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Diario YA


 

en La parroquia de la Preciosa Sangre, en Orcasitas, Madrid

También hubo huelga de curas

Eligelavida.net. La parroquia de la Preciosa Sangre, en Orcasitas, Madrid (en la fotografía) cesó el día de 29 de Marzo todas sus actividades para solidarizarse con los trabajadores con motivo de la huelga general. Los curas se pusieron de huelga. Huelga de Misas y confesiones. Imagino que no habría funerales ni entierros, por no hablar de bautizos, cada vez menos numerosos. Lo mismo hicieron varias parroquias en Barcelona. Digo yo que podían haber hecho una huelga a la japonesa y haberse sentado en los confesionarios las 24 horas, que si la gente no se confiesa más es porque los curas andan en otros menesteres.

Mientras algunos cierran iglesias, el Papa sigue incansable exhortando a todos a entregarse sin reservas a la gran labor de dar testimonio de Cristo. El Lunes pasado recibió a un numeroso grupo de jóvenes de la Archidiócesis de Madrid, entre los que se encontraban los miembros de la Orquesta y el Coro de la Jornada Mundial de la Juventud. A todos ellos les dijo:

«Vosotros estáis llamados a cooperar en esta apasionante tarea y merece la pena entregarse a ella sin reservas. Cristo os necesita a su lado para extender y edificar su Reino de caridad. Esto será posible si lo tenéis como el mejor de los amigos y lo confesáis llevando una vida según el evangelio, con valentía y fidelidad.»
«Alguno podría suponer que esto no tiene nada que ver con él o que es una empresa que supera sus capacidades y talentos. Pero no es así. En esta aventura nadie sobra. Por ello, no dejéis de preguntaros a qué os llama el Señor y cómo le podéis ayudar. Todos tenéis una vocación personal que él ha querido proponeros para vuestra dicha y santidad. Cuando uno se ve conquistado por el fuego de su mirada, ningún sacrificio parece ya grande para seguirlo y darle lo mejor de sí mismo. Así hicieron siempre los santos extendiendo la luz del Señor y la potencia de su amor, transformando el mundo hasta convertirlo en un hogar acogedor para todos, donde Dios es glorificado y sus hijos bendecidos.»

«Queridos jóvenes, como aquellos apóstoles de la primera hora, sed también vosotros misioneros de Cristo entre vuestros familiares, amigos y conocidos, en vuestros ambientes de estudio o trabajo, entre los pobres y enfermos. Hablad de su amor y bondad con sencillez, sin complejos ni temores. El mismo Cristo os dará fortaleza para ello. Por vuestra parte, escuchadlo y tened un trato frecuente y sincero con él. Contadle con confianza vuestros anhelos y aspiraciones, también vuestras penas y las de las personas que veáis carentes de consuelo y esperanza. Evocando aquellos espléndidos días, deseo exhortaros asimismo a que no ahorréis esfuerzo alguno para que los que os rodean lo descubran personalmente y se encu