David Martín. En la noche del pasado lunes los espectadores pudimos ver, sin movernos del sillón, la luna y las estrellas con una simple pulsación en el mando a distancia. La-1 rescataba del éxodo televisivo a Jesús Hermida para, con un programa especial, celebrar el cuarenta aniversario de la llegada del hombre a la luna, y La Sexta, cómo no iba a ser La Sexta, nos ofreció el primer partido de pretemporada de las llamadas estrellas del Real Madrid. Mientras Hermida recordaba, resentía y revivía, junto con innumerables invitados, lo ocurrido el 20 de julio de 1969 con un cierto aroma a promoción de la cadena pública, Antonio Esteva narraba un partido que parecía que sólo jugaba Cristiano Ronaldo. ¡Qué hartazgo!

TVE llevaba tiempo anunciando el especial sobre el acontecimiento lunar, pero no había avisado que para rememorar la hazaña de la tripulación del Apolo XI, Hermida iba a desvivirse en halagos hacia gran parte de los presentadores que la próxima temporada formarán parte de la programación de la cadena. Allí estaban, sentados en el plató, para comentar el acontecimiento histórico aunque alguno no fuera ni pensamiento de sus padres en señalada fecha. Mónica López, la chica del tiempo en La-1; Mariló Montero, la nueva cara para las mañanas de la cadena pública; Ana pastor, quien cambia el debate de “59 segundos” por “Los desayunos de La-1”, además de Juan Ramón Lucas, Anne Igartiburu, David Cantero, y Rosa María Calaf, recibieron adulaciones varias. Muy bien, en noche tan señalada Armstrong, Collins y Aldrin eran segundo plato, lo importante realmente era que el espectador se enterara de lo divertidos que van a ser los despertares junto a La-1, a primeros de septiembre, o lo bien que se ofrece la información meteorológica en la televisión de todos. ¿Qué debieron pensar Paco Motesdeoca y José Antonio Maldonado, hasta hace bien poco los encargados de informarnos de anticiclones y borrascas? Ni ocho minutos de programa y ya se había satisfecho uno de los objetivos del espacio, promocionar la casa, o al menos se dio esa sensación. Houston no hay problema, misión cumplida.

Quienes sí tuvieron algún problema fueron los chicos de La Sexta en la retransmisión del amistoso madridista. Durante el informativo previo al partido se perdió la conexión con Susana Guasch mientras nos relataba la última hora de las estrellas terrenas del club blanco. La conexión no se recuperó hasta 20 minutos después de dar comienzo el encuentro y nos quedamos con las ganas de saber sobre la actualidad madridista, pero, como dijo Mamen Mendizabal, antes de perder el sonido sí nos había dado tiempo a ver a Cristiano Ronaldo. ¿Para qué más? Al igual que con los tres astronautas en La-1, ahora el pretexto era una pachanguita veraniega para ofrecer la imagen de CR. Lo demás y parecía que también los demás importaban bastante poco. Cristiano por aquí, Ronaldo por allá. A tanto llegó la cristianodependencia que en el descanso Esteva preguntó a sus comentaristas, Enrique Ortego y Marcos López, sus conclusiones sobre el jugador portugués. Debió darse cuenta el narrador del pequeño lapsus y rápidamente apostilló “... y todo el Real Madrid, claro”. Si señor, claro estaba y mucho. Tan claro como que cuando tuvo la mínima oportunidad Susana Guasch corrió veloz para entrevistar al de los 15.000 millones de las antiguas pesetas; tan claro como el promocional de la cadena, innumerablemente repetido, en el que se dice que CR juega en La Sexta; o tan claro como el empacho ronaldiano que padecemos y que más que molesto empieza a ser doloroso. Con tanta promoción, el objetivo de Florentino Pérez de rentabilizar el fichaje va a ser coser y cantar. Misión cumplida. Y de Raúl, ¿qué se sabe?, ¿A nadie preocupa?... El español ahora es como Collins, el gran olvidado de la misión espacial por quedarse a cargo de la cápsula mientras sus compañeros daban saltitos por terreno lunar.