Principal

Diario YA


 

De compras sin salir de casa

Los Reyes Magos vienen por Internet

Emma García

Hace aproximadamente una década, por estas fechas, necesitaba adquirir cierto juguete que estaba agotado. Sin éxito me recorrí la mayoría de los grandes almacenes de Madrid y periferia, e incluso llamé a la fábrica. Si eres padre o madre entenderás mi desesperación y mi empeño en buscarlo y rebuscarlo. Hoy día me habría sido mucho más fácil y rápido gracias a internet. Y aunque no hubiera encontrado lo que buscaba, posiblemente habría conseguido llegar a más en menos tiempo. La verdad es que teniendo la posibilidad del comercio electrónico, me sorprende ver como la gente sigue comprando ciertas cosas de forma presencial. Aún así, el e-commerce es ya una realidad, y en mi caso es uno de esos avances que han mejorado mi vida y que inculco a mis hijos. Compro desde casa material de papelería, libros, música, viajes, alimentos no perecederos, productos para la higiene personal y la belleza, complementos alimenticios, inclusive me estoy planteando adquirir ciertos electrodomésticos. Reconozco que soy adicta al e-shopping.

Además, muchos artículos pueden comprarse directamente al fabricante o mayorista, lo que te permite ahorrar no solo en tiempo y desplazamientos, sino también en precio. La gran mayoría de las cadenas de establecimientos y grandes superficies abren delegaciones virtuales. Y hay muchos negocios que nacen con formato online exclusivamente. En la red puedes encontrar de todo y para todos, y no solo bienes, sino también servicios. Proliferan las webs con restos de stocks o artículos con taras y de segunda mano.  En muchas ocasiones la información que adquieres es mayor que la que puede ofrecerte un vendedor, y además puedes comparar tranquilamente con otras marcas y conocer mejor los valores del fabricante, algo que cada vez más determina la decisión de compra.

Para los nativos digitales la distribución interactiva será algo lógico en su vida. Tendrán hábitos de consumo inteligente, visitarán tiendas virtuales y usarán el teléfono móvil para lanzar sus listas de la compra. También regalarán, venderán, pujarán e intercambiarán en la red, sin importar las fronteras. Ellos no tienen los prejuicios y la desconfianza de los emigrantes digitales (o sea, la generación anterior), por lo que no cabe duda de que esta tendencia cambiará radicalmente la economía. En su día, el comercio tradicional se vio amenazado por las grandes superficies, ¿se ven éstas hoy atacadas por internet?