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Diario YA


 

Pérdida de imagen a borbotones

Miguel Ángel Guijarro. 31 de octubre. No es la primera vez que hablo de ello y me temo, tal y como están las cosas que no será la última. Ya he incidido alguna vez en la pérdida de imagen institucional que está sufriendo el Real Madrid debido a la actuación de sus dirigentes. No entraré yo aquí en las acusaciones vertidas en la Cadena Cope sobre diversos asuntos relacionados con Ramón Calderón ya que serán los tribunales los que determinarán si actúa o no de manera correcta, pero si entraré en la sensación que su actitud y la de algunos de sus ‘compañeros’ en el club. Suelo hablar con muchos aficionados blancos y una de las conclusiones que he sacado al escucharles, es que la actitud, por ejemplo del técnico del primer equipo en el banquillo, no es la que la grada entiende como referente en un club tan histórico y respetado como el Real Madrid. Sus aspavientos, sus modos, sus gestos, no se adecuan al señorío que la grada entiende como la del entrenador de este club. La imagen de Schuster, con sus desplantes a la prensa y con su provocación a los colegiados no es algo de lo que los hinchas del Bernabeu presuman en estos momentos. Los malos modos, las críticas y sobre todo los lloriqueos, no van (o no deben ir) con la casa blanca ya que siempre se ha querido aplicar eso que reza una de sus estrofas el himno, “cuando pierden dan la mano”. Ahora no, ahora cuando se pierde se llora, se critica al árbitro o se insinúa que está teledirigido, recuerden aquello de la procedencia del árbitro Álvarez Izquierdo cuando Schuster tuvo en cuenta su origen catalán. Pero si malo es lo del alemán, peor es lo del director deportivo Pedja Mijatovic. Aún no he averiguado si fue un acto individual, un reflejo o simplemente una consigna de la junta directiva. Las palabras del entrenador del Valencia diciendo que le daba vergüenza la actitud del Real Madrid quejándose de los árbitros es el reflejo de lo que pensaron muchos aficionados al escuchar en Canal + al que tantas veces se denomina ‘héroe de la séptima’. Que en la jornada octava del campeonato el Real Madrid se queje no tiene ningún sentido y me cuesta mucho creer que sea una acción dirigida desde el club. Sinceramente creo en la honestidad de los árbitro, creo en su capacidad y habiendo, como en todo, malos y buenos, no me creo que ningún colegiado salga a un campo con la intención de fastidiar a alguien. Somos crueles con los árbitros pero no lo somos con esos delanteros que fallan goles a puerta vacía, con esos defensas que se quedan mirando mientras un delantero mete un gol o con esos porteros que salen a por uvas, somos insensibles al entorno familiar de un árbitro al que se le mete en una diana como culpable y luego perdonamos y justificamos al delantero que ‘raja’ de sus compañeros o no corre en el campo. Es fácil criticar al árbitro, por eso que el Real Madrid no caiga en lo fácil, que no sea rastrero, que se limite a jugar y a demostrar un señorío que parece que se está perdiendo a borbotones.

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