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Diario YA


 

Protagonista del día

Pedro Laín Entralgo

El protagonista del día es Pedro Laín Entralgo, que nació el 15 de febrero de 1908. Ciertamente Pedro Laín Entralgo acabo sus días en brazos de la izquierda intelectual, para lo que tuvo que ser desfigurada su biografía histórica hasta límites increíbles. En no pocas biografías se explica su afiliación a Falange casi por razones geográficas, porque en la guerra civil a cada uno le sorprendía en una zona o en otra, a veces en la que no quería. Y naturalmente, una vez en Falange –dicen las biografías apócrifas- permaneció sólo el tiempo imprescindible y en este partido representaba el ala liberal. Él mismo escribió un libro en 1976 titulado Descargo de conciencia, confesión pública autojustificativa de su vida y en algunas páginas muy injusta al hacer referencia a la vida de los demás, como cuando sostiene que entre los nacionales nadie protestó por los asesinatos cometidos en retaguardia.

Pues bien, lo cierto es que en 1936, a Laín le sorprende el Alzamiento Nacional en Santander, donde daba un curso de verano organizado por la Junta Central de Acción Católica española en el Colegio Cántabro. Por entonces tenía 28 años, hacía un tiempo que pertenecía a la Asociación Nacional de Propagandistas y estaba recién casado. En lugar de quedarse en el bando republicano o rojo –como así se llamaba entonces-, de Santander marchó a Francia, y desde este país entró en Navarra por la frontera de Valcarlos. Se instaló en Pamplona, donde conoció a Fermín Yzurdiaga y al grupo de falangistas que hacía el periódico Arriba España. Y a finales del mes de agosto se incorporó como colaborador de Arriba España y de la revista Jerarquía, y naturalmente se afilió a Falange, partido al que permaneció fiel durante 20 años.

Tampoco es cierto que representara el ala liberal de Falange. Es más, a pesar de su pertenencia a instituciones de la Iglesia, su cabeza era más nazi que católica, como se puede comprobar en el artículo publicado en el número 2 de Jerarquía, en el mes de octubre de 1937, titulado Meditación apasionada sobre el estilo de la Falange. En uno de sus párrafos se expresaba así:

“Unos crean el estilo, y otros lo definen. Crea un estilo de vida aquel que recibe el soplo de los destinos históricos y rompe con la caducidad en nombre de la esperanza: así Mussolini, Hitler, José Antonio Franco. Define un estilo de vida quien, apenas sosegado su encuentro virginal con la creación creada –aquel tembloroso “conocimiento emocional” de que nos habló Max Scheler- rompe con la beocia en nombre de la expresión nueva y logra dibujar su contorno ideal. Ésta es justamente, nuestra coyuntura. José Antonio hizo del Nacionalsindicalismo un modo de ser cuya expresión primera es una Revolución, de la que ha de ser Franco seguro ductor. A ese modo de ser corresponde lo que luego se ha llamado, con admirable acierto intuitivo, nuestro estilo: un modo nuevo de hacer la vida, desde la monumentalidad arquitectónica hasta el ademán cotidiano. Ahora todos hablan del nuevo estilo”.