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Diario YA


 

¿Qué sucede en la sociedad norteamericana para que este tipo de masacres sean tan usuales?

Matanzas Masivas en Estados Unidos

La lupa del Ya.   Su Santidad Benedicto XVI ha expresado recientemente su cercanía y solidaridad con los familiares y amigos de las víctimas de la tragedia de Denver, Estados Unidos. Pero no es la primera vez que ocurre un episodio de estas características en este país, ¿Por qué esa sucesión de muertes masivas y esa oleada de violencia en la sociedad norteamericana?

El último suceso dramático tuvo lugar el pasado 20 de julio con la masacre de Aurora en Denver, Estados Unidos, cuando el estudiante de medicina James Holmes, de 24 años, entró armado al cine Century 16 durante el estreno de la película “Batman: El Caballero de la Noche Asciende” y a su paso devastador dejó doce muertos y otros cincuenta y nueve heridos. En total fueron 71 víctimas en el que es el mayor tiroteo masivo en la historia de los Estados Unidos. 
 
Efectivamente, se trata de la peor matanza que se ha vivido en Colorado desde la matanza acontecida en la Escuela Secundaria de Columbine, donde el 20 de abril de 1999, dos jóvenes de 18 años, Eric Harris y Dylan Klebold entraron en su propia escuela armados con dos escopetas, varios dispositivos explosivos caseros y una bomba 9 kilogramos, y antes de suicidarse, asesinaron a 13 personas (12 alumnos y un profesor) e hirieron a 24 alumnos de los cuales dos finalmente murieron.
 
Otros sucesos similares tuvieron lugar en Estados Unidos anteriormente. En 2009 se registran dos matanzas, primero la de Binghamton, Nueva York, cuando Jiverly Wong mató a 13 personas e hirió a otras cuatro durante un tiroteo en un centro comunitario para inmigrantes. Después se suicidó. Y, el 10 de marzo de 2009, en Alabama, cuando Michael McLendon, originario de Kingston, asesinó a 10 personas y se suicidó. Entre las víctimas, se encontraban su madre, sus abuelos, un tío y una tía.
El 16 de abril de 2007, en las instalaciones del Tecnológico de Virginia en Blacksburg, Seung-Hui Cho, estudiante de 23 años, cometió una masacre en la que murieron 32 personas en dos lugares diferentes e hirió a varios más; luego se suicidó.
Anteriormente, el 16 de octubre de 1991, en Killeen, Texas, George Hennard, de 35 años, atravesó con su camioneta la pared de la cafetería Luby’s. Luego asesinó a tiros a 23 personas antes de suicidarse. Y el 18 de julio de 1984, es el día en que en San Ysidro, California, James Huberty, de 41 años, asesinó a tiros a 21, algunos de ellos niños, en un McDonald’s de la localidad. Un francotirador de la policía aplacó a Huberty una hora después de que iniciara el ataque.
 
También el 25 de septiembre de 1982, en Wilkes-Barre, Pennsylvania, el guardia penitenciario George Banks, de 40 años, asesinó a 13 personas, entre las que se encontraban cinco de sus hijos. Su sentencia a muerte fue revocada en 2010.
Y el 1 de agosto de 1966, en la Universidad de Texas, Austin, Charles Joseph Whitman, de 25 años, mató a 16 personas e hirió al menos a otras 30 al disparar desde una torre de la escuela. Los oficiales le dispararon y lo mataron. Ese día ya había asesinado a su madre y a su esposa.
 
Finalmente, nos remontamos al 5 de septiembre de 1949, cuando en Camden, Nueva Jersey, Howard Unruh, de 28 años, veterano de la Segunda Guerra Mundial, asesinó a 13 de sus vecinos. La investigación concluyó que estaba demente y fue internado en una institución psiquiátrica del estado.
 
Lo cierto es que los sucesos relatados ocurren en más países, pero nada que ver con Estados Unidos, ni en frecuencia ni en la envergadura del número de personas asesinadas. ¿Qué explicación podemos encontrarle?
 
En un artículo de Cecilia Toledo basado a su vez en el Diario Tiempo Argentino, analiza que en este tipo de asesinatos masivos que periódicamente tienen lugar en Estados Unidos, los protagonistas suelen ser jóvenes con acceso a llevar armas. Ante la pregunta de ¿Qué sucede en la sociedad norteamericana para que este tipo de masacres sean tan usuales? Responde Pablo Pozzi, Profesor de Historia Norteamericana de la UBA: “En Estados Unidos hay un nivel muy alto de enajenación, que está en relación con la explotación laboral y con la falta de perspectivas para el cambio social. Todo esto en un marco donde el individualismo está muy exacerbado y las frustraciones se dirigen a la persona que está al lado”.
 
Intentando descifrar algo qué es lo que sucede en el mapa social de Estados Unidos, Pozzi, agregó: “Allí, si eres joven, no tienes contención, y si eres pobre, no tienes salida. No hay forma de resolver los problemas. Eso, sumado a la fascinación `por las armas, a la bronca por los extranjeros y al racismo imperante, da como resultado toda esta serie de masacres que se han ido sucediendo”, y “Puedo asegurar que lo que muestra el cine es mucho más liviano de lo que sucede en la realidad norteamericana”. 
Durante sus años como ciudadano norteamericano, Pablo Pozzi recuerda que fue testigo de un elevado nivel de violencia donde eran frecuentes los ataques de pandillas, los delitos contra la integridad de la mujer y los asesinatos premeditados.
 
Por otra parte, la Licenciada en Sociología Lucrecia Arzeguet transmite su opinión sobre este tema: “En EE.UU hay una tendencia a cultivar la pasión por las armas. Es una cuestión de su cultura; en Argentina no es tan simple acceder a la posesión de armas de fuego”.
 
Además de la pasión por las armas, Arzeguet encuentra otra causa en el complejo intento de entender que está sucediendo en la sociedad norteamericana: “Una vez que se cometen estas masacres y se comienza a analizar el perfil del asesino, generalmente se determina que son personas que han tenido dificultades para insertarse en sus grupos de referencia. Por ejemplo, jóvenes a quienes se les hacía burla en la escuela, personas con problemas familiares o con contextos laborales adversos”.  
 
Por último, la socióloga Arzeguet, que además es docente en la Universidad del Este, añade: “Para matar tienes que odiar, y ese odio puede haberse generado tras años de soportar malos tratos y discriminación”
¿Qué sucede con los protagonistas de estas masacres una vez cometidas? “En Estados Unidos, o los matan o se suicidan”, dice Arzeguet, dejando probablemente entrever la falta de medidas sociales y morales de prevención para este tipo de episodios.