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Diario YA


 

"Se acabó"

Fernando Ballesteros. 27 de agosto.

Se han acabado. Y vaya vacío que dejan. Ni más ni menos que todo lo que habían ocupado desde el día 8 que, créanme,  ha sido mucho. Te levantabas pronto y en Pekín ya estaban dándole al asunto. Luego, en el trabajo, con el programa de eventos en la mano siempre había que estar presto y dispuesto al noble ejercicio del escaqueo laboral para echar un ojo. .No hay duda, mereció la pena.

Pero fue poner la tele en la madrugada del lunes y recibir el primer golpe: nada de voley-playa, ni vela, ni triatlón, ni siquiera mountain-bike, Pekín había dejado de ser el centro del mundo del deporte y éste el de nuestras vidas.
 
Luego, a la hora de cenar, tarde como siempre, se te ha acabado el ketchup y decides bajar a la tienda de guardia y es mirar a la cara del tendero y volver a recordar que no sólo el bote de tomate se ha acabado. Otra vez la sensación de vacío y los recuerdos de los intensos días pasados. La nostalgia, vaya.
 
Y manejando los recuerdos me encuentro ahora. Echando la vista atrás para confirmar -toma originalidad- que éstos han sido los juegos de Bolt en la pista de atletismo y del hombre-récord Phelps en el cubo de agua, de la subida de los chinos al primer puesto del medallero, con más oros que los de las barras y estrellas y de la 24ª plusmarca mundial de la guapa  -con perdón- Isinbáyeva.
 
¿Y los españoles, qué?, pregunta un hombre que ha estado en otro planeta los últimos quince días. Pues mire usted, los nuestros bien. Por equipos, de cine, luchando en la elite las chicas del basket y del hockey, con la gloria del metal colgada al cuello los chicos del balonmano, baloncesto y hockey, y a las puertas del cajón los del waterpolo con cambio generacional incluido. Podemos estar orgullosos.
 
Hemos disfrutado con las reinas de la sincronización en el agua, con esa máquina que se sube a la piragua con el motor escondido que es David Cal, con Llaneras, Tauler, Gervi, Samuel Sánchez, Leire, Pirri, los de la clase Tornado,  nuestra pareja de policías nacionales que nos dió el oro que pocos esperábamos, los chicos de la vela a los que le quitaron el oro de aquella manera, las chicas del doble en tenis...
 
Y tantos otros que se quedaron cerca de la presea y se vinieron con un más que meritorio diploma después de competir con los mejores y al límite de sus posibilidades que es de lo que se trata y lo máximo que se les puede pedir. Lo dicho, más que suficiente para  confirmar que más que nuestro deporte, nuestros deportistas están a un gran nivel y que si no estamos más arriba en el cuadro de honor es porque no sumamos ni en natación, ni en atletismo, disciplinas en las que se reparten el grueso de medallas.
 
¿Y qué pasó con Nadal? Otra vez el señor de la excursión a la Luna que quiere saber. Disculpe, buen hombre, con la costumbre me había olvidado: Rafa disfrutó como un enano con el ambiente olímpico en la villa, fue feliz, compitió y ganó. Y no tengo palabras para él, no estarían a la altura. No es el oro, es todo. Desde Miguel Indurain, no ha habido un deportista que me transmita unas sensaciones siquiera parecidas a las que me llegan con Nadal. Es más grande que la vida.
 
Han sido 18 medallas. Pudieron ser más, sí, pero han sido las suficientes para mantenernos ocupados y con alicientes de sobra para estar casi permanentemente pendientes de alguna posibilidad de algo grande. Han estado a la altura y ahora toca lo de siempre. Ya saben, hacerse corresponsables del éxito o esquivar la decepción, que a fin de cuentas la culpa es de los atletas que no han conseguido sus objetivos. ¿Verdad, señor Odriozola?
 
Quedan cuatro años para Londres. Por mi parte, ya ha comenzado la cuenta atras, y tengo unas ganas......
 
P.D. Pesadito,  el señor desinformado del fondo me pregunta con sorna aquello de ¿el Atleti qué, otra vez campeón de Europa? Con cierta rabia por el tono de cachondeíto, le digo que no pero que, precisamente, esta noche, tiene que dar el primer paso para poder serlo. Y es que al final y pasado el shock post-Pekín, siempre nos quedan alicientes deportivos. ¡Forza Atleti!
 

 

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