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Diario YA


 

el aguijón

Tribu conocida

David Martín. 15 de mayo. Javier Sardá ha vuelto a Tele-5 para ponerse al frente de “La tribu”. Un programa que nació, a mediados del mes de abril, para la noche de los viernes con vocación de analizar la actualidad desde un punto de vista diferente, y que ha pasado, un mes después, a ocupar la medianoche del martes con los aires que ya soplaron en tiempos pretéritos. El proyecto de Sardá prometía. Allí estaban Mercedes Milá para dar el tono agresivo, Carlos Latre para poner la pizca de genio con sus imitaciones, Boris Izaguirre para condimentar convenientemente con su histrionismo, y él, el propio Sardá, para mezclarlo todo de la mejor manera posible. ¡Menuda tribu!

El espacio se estrenó con la entrevista a la ex ministra de Fomento, Magdalena Álvarez. La audiencia, más atraída por el ritmo cardiaco que marcaba el corazón de la competencia, no respondió, y a la gaseosa de Sardá le duró muy poco la fuerza. A la semana siguiente el menú fue muy distinto. De la entrevista a una de las personas que mayor juego ha dado al mundo periodístico en su etapa ministerial, se pasó a entrevistar a Ana Obregón, cuyas respuestas no digo que no tengan relevancia, pero suelen ser sobre temas relacionados con el bajo vientre. El brillo que se vislumbraba en el estreno, empezaba a palidecer a las primeras de cambio. Se ha girado tanto el argumento inicial de “La Tribu”, que Mercedes Milá prefirió abandonar. Dos programas bastaron para que la periodista se diera cuenta de que el nuevo rumbo del espacio no tenía nada que ver con el de la idea original, y que el espectador no iba a respaldar ni uno, ni otro. La tribu no encontraba su asentamiento, y aún sigue sin encontrarlo.

Con datos de audiencia por debajo del 10%, Tele-5 ha movido ficha y esta semana hemos visto las señales de humo de Sardá y su equipo en la medianoche del martes. La hora de las brujas es el horario propio Sarda. No hay mejor momento del día para la transgresión que persigue el catalán en cada programa que el de la hora cero. Lo que se nos ofreció ya lo habíamos visto en anteriores etapas aunque fuera con distintos matices. En las de Pepe Navarro con “La veneno” cruzando el Mississippi en Tele-5 o poniendo la sonrisa al pelícano en Antena-3, e incluso cuando el propio Sardá las liaba pardas con sus crónicas desde Marte. Podían vestir diferentes ropajes, pero pertenecían a la misma tribu.

Esta semana, mientras dábamos la bienvenida al miércoles, Sardá iniciaba su peregrinación tribual con unas palabras de recuerdo a Antonio Vega, Latre imitaba a Esperanza Aguirre en la carrera hacia Madrid 2016 y Boris Izaguirre repasaba, a su manera, lo más destacado de la crónica rosa. Abundantes dosis de Operación Triunfo, supongo que para ganar fieles a costa de un programa de la casa, por aquello de que sale más barato, y José Luis Uribarri, quien pronosticó el triunfo de Noruega en el Festival de Eurovisión, completaron la primera parte del programa. Para la segunda nos tenían reservada la entrevista al primer transexual embarazado de España. Una persona que dice haber renegado siempre de su condición femenina, pero que en cambio quiere parir, como cualquier mujer, antes de completar su cambio de sexo. Me lo explique. No fue capaz, y eso que Pilar Rahola lo intentó. Incluso más que Sardá, preocupado en la tripita cervecera, más que prenatal, del invitado, o en los seis mil euros que cuesta la implantación del pene. ¿No les suena? El griterío, más que debate, sobre algunos temas de actualidad como la píldora del día después o la promesa, que no juramento, de Patxi López al ponerse al frente del Gobierno vasco, puso el punto a esta tribu, que marciana o terrena, ya era conocida. 

 

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