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Diario YA


 

obligan a sus hijas a abortar

Madres que no quieren ser abuelas

Carmina García-Valdés. Fundación RedMadre

Siempre se ha dicho que los hijos tendrían que venir con un manual de instrucciones, porque a los padres nos resulta difícil realizar esa maravillosa labor. Aprendemos sobre la marcha, con dificultades y equivocaciones a veces, pero siempre con una gran ilusión, con entrega, espíritu de sacrificio y mucha paciencia.

Algo así ocurre con los nietos, aprender a ser abuelos también requiere su tiempo y su esfuerzo. Aunque el orden natural nos prepara para ello casi sin darnos cuenta, si ese orden se altera y nos vamos a convertir en abuelos antes de lo previsto, la cosa se complica.

Eso está ocurriendo en muchas ocasiones hoy en día, padres jóvenes tienen que asumir su papel de abuelos cuando sus hijos o hijas adolescentes les anuncian la llegada de un nuevo miembro a la familia. Y es difícil asumirlo, lo sabemos.

La mayoría de las adolescentes que quedan embarazadas antes de tiempo temen contárselo a sus padres porque saben el gran disgusto que les van a causar. Algunas incluso nos dicen: “me van a matar cuando se enteren”. Es lógico que sus padres, sobre todo sus madres, se enfaden, se preocupen por ese embarazo imprevisto en su hija cuando todavía está en el Instituto, cuando tienen un montón de planes para ella que se van a ver truncados por ese embarazo con el que no contaban. Pero lo que muchas madres de adolescentes no entienden, o no quieren entender, es que el hijo que sus hijas están gestando, es su nieto o nieta. Y lo es desde el mismo momento de ser concebido, esa es la realidad.

Muchas madres, que no quieren ser abuelas, obligan a sus hijas adolescentes a abortar, causando la muerte de su propio nieto, y en su hija un trauma que le dañará el resto de su vida. Esas madres, que se niegan a ser abuelas, sufrirán también por la muerte de ese niño que no llega a nacer, la relación con su hija ya nunca será la misma, siempre existirá entre ellas el dolor por la pérdida del hijo y del nieto.
Y lo mismo ocurre con la madre del chico que ha dejado embarazada a la chica… también es la abuela de ese niño que se está gestando. No puede desentenderse del embarazo, no puede alegar que ese no es su problema, ni siquiera cuando la relación de ambos no sea estable, porque la realidad es tajante: su hijo es padre de ese bebé y ella es su abuela.

Es un papel más difícil seguramente, pero ser abuelos no es algo que podamos planear, ni tampoco eludir. Y es posible asumirlo, aunque sea de forma prematura, porque muchas  madres lo están haciendo, están siendo abuelas como Dios manda, ayudando a sus hijas en su embarazo y en el cuidado de ese nieto que llega siempre para bendecir un hogar, para dar vida a una familia. Su hija adolescente se puede convertir en una gran madre y esa madre en una gran abuela, también lo comprobamos cada día. Y desde aquí queremos dar la enhorabuena a esas madres/abuelas que jamás se arrepentirán de dar la bienvenida a su nieto y de ayudar a sus hijas a ser madres también.