Pedro J. Piqueras Ibáñez. “En este país, el grande y el pequeño, se ha comido muchísimo. Los jamones de bellota y los buenos vinos y cavas han sido profusamente regalados; ¡¡y ahora nos rasgamos las vestiduras!! Ya nadie se acuerda de la bodeguilla de Felipe, de los habanos, enviados presuntamente por su amigo Castro. Lo que debe haber comido Alfonso Guerra a cuenta de los favores de estado no lo sabe nadie, su hermano quizás. Y estos pijos socialistas que tenemos aquí... ¡El Serra! Se engordó 20 Kilos en dos años”. Este era el comentario que hacía un lector en un medio de gran tirada de Barcelona, en un artículo sobre los regalos que les hacen a los políticos sus “admiradores” con el fin de que sean buenos con ellos. A parte de que todos hemos recibidos dadivas de nuestro conocidos, algunos por interés otros de agradecimiento, etc.

Señores Políticos regulen, de una vez por todas, los presentes que reciben, aparquen el tema y ocúpense de lo que nos acontece en estos momentos que es mucho más grave ¿No les parece que ya está bien de dimes i diretes? Que si le regalan a uno un traje, a otro unas anchoas, a la otra un bolso a la más allá un vestido, etc. ¿Y de  la crisis qué? Les recuerdo a nuestros responsables políticos que estamos apunto de llegar a cinco millones de parados, de familias que no tiene nada que llevarse a la boca, ni ellos, ni los suyos y déjense del “y tu más” y “de caza de bujas”,  por que los ciudadanos ya estamos hasta más arriba del  “el moño” por decir el disparate que en este momento me viene a la cabeza.¡Ya esta bien que nos tomen el pelo y los euros tratándonos de tontos! Pónganse a trabajar en serio de una vez por todas y valga la redundancia.