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Diario YA


 

La otra crisis

Real paripé

Jesús Asensi Vendrell

Llegó el gran día para que la realeza de todo el mundo luzca sus mejores vestidos y sus deslumbrantes joyas ante el pueblo que los adora y que les rinde pleitesía. Así es, pues dos mil millones de personas, gracias a los cientos de medios de comunicación presentes en la ceremonia, han sido testigos del gran paripé protagonizado por el príncipe Guillermo y su prometida Catalina.

Y es que cada vez son más las personas que rechazan los privilegios medievales de las casas reales, antaño necesarias para mantener la unidad y el orden en sus territorios, y apuestan por la forma de gobierno menos mala y más actual: la democracia.

Y es que el príncipe Guillermo quiso darle a su novia, según sus propias palabras, “la oportunidad de conocer esto y retirarse si consideraba que era demasiado”. Por eso se la llevó a vivir a su casa e hicieron una vida de casados previa al compromiso definitivo que les ha llevado a unirse en matrimonio, ya con sacramento y papeles, en el día de hoy. Así que, como ya lo han experimentado todo por si “era demasiado”, la ilusión de estos novios no ha sido plena y se reduce a la emoción de ver a un montón de seres queridos reunidos, la de formalizar una convivencia ya existente, y la de buscar un destino inédito en este nuevo viaje de novios que por fin no lo será, ya que se trata de una luna de miel que realizarán unos recién casados. Pese a todo, como lo valiente no quita lo cortés… ¡que viva los novios!