Principal

Diario YA


 

Nuevos presupuestos; ZP, el cáncer de España

Menos dinero para la lucha contra el cáncer y más ayudas para el cine

La Lupa del YA. Mariano Barbacid, uno de los investigadores en la lucha contra el cáncer más eminentes del mundo, ha decidido abandonar la dirección del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas tras confirmarse el recorte presupuestario en la materia. Recorte que contrasta con el incremento de las ayudas al cine, ese arte en la que la ministra González Sinde parece ser juez y parte.

Va a resultarnos francamente difícil ser moderados, comedidos e incluso educados en nuestra crítica ante tan ruin medida. Muchos años llevan gimoteando los mercaderes de la farándula por la defunción del cine español. Pero pocos se atreven a denunciar que algunos de esos productores que tanto sufren por la agonía del cine, a los que hace ocho o diez años conocimos tiesos como la mojama, se han hecho millonarios en poco tiempo gracias a esa industria que ahora agoniza. ¿El truco? Chupado. No se trata de hacer películas buenas, sino sólo de hacer películas. Lo mismo da que sean malas, que se estrenen o no. No imaginan ustedes cuántas películas se han rodado en los últimos años en España, y luego ni siquiera se estrenaron. Pero a pocos les importa, porque con el sistema de producción basado en el respaldo oficial, casi nadie puso en ellas un duro propio. Una película significa beneficio para estos parásitos del Estado. A veces, con sólo
 rodarla ya da dinero. Si va a los cines, bien. Si no, la culpa a los espectadores y al imperialismo opresor yanki.

Y este sistema, conocido y amparado, con la complicidad inevitable de quienes necesitan películas para trabajar, es el que funciona en el cine español. Así se explica que se ruede tanta bazofia: unos cuantos listos sirviéndose del Estado y sirviendo de comparsa cuando conviene, para forrarse sin que nadie proteste ni lo denuncie. Mientras, muchas familias rotas, desgarradas por el dolor, con un hijo comido por el cáncer, sabiendo que hay solución a su enfermedad. Pero el remedio no puede hallarse en España. Hay que buscarlo fuera, a 3.000 euros el día de hospitalización.  Y ellos, claro, no son del clan de la ceja. Ellos no pueden permitírselo. No han ordeñado la teta del Estado, esa ubre que llenamos entre todos y de la que se nutren sólo unos pocos mamones. Sólo en la fe encuentran alguna esperanza, aunque también el Estado quiera demoler la Iglesia.

Rabia, impotencia, ira, abatimiento, indignación. Entretanto, más de diez millones de malnacidos siguen apoyando con su voto esta nueva afrenta. Y otros diez millones de "tontos de los cojones" ,como les calificó el alcalde de Getafe, apoyan al partido que ofrece como opción la privatización de la sanidad. Si tienes parné, bien, si no, entiéndete a solas con la muerte. Más de lo mismo.

ZP: Tú eres el cáncer de España, el enemigo de sus hijos, el verdugo de sus esperanzas. El luto de tus hijas se nos antoja cachondeo por nuestras desgracias. Lamentablemente, seguimos sin encontrar terapia en la oposición. Sigamos buscando.