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Diario YA


 

Los piratas somalíes

Rafael González. 11 de enero.

Además de los grandes temas que suelen tratar los comentaristas, como son el paro, la falta de chispa del PP ante la incompetencia del Gobierno del PSOE, la crisis económica, la tragedia de la franja de Gaza, etc. hay otros temas que no son menos importantes aunque no se traten con tanta frecuencia. La piratería somalí en el golfo de Adén es uno de ellos.

Es inconcebible que en el siglo XXI haya piratas. Y con tal capacidad operativa que incluso secuestran buques como el Sirius Star, un superpetrolero saudí cargado con dos millones de barriles de petróleo. Recientemente lo han liberado tras abonarse un rescate de tres millones de dólares (algo más de dos millones de euros).
El golfo de Adén, conectado con el mar Rojo a través del estrecho de Bab-el-Mandeb, es una vía de comunicación de primer orden para el transporte del petróleo del Golfo Pérsico. Unos 20.000 barcos petroleros y mercantes utilizan el golfo cada año; y también es un importante caladero de pesca, puesto que, a pesar del enorme transito de naves, sus aguas no han sido contaminadas excesivamente, lo que permite la abundancia de corales y peces de las más variadas especies. Los dos puertos más importantes son Adén, en Yemen, y Berbera, en Somalia. Esto sugiere la idea de que esa zona podría ser puntera en el mundo; un enclave de riqueza.
Pero no; durante los últimos 17 años, en Somalia, uno de los países ribereños del golfo de Adén, las guerras civiles han destrozado al país, de siempre pobre, pero ahora más. La carestía de la vida, la escasez de recursos, el desorden público, han llevado la desesperación del país. Los habitantes carecen de garantías para sobrevivir. El 75 por ciento de la población carece de agua potable con garantías. Las expectativas de vida eran, en 2002, de 47 años. No creo que hayan mejorado. El 25,8 por ciento de los niños menores de cinco años sufría desnutrición. La mortalidad de los recién nacidos alcanzó el 25 por ciento. Somalia no tiene ferrocarril y el transporte terrestre se realiza con desvencijados vehículos por horribles carreteras y con camellos. Los aeropuertos del país están en condiciones precarias.
Esta situación social explica el aumento de la piratería como medio de vida. El rapto se ha convertido en la “industria” básica del país. La ostentación y derroche de los piratas, son la admiración de sus compatriotas. Así, pues, cada vez hay más somalíes que aspiran a ser piratas. El resultado es que “la industria” del secuestro de barcos, crece. Este bandidaje registró un fuerte incremento en 2008, al mismo tiempo que la guerrilla islamista hacía aumentar el caos en el país.
¿Y qué hacen los países ricos de Occidente? Indiferentes a la precariedad social desde siempre, ahora comienzan a reaccionar. Están cayendo en la cuenta de que una zona tan rica y fundamental para tan importante tránsito de mercancías no puede estar a merced de los piratas. A raíz de los más sonados secuestros de buques, comenzaron a desplegarse en esas aguas fuerzas europeas y norteamericanas para combatir a los grupos piratas. En las últimas semanas se ha registrado un despliegue internacional de barcos de guerra sin precedentes en la región. La Marina estadounidense va a crear un nuevo grupo especial para combatir la piratería, la Fuerza Combinada 151. Este contingente se unirá a los buques de guerra de otros 20 países, entre ellos China y España.
Pero no crean que actúen con la eficacia con que lo hizo Pompeyo el Grande, que unos decenios antes de que naciera Jesucristo, expulsó a los piratas de Italia, ¡en seis semanas! (en aquellos tiempos que no había helicópteros) y luego de Grecia, en cincuenta días, con sólo tirrenos.
Aquí no hay ningún Pompeyo. Ni manera de ponerse de acuerdo. Sugerencia para bautizar la ofensiva contra los piratas: “Operación Pompeyo”
¿Cuánto costará todo esto? Si a ese enorme costo se suman los incrementos que han sufrido el precio de los seguros es inimaginable la de millones que va a costar el empeño. Y sin garantías.

Con esas cantidades, y con firme voluntad, empleadas con honradez en inteligentes proyectos de desarrollo integral, se garantizaría el progreso de Somalia y de los países vecinos, además de la desaparición de la piratería. Les sugiero que bauticen la ofensiva contra la pobreza en los países ribereños del Golfo de Adén: “Operación Teresa de Calcuta”. 

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