En agenda de la visita oficial que la presidenta de Navarra, Yolanda Barcina, hizo, miércoles 29 de febrero, al presidente del Gobierno de la nación, Mariano Rajoy, además de los imprescindibles temas económicos hoy ineludibles, como era lógico y necesario, figuraba también el asunto de ETA, que tanto viene afectando a Navarra, desde el primer momento, y que, desde el 26 de noviembre de 1977, día en que fue asesinado en Pamplona el comandante de Infantería Joaquín Ímaz, jefe de la Policía Armada, ha dejado hasta el día de hoy 41 víctimas mortales entre niños, trabajadores, políticos, empresarios, militares, guardias civiles y policías en Navarra, sin contar los navarros caídos en otras provincias, como el agente de la Guardia Civil Diego Salvá Lezáun, de 27 años, nacido en Pamplona y que entre sus aficiones tenía las motos y Osasuna, víctima del último atentado mortal cometido por ETA en España, en Calviá (Baleares) el 30 de junio de 2009 y sin ignorar, también, otras clases de víctimas como los heridos, los empresarios extorsionados, quienes han sufrido daños síquicos o materiales y toda una sociedad víctima de las amenazas y actividades de la banda.
Y, una vez más desde que hace sólo 70 días juró su cargo como presidente del gobierno de España, como ha hecho con los impuestos que en campaña había prometido no subir, la Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo, de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo, que había prometido derogar y sólo ha cambiado en que las niñas de 16 años necesitarán el permiso de sus padres, mientras sigue siendo delito que éstos les autoricen a fumar o tomar una caña… también en el tema del terrorismo etarra y de la situación de Navarra ha vuelto a decir “Diego” donde durante su última y reciente campaña electoral y ulterior discurso de investidura dijo “Digo”.

Así, ayer, Mariano Rajoy, prometió a Yolanda Barcina que el Ejecutivo navarro "va a estar siempre informado, va a tener siempre voz en este proceso".  Navarra "tendrá voz" en "todo lo que tiene que ver con el final de ETA", algo a lo que la presidenta del gobierno foral dio un apoyo cómplice al afirmar que "No queremos marcar la política, pero sí tener voz en este final de ETA, que esperemos que sea el final".

Ante esto, puede ser conveniente recordar lo que, tanto Rajoy (PP) como Barcina (UPN) dijeron conjuntamente el pasado 12 de noviembre en Pamplona, en el acto central de la campaña de la coalición PP-UPN, ante los cerca de 2000 asistentes que llenaban la sala central de Baluarte. Por ello, me limitaré a citar a continuación algunos fragmentos de las intervenciones de los protagonistas del mismo.

Yolanda Barcina afirmó que Rajoy "será la persona que gestionará la derrota de ETA con respeto, memoria y dignidad a las víctimas" y con él "no habrá chalaneos de cualquier tipo a costa de nuestra identidad".
A esta petición de la presidenta de la comunidad foral impulsar la derogación de la disposición transitoria cuarta de la Constitución, “porque Navarra no es transitoria, Navarra es para siempre”, el entonces candidato del PP y hoy presidente del Gobierno respondió con su promesa de "pensar sobre Navarra lo que he pensado siempre y lo que he defendido siempre, y esto es <que Navarra siga siendo Navarra y España>"; añadiendo, además: “Yo me comprometo a defender Navarra, a que Navarra siga siendo España, a promover la derogación de la disposición transitoria cuarta de la Constitución, y a atender y a escuchar las necesidades de los navarros; yo me comprometo con todas las víctimas del terrorismo”.
Un poco más recientemente, el pasado 20 de diciembre, durante el discurso de investidura de Rajoy, Carlos Salvador, portavoz de UPN en Congreso recordó al candidato Mariano Rajoy, el "compromiso personal" asumido durante la campaña electoral de suprimir la Disposición Transitoria Cuarta. A ello, el Candidato Rajoy respondió que, si durante la próxima legislatura se emprende una reforma de la Constitución, derogará la disposición transitoria cuarta que abre la puerta a la adhesión de Navarra al País Vasco.
No olvidemos tal Disposición lleva 34 años siendo transitoria, y se introdujo en el texto constitucional buscado el apoyo del PNV y los nacionalistas; y es una Espada de Damocles que amenaza, permanente más que transitoriamente, con que Navarra pueda perder su identidad y ser absorbida en un viaje sin retorno por la CAV ¿Pero cómo podría el PP derogarla sin deslegitimar a quien durante tres décadas ha sido su cabeza en Navarra, el exdiputado Jaime Ignacio Del Burgo, uno de los principales autores de dicha Disposición? Como él mismo reconoce en su libro “Por la senda de la Constitución”, obedeciendo a Suárez, acordó con otros políticos de UCD, PSOE y PNV “una fórmula transaccional consistente en admitir la posibilidad de que Navarra pudiera formar parte del Consejo General Vasco” confirmando, en la página 21, que “este pacto político se convirtió en la Disposición Transitoria Cuarta de la Constitución”.
Si, según el Artículo 1809 del Código Civil, la finalidad de una transacción es evitar un pleito, para lo cual, las partes que negocian dan o prometen algo, es más que legítimo cuestionar el legado de Del Burgo preguntando qué consiguió a cambio cada una de las partes, siendo la respuesta inequívoca que Navarra no consiguió nada, porque nada necesitaba adquirir: sólo necesitaba conservar y mantener su identidad navarra.
Ver tanto engaño, tanta incoherencia y tanta mudanza de principios del 12 de noviembre al 29 de febrero, tanto en Unión del Pueblo Navarro como en el Partido Popular, nos pueden permitir aplicar a Yolanda Barcina y Mariano Rajoy lo que, con un claro desprecio a cualquier conato de vergüenza y ética políticas, en su día exclamara Benjamin Disraeli: “¡Al diablo con tus principios! Atente al interés de tu partido”.
PEDRO SÁEZ MARTÍNEZ DE UBAGO