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Diario YA


 

Preocupación en la sociedad francesa

Jesús Domingo Martínez.   La preocupación de muchos sectores de la sociedad francesa está justificada. Puesto que no se puede desligar la profunda crisis económica que padecemos, de una crisis moral que se trasluce en derivas sociales, políticas y legales como la legalización del  “matrimonio homosexual”, que además permitirá la adopción de niños por parte de parejas del mismo sexo. 

En una situación como la que está viviendo la sociedad occidental en general, es esencial despertar la conciencia, y pedir orientación con respecto a nuestras decisiones personales y colectivas. En momentos de tribulación, hay que ser valientes y dejarse regir por las justas directrices de la conciencia bien formada. 
 
Por eso, los obispos franceses han pedido a los fieles que se rece por Francia, en particular por aquellos que han sido elegidos para legislar y gobernar y para que, en definitiva, el sentido del bien común de la sociedad pese más que los intereses particulares y/o criterios ideológicos a la hora de tomar decisiones que afectan a todos. 
 
Los franceses pueden mirarse en nuestro espejo, el español, y aprender de cómo y de qué manera le han pelado las barbas a su vecino. Aún están a tiempo de que no les suceda a ellos lo mismo, de ahí la preocupación de muchos.
 

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