Sociales ejercen en los adolescentes y jóvenes un especial atractivo, pues es a través de ellas cómo establecen relaciones, conocen a iguales, construyen su identidad, y se insertan en el grupo, pero como estas redes sociales se basan en la ‘elección’ e ‘inclusión’ en función de la aceptación de una serie de planteamientos y modos de pensar, de actuar, de sentir, de divertirse, ect. mayoritarios, un adolescente o un joven que no piense como la mayoría, podría ver cómo el número de sus relaciones se reduce al mínimo, su posición en el grupo pasa a una posición inferior o de casi exclusión y, en consecuencia, su autoconcepto puede llegar a ser negativo, tendiendo, para evitarlo, a configurar su identidad conforme a los cánones de la mayoría.  

     Es por esto, que resulta muy necesario fomentar el uso de las redes sociales de Internet entre los jóvenes católicos, a fin de que estos puedan ampliar sus relaciones, generar grupos que, por amplios, no resultarían marginales, y por eso mismo, que contribuirían a construir una fuerte identidad basada en valores y concepciones católicas, sin que su autoconcepto se vea, por ello, afectado.

     No obstante, sería recomendable generar también redes sociales alternativas a Internet, a fin de reducir la excesiva dependencia y consumo del mismo, diversificar el ocio y las relaciones, y contribuir a fomentar la creatividad y libertad de elección, poniendo el acento en un uso responsable de las Nuevas Tecnologías, como herramienta a nuestro servicio, y no al revés.

     En resumen, sirvan estas breves pinceladas, más bien centelleos, para poner de manifiesto que, de la misma manera que la Iglesia ha aprovechado la tecnología y utilizado, por ejemplo, la radio, el cine o Internet como herramientas de evangelización, ahora los católicos, debemos hacernos presentes en lo que no es sino, un nuevo cauce, un nuevo medio de evangelización, las Redes Sociales, siendo muy de desear que sean los propios jóvenes los que participen más activamente en ellas, a fin de que ser católico, lejos de ser una mera anécdota o motivo de exclusión, constituya un elemento fundamental de esa identidad que los jóvenes ansían construir, entre otros medios, a través de sus relaciones con iguales y que, generando amplias y tupidas redes de relación, ser católico constituya un referente para los individuos que forman la comunidad de iguales.
 

     En este sentido, es preciso conciencia también a los padres de la importancia de estas redes como apoyo a su labor educativa y formativa, especialmente en aquellos momentos en los que los hijos se hacen adolescentes, por lo que resultaría muy interesante organizar en colegios y parroquias charlas de sensibilización al respecto, especialmente dirigidas a los padres.