Principal

Diario YA


 

Ahora es populista y cercano, pero sigue falso como siempre

Señor Rubalcaba, ¿es este el Gobierno que no nos miente?

Miguel Massanet Bosch

El señor Rubalcaba debiera saber que, en cualquier actuación de la vida, deben existir dos aspectos fundamentales, el primero, la ética de la acción en si misma y, en segundo lugar, la estética con la que se lleva a cabo. Pero, el actual vicepresidente del Gobierno y futuro candidato, si los idus del mes de junio no se le muestran adversos, no parece reparar en estas minucias y ha decidido poner en marcha sus andanzas electorales; dejando de banda, como prioridades secundarias, sus labores de gobierno como, por cierto, parece que han decidido hacerlo el resto de los componentes del Ejecutivo, que ni se les ve ni se les oye ni parecen tener nada importante que decir, si hacemos abstracción de la señora Leire Pajín, que sigue entusiasmada con el “juguete” que le ha dado ZP, que le permite sacar, cada par de meses, una nueva ley, con la particularidad de cada una de las recién aparecidas contiene más desatinos de las precedentes, acogota más a los ciudadanos y atenta, frontalmente, contra las libertades fundamentales que están escritas en la Constitución. Y, para remate, no nos queda ni el consuelo de recurrirlas ante el Tribunal Constitucional que, como es sabido, está a las órdenes directas del Ejecutivo, para lo que guste mandar.

El señor Rubalcaba parece que ha decidido acudir al populismo, a mostrarse como un señor asequible, cercano al ciudadano, atento “escuchador de súplicas y ruegos” y manso dirigente, como aquel que nunca ha roto un plato, un inocente personaje más parecido al Pepito Grillo de Pinocho que al malvado Lobo Feroz de la Caperucita Roja. No quiere que sus correligionarios le llamen Rubalcaba, sino Alfredo , y yo digo ¿ por qué no Pérez, que es su apellido paterno si, como pretende aparentar, quiere que se le considere como a un simple ciudadano de a pie?, ¿acaso es que reniega de su apellido paterno o es que piensa que si le llamaran, simplemente, Pérez, iba a perder su autoestima y personalidad?, ¿ por qué no se ha hecho cambiar el orden de sus apellidos como parece que han querido fomentar desde su propio partido? Lo malo es que, con su historial político, con sus antecedentes en el puesto que ocupa, con la retahíla de “maldades” que lleva acumuladas sobre sus espaldas y con la bien merecida fama de Rasputín español; va a resultarle difícil que se le contemple como una persona sencilla, amable y sin doblez por los millones de españoles que, conociéndolo y sabiendo de sus intrigas, decidan cambiar su voto para entregárselo a él.

Resulta muy significativo que estando, como está, comprometido, no sabemos si directa o indirectamente, en aquel enojoso caso del chivatazo a ETA, conocido como El Faisán (un asunto que todavía colea en los juzgados y que le atañe muy de cerca); ahora, haya querido romper una lanza a favor del comisario Manzano, otro de estos policías afectos al PSOE, que se encuentra ante los tribunales imputado de los presuntos delitos de: destrucción de pruebas, encubrimiento, omisión del deber de perseguir el delito y falso testimonio. Lo cierto es que, este sujeto, ha sido elevado por don Alfredo Pérez al rango de comisario principal. ¡Cosas veredes Sancho! Uno, en su falta de información, se pregunta por las probables causas de este ascenso y no puede menos que interpretarlo en clave de recompensa por “los especiales servicios al PSOE” o, quizá, como un premio por haber sabido callar ¡vayan ustedes a saber qué clase de maldades! relacionadas con aquel oscuro y mejorable juicio del 11-M, donde el juez Gómez Bermúdez dio una lección de servilismo al poder y de desprecio por las víctimas de aquel horrible suceso.

Resulta un verdadero ejercicio de buena voluntad para cualquier español, el poder compaginar a aquel señor Rubalcaba, cercano al 11-M del 2004, convertido en un apóstol de la verdad y clamando al cielo porque, según él, el partido Popular les había mentido a los españoles respecto a las causas de aquel lamentable atentado de Atocha. “España, decía, no se merece un gobierno que le mienta” y todo el rojerío que le seguía la corriente, actores, farandulistas, progres y antisistemas, lo coreaban en las calles en la jornada de reflexión, previa a las legislativas de aquel mes, aprovechando para montar algaradas, acosar las sedes del PP y rasgarse las vestiduras ante “tamaña afrenta” a los ciudadanos españoles; nada que ver con este nuevo Rubalcaba que, durante los años que ha formado parte del gobierno del señor Zapatero, se puede decir que no ha abierto boca para que de ella saliera ni una sola verdad. ¿Qué nos dirá de la negociación secreta con ETA de la primera legislatura, que negó muchas más veces que lo hizo San Pedro, ante los judíos? o, ¿cuántas veces, él y el señor ZP, su íntimo amigo, nos han dicho que España salía de la recesión ? o ¿ en cuántas ocasiones han afirmado que no subirían los impuestos ni recortarían mejoras sociales? o ¿cuántas veces han prometido pleno empleo y han presumido de que España tenía un mejor nivel de vida que Italia o Francia?.y, ni una sola vez, ha sido verdad.

Nos preguntamos si, este gobierno que padecemos ¿nos miente o. simplemente, son alucinaciones nuestras? Porque, en el primer caso, le podríamos devolver a nuestro señor Rubalcaba la frase que utilizó, arteramente, contra el PP, como ariete electoral para sacar ventaja de aquella lamentable ocasión. ¿Apoyó el PSOE, como debería de haberlo hecho, al gobierno del señor Aznar en una circunstancia que, todos los españoles, debieron de haberse unido en repulsa contra los terroristas que cometieron el atentado? No, señores, este señor Rubalcaba que pertenece a un Gobierno que nos ha mentido en innumerables ocasiones, fue el gran factotum de la estrategia de acoso y derribo de un partido, que hubiera ganado de calle los comicios si, el PSOE, no hubiera utilizado todos los resorte de su cosecha para poner el ventilados de la maledicencia, la descalificación, las injurias, las falsas denuncias y las más odiosos trucos para conseguir darle el vuelco a la opinión pública, en sólo unos pocos días.

Quien no recuerda aquella orquestada campaña del PRESTIGE, toda la parafernalia que se montó acerca de aquel suceso, las mentiras que se fraguaron en aquella ocasión y la cantidad de propaganda destructiva que se llevó a cabo para achacarle al PP la culpa de aquel naufragio y sus dramáticas consecuencias y los ríos de tinta que, la prensa afín a los socialistas, gastó en poner de chupa de dómine, desde el presidente de la comunidad al último concejal del PP. Y uno, ante tanta maldad, ante tanta desinformación y ante tanta “jeta”, puede preguntarse si, este señor que se promociona como aspirante a la presidencia del gobierno español, es una persona válida para tomar las decisiones adecuadas, tiene la firmeza precisa para dirigir el timón de la nación y la altura intelectual y ética para ser capaz de gobernar al pueblo español; si, solo hace unos días, se ha mostrado incapaz de tomar las medidas oportunas para que la ley se cumpliera, se pusiera en práctica lo solicitado por la Comisión Electoral y se impidiera la ocupación del espacio público, de un modo ilegal cuando, unos cuantos antisistema, ocuparon la Puerta del Sol, exhibiendo pancartas asamblearias y comunistoides; reclamando otro tipo de régimen de tipo autoritario; renegando del sistema democrático que nos hemos proporcionado los españoles y desafiando a todo el Estado; pretendiendo imponer, desde su minoría, unas nuevas reglas que, como es natural, ningún estado democrático puede aceptar. Rubalcaba no tuvo las agallas precisas para hacer cumplir la ley y las consecuencias de su blandura todavía las podemos ver en las calles de muchas de las ciudades de nuestro país. ¿Es este el gobernante que precisa España? Permítanme que lo ponga en duda o, al menos, esto es lo que yo opino.