Redacción

Una madre que acudió al Hospital de la Fe de Valencia estando embarazada de 20 semanas salió con la recomendación de abortar porque su hija tenía enfermedades incompatibles con la vida como un supuesto problema cromosómico grave, y según el equipo médico es probable que la bebé tuviera graves problemas incompatibles con la vida, muriera nada más nacer o tuviera autismo y/o retraso mental, presetnado así a la bebé como una “bomba de relojería”.

La paciente se negó a abortar y solicitó nuevas pruebas a la Agencia Valenciana de Salud que se fueron denegadas reiteradamente. Finalmente consiguió nuevas pruebas sufragadas por ella misma. El resultado es que se descubre que la bebé estaba totalmente sana y que existía un grave error de diagnóstico de los hospitales valencianos que la habían atendido.

La niña nació, ya tiene un año, está sana y en perfecto estado.

La madre ha tenido serias secuelas psicológicas tras las presiones a las que fue sometida por varios facultativos de la sanidad valenciana que la propusieron el aborto y la denegaron segundas pruebas diagnósticas.

La Asociación Española de Abogados Cristianos (AEAC) ha interpuesto una querella contra la Agencia Valenciana de Salud y dos de sus facultativos por coacciones y lesiones.

Para la presidenta de la AEAC ”la Agencia Valenciana de Salud, que debería velar y priorizar el derecho a la vida, ha mostrado un claro desprecio por la vida, y una falta absoluta de profesionalidad, errando en un diagnóstico, poniendo en peligro la vida de una madre y de su hija y eludiendo reparar su error denegando una segunda opinión médica” ha manifestado “si no llega a ser por la valentía e insistencia de esta madre, se podría haber matado a su hija”, y añade “esto demuestra que el riesgo de daño psicológico real lo provoca el aborto y no tener a los hijos”.