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cartas al director

Mayor Oreja: ese hipócrita fariseo

Francisco Torres García. Escribo con profunda indignación y casi al hilo de la noticia. En esta tesitura no me resisto a calificar de hipócrita y de fariseo al político católico oficial y de derechas, ínclito representante de la derecha católica del PP, que responde al nombre de Mayor Oreja. No cabe mayor hipocresía, ni mayor capacidad de manipulación y de engaño que la genera cada vez que se presenta como “defensor de la Vida”. Al señor Mayor Oreja lo único que le importa en esta vida es que su partido y él mismo no sufran la más mínima pérdida de barniz católico.

Acaba de producirse la votación en el Congreso sobre la nueva Ley del Aborto. Naturalmente ha triunfado el Sí y el PP se ha opuesto por la cuestión, y sólo por la cuestión, de si las menores tienen que tener permiso paterno para poder abortar. Si las mayores de edad abortan eso carece de importancia. Lo ha dicho bien claro María Dolores de Cospedal, que según parece es portavoz del Partido Popular, ellos no están en contra de que exista una Ley del aborto, sólo se oponen a algunos aspectos de la nueva ley.

Pero Mayor Oreja, el político católico oficial del PP, consideraba necesario salvar su escasa y corta conciencia. De ahí que, dispuesto como nadie a secundar las directrices propagandísticas de Génova 13, haya salido a dar un titular para que los medios conservadores y de la Iglesia puedan sacar pecho, oponerse al PSOE y presentar al PP como defensor de la Vida. La hipocresía y el fariseísmo de Mayor Oreja servirán para acallar voces disidentes e igualmente hipócritas y fariseos serán aquellos que le aplaudan y le jaleen.

Ahí ha llegado Mayor Oreja, dispuesto, como “católico en la vida pública”, como autoproclamado “defensor de la Vida”, diciendo a los cuatro vientos que “el aborto es un delito no porque lo diga la Iglesia, sino la Ley”. Lo ha hecho, como buen fariseo hipócrita, en un lugar óptimo para difundir el mensaje con mayores dosis de verosimilitud; en el marco de la entrega de los premios que otorga a personalidades destacadas la CONCAPA (Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Alumnos). Lo ha hecho sacando pecho y diciendo que es “muy duro atreverse a decir la verdad”.

En eso tiene razón Mayor Oreja: es muy duro decir la Verdad. Y la Verdad es que él millita en un partido abortista; que él defiende como parlamentario y cargo del PP el aborto; que si el aborto es un delito lo es siempre y no según qué casos; que es un delito porque se pone fin a una vida. Y punto.

Pero Mayor Oreja, ese fariseo hipócrita que calienta sillón en Estrasburgo, tiene una conciencia un tanto extraña. Esa que le permite compatibilizar la Defensa de la Vida con apoyar y defender una Ley de despenalización parcial. Para la conciencia del señor Mayor Oreja los niños asesinados en el vientre materno con la Ley que defiende su partido y él mismo, más de cien mil al año, no son tales, no han sido asesinados y no existe delito alguno. Por eso el señor Mayor Oreja puede comulgar y decir que sirve a la ley y al PP (no olvidemos esto último). Para el señor Mayor Oreja el aborto sólo es un crimen y acaba con la vida si es socialista.

Mayor Oreja, me reitero y le desafío a que me conteste, si es que puede y tiene ganas, es un hipócrita y un fariseo porque en el fondo sacrifica las vidas a los intereses del partido, lo que no es más que una expresión del totalitarismo interno de los partidos políticos. Lo es porque utiliza el peor de los códigos morales, que es el de la reserva mental y porque sabe que con sus palabras, además de autosalvar su conciencia, lo que busca es mantener la ficción de que el PP es favorable a la Vida y contrario al aborto. Todo ello para evitar perder unos miles de votos.