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Diario YA


 

I. La estructura de partidos políticos. El centro izquierda y la izquierda. El caso del PSC.

Los diez problemas de España

 La idea de España, la realidad nacional de España y los partidos de la izquierda y su estructura

 
 
Eduardo de Prado Álvarez.  Podrían ser ocho o podrían ser doce, pero pongo un número redondo, diez, para intentar acoplar en esos diez apartados los principales problemas de nuestra patria.
 
La estructura de los partidos políticos es importantísima a la hora de analizar las cuestiones políticas de un país: Lo que unos dicen y hacen y lo que proponen hacer los otros. Mucho más importante de lo que normalmente se cree.
 
En España en el espacio socialista hay dos grandes partido políticos independientes.
 
Es preciso siempre  llamar a las cosa por su nombre. El PSC es un partido político inscrito en el Registro de Partidos políticos, en Madrid, como partido soberano, independiente. El otro es el PSOE.
 
La identidad nacional de ambos, es una cosa muy nítida y clara en el PSC: son de la ‘nacion catalana’; pero en cambio muy confusa en el PSOE.
 
El PSOE no reconoce a España como nación en sus documentos organizativos.
 
En Valencia tienen el comité nacional valenciano del PSPV (y celebran su congreso nacional). En el País Vasco el comité  nacional  vasco del PSE, y su congreso nacional. En Galicia el comité nacional gallego del PSdeGA y su congreso nacional y hasta  es posible que en Baleares.
 
Podría pensarse que dejan para el resto el apelativo de  español – comité nacional español –pero no: en Andalucia, en Extremadura, Murcia, las tres Castillas, La Rioja, Cantabria, Aragón…, Asturias, tienen  su Comité Regional PSOE. Comité nacional español no hay ninguno. Es más,  estas comunidades mencionadas no tienen  nación alguna a la que pertenecer desde el Organigrama del PSOE. Pasan de lo regional propio a lo federal (comité federal del PSOE) sin ninguna Nación.
 
 Así que el socialismo tiene en España tres problemas serios: el identitario, el nacional y el organizativo.
 
Tres o cuatro regiones a las que califican de nación en su comité u congreso. Ocho o diez regiones sin nación Y un distinto partido soberano en Cataluña.
 
Este caos no sale gratis, y acaba repercutiendo en la idea que se tiene de España y en lo que  se quiere  para ella. El PSOE no tiene  ningún comité nacional  español en su organigrama y ya me dirán los lectores si esto es grave o no. Amén de dejar sin referencia nacional  a los comités de media España que son ‘regionales’ pero nadie sabe de qué nación.
 
Curiosamente, a mí que nunca he sido de derechas, fue la derecha la que primero me atendió una de mis propuestas o análisis.
 
A titulo teórico o de análisis político, decía yo entonces que el PP se había equivocado despareciendo de Navarra y que la solución para  ellos era  crearse la Agrupación Navarra del PP, tener sus agrupaciones propias comarcales y locales y luego pactar de igual a igual con el UPN. De lo contrario, el PP no controlaría a UPN,  que mañana podría ponerle los cuernos, con perdón,  con otros grupos y dejaría al PP compuesto y sin presencia (novia)  en Navarra.
 
Si el PSOE quiere tener siempre a su lado al PSC y que no llegue un día en que se encuentre con la desagradable y grave sorpresa de que los independentistas se hicieron con el control de la ejecutiva del Partido en Cataluña y votaron la Independencia en el Parlamento,  junto con los otros separatistas, tiene  una de estas dos opciones.
 
a)               Crear la Federación Catalana del PSOE. No hace falta que el PSC desaparezca. Al contrario, es preciso que siga y atraiga a los catalanistas  de izquierdas, de cultura más catalanoparlante de siglos. Luego, lo que tienen  que hacer el PSC y la Federación PSOE de Cataluña es pactar, firmar un buen acuerdo de federación, de confederación o de  alianza electoral duradera y estable.
 
b)                El PSC disfruta de todas las ventajas  de ser a modo de una federación el PSOE, pero ninguno de sus inconvenientes. Se presume independiente y soberano y lo reitera. Además, tiene el privilegio de  llevar una amplia delegación con voz y voto, la segunda  o tercera  en número, a los congresos del PSOE -donde decide y hasta quita y pone directivos como hizo con ZP-  y amplia  presencia en los comités  federales del mismo. Sin embargo,  el PSOE-España no tiene presencia alguna en el PSC. Militantes del PSC ha habido que sin tener ni puñetera idea de qué sea Extremadura, Andalucia, Murcia, Castilla - León, Castilla - La Mancha o Asturias y sin conocer sus  problemas, han ocupado cargos en la ejecutiva federal y hasta aspiraban a mandar en el PSOE. Ya cuando militaba en la UGT Cataluña y en el PSC me sorprendía la inocencia, la candidez, por no decir la torpeza de los españoles del resto de España. Cataluña siempre los engaña. La solución (b) es que el PSC mantenga su delegación en los congresos del PSOE, pero a cambio que el PSOE venga con una amplia delegación  a los congresos del PSC. Casi diría que con el 50 %  de los delegados del  congreso. Y miembros al Comité, que el PSC denomina ‘nacional’.
 
La primera opción, la considero claramente ganadora electoralmente en Cataluña. Es unitaria y centrípeta, mientras que ahora el PSC se debate en divisiones internas, purgas, y tentaciones de algunos de irse a CiU o a ERC. Además de alejar del actual Psc a sectores españolistas y castellanohablantes;  o a catalanes que quieren  ser plenamente españoles.
 
La segunda es también buena. Garantizaría la fidelidad del PSC al Proyecto España y al PSOE. Y es justa, pues  que si el PSC soberano interviene en los congresos del PSOE, éste debe hacerlo en los del PSC.
 
Suele decirse que la izquierda española no cree en España, no siente lo español, no cree que España  sea una Nación y que por ahí fracasa España al no poder hacer frente en los temas de Estado, con dos grandes partidos nacionales,   a los separatismos. En puridad, el PSOE no sería un partido de ámbito nacional, como no lo era  el PCE  pues en Cataluña estaba el PSUC.
Lo mismo pasa ahora con IU e IC.
Y que esa izquierda estaría dispuesta ser tolerante con las naciones y los nacionalismos de los otros (siempre y  cuando no sea sobre lo español), pero no tiene ninguna nación propia para ellos. Que dejan a media España sin nación.
 
Como si la única función en el resto de España fuera el “ser tolerantes” “aceptar”, “entender” lo que los otros promueven, dicen y hacen, -desde su identidad-, pero sin hacer nada propio desde esa parte de España. Y sin tener identidad.
 
Hay progres en Madrid, y con esto se me entenderá mucho mejor,  que siempre ‘respetan’, entienden y comprenden  sobre la identidad de los demás, pero jamás se plantearon qué son ellos ¿españoles? ¿castellanos? O ninguna de las dos cosas.
 
Están en una contradicción plena. Si el PSOE cree  de verdad  que España es una Nación de naciones, deben dar rango nacional, rango de nación a Castilla, Asturias, Extremadura, Andalucia, Murcia, Aragón,  Navarra…, para hacer de todas las naciones sumadas la España Nación de naciones. O reconocer que en Cataluña, Galicia, Valencia  y País Vasco hay comités regionales del PSOE porque el nacional es el español comité federal.
 
De lo contrario,  no encajan las piezas del puzzle nacional del PSOE;  y su idea de España y de Unidad  nacional española se diluye y pierde, como hace el  río Guardiana en grandes trechos, que desaparece.  A veces para siempre.
 
España tiene que  resolver este grave problema  de  su mitad centro-izquierda: que no siente la nación española, la Historia de España y que  tiene grandes dificultades para explicar qué quieren para España: una Nación o una Nación  de  naciones.  ¿Consecuentemente un Estado de Estados tal vez? Pero no, -nunca-,  cuatro autonomías convertidas  a/en naciones y ochos o diez  regiones sin nación.
 
Entonces, sí, es cierto:   podemos exclamar atónitos, preguntarnos qué es España para esa izquierda.  
 
No hablo  ahora de economía ni del paro: por eso puede decirse:   he ahí el primer problema de la Patria.