Joaquín Tomás Fortunati

Lo primero que quiero hacer es felicitar a este grupo de jugadores que han conseguido para este país una de las gestas mayores en el mundo del deporte, conseguir el Campeonato del Mundo de Fútbol. Desde pequeño, uno de los sueños anhelados por mí era que algún día mi selección fuera la primera del mundo ganando este campeonato, pues bien, se ha conseguido y por todo ello felicito a este maravilloso grupo que lo ha logrado. Pero aparte de eso voy a contar lo que me ha llevado a pensar su posterior celebración. España siempre ha sido un país visceral que necesita de alicientes para seguir viviendo. El 11 de julio de 2010, siempre será recordado como un día grande en la historia de este país. Por fin hemos ganado el Campeonato del Mundo de Fútbol. Por lo pronto ya tenemos unos días para olvidarnos de los problemas importantes que tenemos en nuestra vida diaria. Hemos ganado y eso es lo importante, en los próximos días no importa la crisis ni el paro, seguro que hoy, lunes 12, la gente es mucho más feliz y esto seguramente durará unos cuantos días. La selección ha obrado sin proponérselo de terapia de grupo y los españolitos somos mucho más dichosos y felices que antes de que empezara el mundial. Hoy día hay causas que suben o bajan la moral de la población. Por ejemplo, un atentado baja la moral de la gente y  pone a un nivel bajísimo a los señores políticos, pero no vean como les ha venido a estos señores que España sea campeona del mundo, ha sido el mejor bálsamo que se podían esperar. Por lo menos hasta final de vacaciones, ya no habrá quejas ni reclamaciones sobre los temas que nos agobiaban antes del campeonato. La gente solo hablará los próximos días de Iniesta, Casillas, Sara Carbonero y demás personajes que la televisión nos ha metido en nuestras casas en el último mes.  En el próximo mes no habrá problemas, todo el mundo está contento, tenemos droga para un rato largo. Si a esto añadimos el romance de Casillas con Sara Carbonero, entonces ya la combinación es magnífica, pues  además del triunfo de la selección, tenemos carnaza para los buitres de las cadenas vespertinas durante todo el verano, o sea que la maniobra ha salido perfecta. A veces me da lástima este pueblo, que solo vive de sensaciones y no se preocupa por los verdaderos problemas que acucian al país. Por eso,  todos los gobiernos que he conocido en mi vida han dejado la educación en un segundo plano, pues no interesa un pueblo educado, porque entre otras cosas, es mucho más difícil de gobernar.