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Diario YA


 

Pesadilla de una noche de verano

M. Ángel Gutiérrez.  Veintidós de octubre de 2012: el PNV gana las elecciones vascas, seguido a poca distancia de Bildu. Treinta de octubre de 2012: PNV y Bildu deciden gobernar en coalición con mayoría absoluta en el Parlamento Vasco. Veintisiete de marzo de 2014: el Gobierno vasco proclama unilateralmente la independencia a través de su presidente, Íñigo Urkullu, en rueda de prensa ante los medios internacionales. Le acompaña para el turno de ruegos y preguntas, la Vicepresidenta de la República de Euskalherría, Laura Mintegui.

 
Las pocas banderas de España que aún ondean en las instituciones vascas, son arrancadas, quemadas y pisoteadas por una multitud enardecida.
 
Decenas de miles de abertzales vociferantes toman las calles de Vascongadas ondeando frenéticamente ikurrinas. El miedo se apodera de la mitad de la sociedad vasca y la indignación del resto de los españoles que, atónitos, no pueden creerse lo que están presenciando frente al televisor.
 
Mientras, la Corona y el Gobierno condenan el acto de secesión, al que tachan de ilegal. Pero ambos están muy debilitados ya para poder hacer frente a la situación. Saben que ya no les apoya el pueblo español, y que están desprestigiados a nivel internacional.
 
Los primeros reconocimientos internacionales empiezan a conocerse: Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Irán, Argentina, China, Chequia, Kosovo, Marruecos, Inglaterra…
 
Una Alemania harta de una España a la que desprecia, impone su autoridad en Europa para que ésta se mantenga neutral y la espera de acontecimientos. Bruselas nos da la espalda y “no sabe, no contesta”.
 
Desde los EEUU, las noticias no son mejores. La diplomacia norteamericana, siguiendo instrucciones del muy progresista Obama, se expresa en términos ambiguos…
 
Nos trasladamos al 25 de Junio de 2014: El Presidente de España, Don Mariano Rajoy, firma el documento de reconocimiento, por parte de España, de la independencia y soberanía de Euskadi, frente al árbol de Guernica. Al instante, una multitud fanatizada entona el “Eusko Gudariak” puño en alto. España agoniza.
 
La desolación, la tristeza, y la rabia se instalan en la mayoría de los españoles. Todo son reproches por el cúmulo de torpezas, indolencias, indignidades y cobardías que han hecho posible este crimen histórico. El presidente y su Gobierno, de lo que queda de España, se ve obligado a dimitir y a convocar elecciones generales ante la presión popular. Pero todos saben que no son los únicos culpables…
 
Hoy es 15 de enero de 2015: Finalmente el PNV no puede con sus agresivos socios de Bildu y sus amigos pistoleros. ETA gobierna en Euskadi. Josu Ternera es el nuevo Presidente. Comienza la limpieza étnica. Centenares de miles de ciudadanos vascos se ven obligados a abandonar sus hogares y emigrar.
 
Llegamos al 14 de abril de 2015: Tras algunos meses detentando el poder, la coalición PSOE-Izquierda Unida decide aprovechar la nueva situación y su mayoría absoluta en las Cámaras para proclamar la Tercera República. A nadie se le escapa que, sin Vascongadas, España ya no es tal; y por lo tanto, sin una España que exista, el Rey ya no puede reinar. La Monarquía deja de tener sentido puesto que ha fracasado en su misión principal: mantener la unidad nacional.
 
El 12 de octubre de 2015: Miles de jóvenes vascos patriotas, apoyados por otros miles de jóvenes procedentes del resto de España y apoyados por centenares de militares, se manifiestan en Bilbao reclamando la unidad de España y el cese de la represión. La manifestación es disuelta a tiros y la violencia se extiende por toda Vascongadas.
Ha nacido el movimiento rebelde.
Comienza la guerra en el norte.
El Gobierno teme que la guerra se extienda por toda España.
 
Me despierto de un brinco, todo ha sido un sueño.
Pero era una pesadilla tan real…